Según el Diccionario de la Real Academia, marca es “aquella señal que se hace o se ponen alguien o algo para distinguirlos o para denotar calidad o pertenencia”. Pero también es “la señal o huella que no se borra con facilidad”, y en el deporte se refiere “al mejor resultado técnico homologado en el ejercicio de esa actividad”. Y así hasta un total de 13 acepciones directas y otras tantas indirectas en combinación con otros términos. Pero las mostradas son suficientes como punto de partida.
Cuando uno emprende su carrera por la vida se da cuenta de que está rodeado de marcas comerciales, la mayor parte de las cuales darán la verdadera medida de su poder adquisitivo o de su estatus, si lo prefieren. El entreguismo o dejación con respecto a las mismas mostrará el grado de dependencia o desinterés respecto a ellas. Para algunos son una necesidad, a otros les genera ansiedad y a otros sencillamente indiferencia.
Cuando uno empieza a trabajar pretende adquirir un reconocimiento en su ámbito de trabajo, algo que, con los años, el sacrificio, el esfuerzo, el estudio, puede convertirse en un prestigio personal, destacándose por encima de los demás, llegando a convertirse en un punto de referencia, es decir, en una marca distintiva en medio de la colectividad.
"En el mundo asistencial la marca es algo que perdura en el imaginario colectivo y recuerda valores como fiabilidad, confianza, compromiso con las personas, innovación"
Hasta ahora solamente pocas personas privilegiadas podían llegar a contar las mieles del éxito exclusivamente gracias a la valoración cuantitativa de su trabajo, pero el progreso tecnológico, el avance en las nuevas formas de comunicación, permite una difusión universal y a coste mínimo de nuestro trabajo. La medida del éxito podría redefinirse desde parámetros cualitativos. Así la marca–cantidad puede sustituirse por la marca-cualidad o, mejor dicho, marca como sinónimo de estilo personal o profesional.
Desde que existen fundamentalmente las redes sociales la capacidad de influencia se ha multiplicado, si bien se ha requerido de insistencia y esfuerzo en el terreno de la comunicación y difusión de contenidos.
Cuando te inicias en la difusión de una materia, como en mi caso es el dolor, pretendes mantener la sinceridad y veracidad comprensible con los lectores pues detrás de cada una/o existirá un difusor potencial, llegando el mensaje más allá de lo inicialmente previsto.La marca personal será el reflejo del trabajo que se ha ido gestando en el día a día.
En este ámbito virtual, donde todo es etéreo, donde las normas fluctúan a velocidad de vértigo, donde muchas identidades son volubles cuando no ficticias, conviene avanzar con paso lento pero firme, asegurando el terreno, como hace el escalador cuando progresa montaña arriba, porque una mala decisión, un paso en falso, puede poner en peligro todo lo avanzado e incluso correr peligro la integridad.
La marca personal es un atractivo para quienes no nos conocen y un reto a superar para adaptarse a la realidad cambiante. Somos lo que trabajamos, lo que escribimos, y todo ello debe ser una garantía para quienes mantienen la confianza en nuestra marca. La marca deviene así en seña de identidad, como identificador de autenticidad, como firma de autor, como huella a prueba de falsificaciones.
"Cuando te inicias en la difusión de una materia, como en mi caso es el dolor, pretendes mantener la sinceridad y veracidad comprensible con los lectores pues detrás de cada una/o existirá un difusor potencial"
En la actual cultura visual, soportada en las nuevas tecnologías, es frecuente el uso de imágenes representativas. Si al pie del cuadro veo la firma o la marca descarto imitaciones.Cuando identificamos la marca a través del icono, se nos evoca todo un conjunto de cualidades y valores que se asocian a una entidad, grupo o persona.
En el mundo asistencial la marca es algo que perdura en el imaginario colectivo y recuerda valores como fiabilidad, confianza, compromiso con las personas, innovación.La marca, asociada al eslogan publicitario, prestigia a quienes pertenecen o trabajan para la entidad a la que representan.
La perversión nace cuando algunas personas, marcan el territorio para mejorar sus marcas individuales. Días atrás atendí a una pareja. Ambas personas memerecieron idéntica consideración, pero al final una de ellas me agradeció que la atendiese mirándole a la cara, como alguien singular y no como la pareja de otra persona ¡Qué satisfecha me he quedado doctor! ¿Existe alguna marca personal mejor que la satisfacción de tus pacientes?