Todos somos soldados (Parte II)

Antonio López Farré
Departamento Medicina Facultad de Medicina Universidad Complutense de Madrid. Académico Correspondiente Real Academia Nacional de Medicina de España.

Nos quedaba una segunda cuestión que comentar como segunda parte del artículo de opinión <<Todos somos soldados>>. Esta cuestión es la tan debatida de el por qué en nuestro país COVID-19 está provocando más muertes entre las personas de mayor edad en comparación con lo que está ocurriendo en lugares de nuestro entorno como Alemania o China. Incluso, preguntado directamente al portavoz del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón por esta cuestión dijo <<que no lo saben>>.

La alarma sobre que la población de más edad podría tener un riesgo mayor de fallecer por el COVID-19, probablemente saltó con el caso del Diamond Princess, crucero en el que el 19% del pasaje dio positivo (699 individuos) donde fallecieron 7 personas todas de más de 70 años.

Es complicado encontrar los datos por franjas de edad de personas infectadas, personas en la UVI o fallecimientos. No obstante, en el momento de escribir este artículo, la media de edad de los fallecidos por COVID-19 en España se sitúa entre 78 y 80 años. Italia, otro país que tienen una alta letalidad del virus en personas de edad avanzada, ha señalado que la letalidad del virus en personas entre 70 y 80 años es del 34%, aumentando hasta casi un 45% en las personas de 80 a 90 años. En cambio, Alemania tiene unas cifras muy distintas a las de España o Italia, con alrededor de 9.000 infectados, solo un 20% de estos supera los 60 años, la edad media es de 47 años y hasta ahora 68 fallecidos.

Se ha especulado mucho sobre las causas de estas diferencias tan notables particularmente entre España, e Italia respecto a Alemania. Entre las explicaciones barajadas está que en España e Italia las medidas de protección se establecieron cuando el brote estaba ya implantado, o que el número de pruebas realizadas para identificar personas infectadas por el virus ha sido mucho mayor en Alemania, unas 4.000 pruebas por millón de habitantes, en comparación con los realizados en España (unas 600 por millón de habitantes). Esta última hipótesis vendría además avalada por el dato de que, en Corea del Sur, país donde la letalidad ha sido más baja (el 0,1% de los infectados) se realizaron 5.000 test por millón de habitantes. Sin embargo, en Italia se han realizado más pruebas que en España, 150.000 pruebas en una población de unos 60,5 millones de habitantes (2.479 pruebas por millón de habitantes) pero es uno de los países del mundo en los que mayor mortalidad está provocando el COVID-19, ayer mismo 793 muertes en un día.

A partir de los 65 años la calidad de vida de nuestro país es inferior a otros países de nuestro entorno

Teniendo probablemente no obstante razón ambas hipótesis, creo que nos estamos olvidado de un hecho diferenciador de la población española respecto a la alemana. España, es el segundo país más longevo del mundo después de la isla de Okinawa. La esperanza de vida al nacer media en España está en torno a los 83,03 años. En la Comunidad de Madrid, a pesar del excelente trabajo que está realizando la Consejería de Sanidad para frenar el COVID-19, es donde mayor letalidad está demostrando el virus, peroes también la región de la Unión Europea con mayor esperanza de vida. En la Comunidad de Madrid la esperanza de vida media al nacer es de 85,2 años, estableciendo una expectativa media de vida al nacer de 87,8 años para las mujeres y de 82,2 años para los hombres.

El problema de la letalidad del virus en la población española de más edad no es probablemente la edad como tal, sino que, en España, siendo uno de los países más longevos del mundo, envejecemos muy mal. Es decir, desarrollamos muchas comorbilidades según vamos cumpliendo años. En España, y en particular Madrid, debido a su mayor esperanza de vida, el número de comorbilidades en la población mayor de 65 años es muy superior a la observada en países de nuestro entorno, lo que hace que en nuestro país a partir de los 65 años la calidad de nuestra salud sea inferior. En concreto, desde el punto de vista del envejecimiento, se ha descrito que en España el 24% de los mayores de 65 años y el 31,4% de los mayores de 85 años padecen más de dos-trespatologías crónicas, lo que convierte a España en uno de los países que peor envejece de la Unión Europea, distando mucho de Alemania.

La Oficina Europea de Estadística, más conocida como Eurostat, publicó en 2018 unos datos muy significativos señalando que los años de vida saludable en España a partir de los 65 años es de alrededor de 9 años y sin embargo en Alemania supera los 12 años. Esto refleja claramente un mejor envejecimiento en el país germano. Es decir, las personas de más edad en España tendrían un riesgo mayor de tener un peor pronóstico si son infectados por el virus porque tienen más enfermedades asociadas que el mero hecho de ser mayores. Esta hipótesis valdría para explicar también de alguna manera por qué en Lombardía, en relación con el resto de Italia, el virus ha demostrado más letalidad. Lombardía se considera también una de las zonas de Europa con una mayor esperanza de vida al nacer (84 años de media) pero con un envejecimiento acompañado de alta prevalencia de comorbilidades como en España. De hecho, un estudio italiano demostró que letalidad del virus es mayor en personas de 80,5 años de media, pero que tenían también una alta prevalencia de hipertensión arterial (76%). Evidentemente la presencia de comorbilidades va a afectar a la capacidad inmunológica de las personas, a sus mecanismos inflamatorios y la capacidad de acción de linfocitos y leucocitos para la defensa del organismo.

Todos tenemos que seguir siendo soldados para eliminar a este peligroso enemigo, el COVID-1. Después, cuando todo esto termine llegará el momento de seguir el consejo de Francois de la Rochefoucauld escritor y filósofo del barroco francés (1613-1680) <<Cuida tu cuerpo es el único lugar donde tienes que vivir>>. Para ello, con el trabajo de todos tendremos que mejorar muchas cosas. Entre ellas, sin duda, crear una concienciación general, política y científica de abordar desde todos los puntos de vista: el de la investigación, el social (mejorando entre otros el problema de la soledad de nuestros mayores que también tiene un importante impacto en el envejecimiento no saludable), el económico, el de la difusión a la sociedad etc., la importancia que tiene y como conseguir <<mejorar el envejecimiento saludable de nuestra población>>

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