Esperanza frente a un futuro incierto

Roberto Úrbez
Vicepresidente y director general de Bristol-Myers Squibb en España y Portugal

En el caso de Bristol Myers Squibb, han sido muchos los aspectos que han cambiado este año: desde la forma de trabajar de nuestros empleados, a los que quiero agradecer su flexibilidad y compromiso con su labor, hasta la manera de relacionarnos con nuestros clientes o de canalizar nuestros esfuerzos para ayudar a los colectivos más vulnerables. Hemos tenido que replantearnos nuestras prioridades y reorganizar muchas actividades y procesos de investigación y desarrollo. En ese sentido, me siento muy orgulloso de que nuestro trabajo no se haya detenido como consecuencia de la crisis sanitaria y de que hayamos seguido operando con el objetivo de garantizar que todos los pacientes tuvieran acceso a sus tratamientos. 

Como sector, la industria farmacéutica ha mostrado una colaboración sin precedentes para frenar la pandemia. Una lección tremendamente útil para el futuro sobre cómo la colaboración puede sacar lo mejor de nosotros. Como ejemplo, en BMS examinamos nuestros bancos de datos e identificamos cerca de 1000 moléculas con potencial de jugar un papel importante en el tratamiento de la infección y las pusimos a disposición de investigadores externos, lo que se ha materializado en nueve investigaciones que evalúan el impacto de nuestros medicamentos frente a la Covid-19, dos en colaboración con el NIH. Asimismo, acabamos de anunciar un acuerdo con la Universidad Rockefeller para el desarrollo de un tratamiento combinado de anticuerpos monoclonales con potencial de neutralizar el virus responsable de la COVID-19.

Y en este contexto, en el que a la incertidumbre causada por la pandemia se le une la seguridad de saber que la ciencia avanza de manera imparable, en Bristol Myers Squibb iniciamos un nuevo camino.

Me siento muy orgulloso de que nuestro trabajo no se haya detenido como consecuencia de la crisis sanitaria y de que hayamos seguido operando con el objetivo de garantizar que todos los pacientes tuvieran acceso a sus tratamientos

La Compañía ha alcanzado una nueva dimensión que viene acompañada de una responsabilidad aún mayor con los miles de pacientes para los que trabajamos, para poder ofrecerles medicamentos innovadores que les ayuden a superar enfermedades graves.

Afrontamos esta nueva responsabilidad convencidos de que vamos a lograrlo porque somos una compañía diferenciada que combina, con normas elevadas de conducta ética y de transparencia, lo mejor de una biotec y una gran compañía farmacéutica. Esta doble faceta nos está permitiendo desarrollar medicamentos innovadores para pacientes con cáncer y otras enfermedades graves y, además, continuar creciendo en otras áreas como la inmunociencia o el área cardiovascular. De hecho, gracias a la reciente adquisición de Myokardia, seguimos aumentando las posibilidades de tratamiento de las personas con patologías cardiacas. 

Nuestro nuevo símbolo, la “mano de la humanidad”, resume este compromiso con la ciencia y con el objetivo de priorizar a las personas: es un símbolo universal, de curación, de dar y recibir cuidados. Un símbolo que pone a las personas en primer lugar. 

Pacientes, especialistas, sociedad y empleados. De estos últimos nos sentimos especialmente orgullosos: ellos impulsan nuestro éxito. Alineados con nuestro sector, apostamos por generar empleo de calidad y diverso. En este sentido, el 61% de nuestros más de 400 empleados en España y Portugal son mujeres y, aunque somos conscientes de que aún existe camino por recorrer en el ámbito de la igualdad, nos sentimos verdaderamente orgullosos de servir de ejemplo para el conjunto de la industria de nuestro país. 

Muestra de ello son los reconocimientos por nuestras políticas de empleo que ha recibido la compañía. Por un lado, se nos ha otorgado el Sello Top Employer, que avala el compromiso de BMS con los empleados y, también, el Distintivo “Igualdad en la Empresa”, otorgado por el Ministerio de Igualdad por la excelencia en la aplicación y al desarrollo de medidas de equidad entre mujeres y hombres. 

En resumen, nos preocupamos por las personas que forman BMS, mientras continuamos comprometidos con seguir mejorando la vida de miles de pacientes y apostamos por una ciencia que contribuya a que España se esté convirtiendo en uno de los líderes mundiales en investigación de medicamentos.

Termino haciendo una llamada, en estos tiempos de incertidumbre, a la esperanza. Decía Aristóteles que la esperanza es el sueño del hombre despierto. Nuestro sueño es lograr una posible curación de enfermedades graves, como el cáncer. Y no descansaremos en nuestro empeño de lograrlo.

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