Hasta 456 pacientes murieron, supuestamente, de manera prematura después de ser atendidos en un hospital de Reino Unido, el Gosport War Memorial, y suministrarles peligrosas dosis de opiáceos no justificadas médicamente. Así lo revela un informe independiente en el que se indica que el personal de enfermería del centro advertía de los riesgos de esta administración de analgésicos.
Los hechos ocurrieron entre los años 1989 y 2000 y, al parecer, se produjo una inacción por parte de las organizaciones sanitarias, que no actuaron contra esta problemática. Además, se señala que pueden existir centenares de casos más .
El informe revela que ni las organizaciones sanitarias ni los responsables del centro hospitalario hicieron nada ante la sucesión de casos
El caso ha tenido ahora tanta repercusión que hasta la propia primera ministra británica, Theresa May se ha manifestado al respecto. En concreto ha lamentado la noticia catalogando de “muy preocupantes” las conclusiones de este informe, según ha recogido en sus informaciones la BBC.
Por su parte, el ministro de Sanidad del país, Jeremy Hunt, ha dedicado una de sus intervenciones en el Parlamento británico a este asunto. En su discurso ha declarado que analizarán los datos que revela este informe ante la posibilidad de que se pudieran presentar cargos.