Storytelling médico/paciente

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

En esta andadura permanente de los blogs en que me metí hace ya unos cuantos años, uno debe buscar ideas “allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir…” que diría el maestro Sabina, pues cualquier lugar es bueno para encontrar la musa.

Hoy por hoy los médicos, como pueda sucederles a otros profesionales, ya no solo leemos de nuestra materia bruta, por obligación, sino que hemos de surcar otros océanos, bien por devoción o bien por abrir nuevas rutas. Fundamentalmente interaccionamos en la frontera de nuestro quehacer. Regresando de Mahón, en la bella isla de Menorca, reparé en un artículo que compartía un amable twitero, que hablaba del “storytelling”.

Me paré entonces a reflexionar sobre ello, quizá por esa moda de usar vocablos ingleses para conceptos, objetos, cosas…que ya empleamos aquí desde tiempo inmemorial pero que, dichas en lenguas vecinas, parecen más chic, aunque en verdad lo que encierran es un complejo de inferioridad respecto al entorno, que por fortuna va en retroceso: lento, pero firme.

"Hoy por hoy los médicos, como pueda sucederles a otros profesionales, ya no solo leemos de nuestra materia bruta, por obligación, sino que hemos de surcar otros océanos, bien por devoción o bien por abrir nuevas rutas"

El “storytelling” vendría a ser como el arte de contar historias, así, sin más, pero para darle un aire más marketingniano los expertos le añaden el objetivo empresarial de que el público se enamore de lo que le cuentas y, ya puestos, de uno mismo. Si además le añades literatura sensiblera sobre las trabas, pesares y dificultades para alcanzar ciertos logros, y un garaje donde empezar, ya tienes el relato perfecto del “made-selfman”, por seguir con la moda, o sea, del hombre hecho a sí mismo.

Quienes me conocen saben que soy poco o nada proselitista, que siempre he pensado que “cada palo aguante su vela”, pero recompenso la cultura del esfuerzo, del sacrificio, de lo ganado con el sudor de la frente propia.

Ese relato que podría escribir todo el personal médico, por los muchos años de estudio y entrega, no es ni mejor ni más valorable que el del panadero que se levanta todos los días a las 3 AM, ni el del minero que extrae el carbón de un pozo negro, ni el del marinero que se juega la vida para traer pescado a nuestras mesas, ni el del juez que sentencia a los malhechores. Es el nuestro y nada más.

estetoscopio

Apunté a vuela pluma conceptos como el contacto emocional y la confianza, en este caso, de los pacientes, pero es que de empatía y humanización ya les he hablado. Por eso creo que las mejores historias, siempre son las de los pacientes, no las del personal médico, repetidas y cacareadas hasta la saciedad.

Lo que de verdad aporta emoción al discurrir diario del personal médico son los pacientes: la humanidad corre de su cuenta, porque viven, sufren, soportan estoicamente sus pesares, sobrellevan esa carga con entereza y siguen sus vidas mientras sus patologías se lo permiten. Y por supuesto cada uno lo hace a su manera, según sus condiciones y facultades físicas y psíquicas.

El verdadero storytelling nos lo aportan ellos, porque en el fondo somos como ellos nos ven, con nuestros aciertos y errores, con nuestro carisma, fragilidad, empaque, orgullo, condescendencia…Ellos podrían escribir el cuento diario de nuestras consultas porque son nuestros observadores directos, pero también el mejor aval para seguir peleando cada día.

"Lo que de verdad aporta emoción al discurrir diario del personal médico son los pacientes: la humanidad corre de su cuenta, porque viven, sufren, soportan estoicamente sus pesares, sobrellevan esa carga con entereza y siguen sus vidas mientras sus patologías se lo permiten"

Es posible que no seamos expertos en marketing, como los son los profesionales ad hoc, pero un paciente satisfecho y alegre, si precisa de nuevos cuidados (que ojalá no los requiriesen en favor de su equilibrio homeostático) regresará, porque para eso dicen que “siempre tornamos al lugar donde un día…nos hicieron felices”.

Es cierto que este raro privilegio no es uniforme a todos los pacientes, solo accesible en la privada, porque en la pública se les asigna mecánicamente el profesional sanitario que les atenderá, pero, incluso en esos casos, se llegan a oír en las consultas referencias a tal o cual especialista que les atendió con especial cuidado y no suelen olvidar sus nombres ni sus facciones.

No olvidemos que también nosotros somos pacientes a su vez de otr@s colegas, lo que posibilita ver dicha relación desde otra óptica, juzgando a quienes nos tratan. Ese tránsito que nos permite conocer los dos lados de una sola realidad tiene mucho de didáctico como de terapéutico.

No me negarán que no puede existir mejor storytelling que aquel que escriben nuestros pacientes con sus emociones.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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