Los médicos son personas como los demás. Tienen una vida, familia, amigos y enemigos como cualquier otro. Desde una edad muy temprana tienen muy claro lo que van a ser. Se llevan preparando desde los 14 años, y siempre están entre los mejores de su promoción. Y esto, no es su objetivo, sino el punto de partida para poder estudiar aquello que aman.
Todos trabajamos con una “materia prima”. Los periodistas con la información, los abogados con leyes, los del mundo asegurador con riesgos y los médicos, con personas. Esto significa trabajar con las emociones de sus pacientes y con lo que más protegemos cada uno de nosotros, las personas que nos quieren. Y esto, combinarlo con sus propias emociones, con sus temores e incertidumbres, con su experiencia y con su vocación.Ser médico no es una profesión al uso. Es una forma de vida, una manera de ver la vida de los demás que el resto de las personas solo podemos conceptualizar, pero nunca, podremos vivir ni sentir.
Un médico se suele enfrentar a una media de entre 3 y 5 fallecimientos en toda su vida y, durante la pandemia, muchos se han enfrentado a este número diariamente. Aunque se preparan y se les ha dado formación para triajes, a la hora de ponerlo en práctica, nadie está preparado. Póngase en ese escenario y piense cómo lo afrontarían emocionalmente. Imagínese, tener que decidir quién vive.
No podemos permitir que estas experiencias vitales lastren toda una vida de preparación. Tenemos que ayudarles para ser lo que ellos son para nosotros, un impulso en los momentos más difíciles
Piense lo duro que tiene que ser el asimilar que, en una situación normal, se podrían salvar. Lo difícil que es saber, que cada decisión que tomes va a tener consecuencias trascendentales. ¿Quién está preparado para esto?
No podemos permitir que estas experiencias vitales lastren toda una vida de preparación. Tenemos que ayudarles para ser lo que ellos son para nosotros, un impulso en los momentos más difíciles. Solo hay una pregunta que debemos responder. ¿Cómo puedo ayudar yo a proteger la salud mental de estas personas?
Nosotros lo tuvimos claro, como personas, como equipo y como empresa. Mantener nuestras posiciones. Nos dedicamos a proteger y defender a los médicos en base a sus coberturas. Esa es nuestra función normal, y pedí a todo mi equipo que dieran un paso al frente, y ni uno solo dijo que no.
Personalmente sé que no olvidaré al equipo de profesionales que consiguieron mantener el rumbo de la compañía en la tormenta más devastadora a la que nos hemos enfrentado. Nuestra función principal fue escuchar. La mejor cobertura que podíamos dar era estar ahí y responder cuando nos necesitaran.
No podemos engañarnos. Esto va a pasar factura al sector médico a nivel emocional. Y no podemos dejar a los demás que busquen la solución. Solo si lo hacemos de manera individual, podremos conseguirlo de manera colectiva. Esa ayuda individual, será un granito de arena que conseguirá crear un muro que sujetará emocional y psicológicamente a los sanitarios que han estado en primera línea de batalla.