Alerta por el consumo de cannabinoides sintéticos: “Baja la percepción de riesgo y no hay controles”

Un reciente informe del Ministerio de Sanidad analiza la expansión de los cannabinoides sintéticos y sus efectos. Los expertos apuntan al reto regulatorio que provoca esta tendencia y el desconocimiento de los riesgos de su consumo

El auge de los cannabinoides sintéticos y su comercialización en formatos como gominolas o vapeadores está generando preocupación en el ámbito sanitario. Aunque se presenten como productos legales y de fácil acceso, la falta de control sobre su composición y dosis, sumado a su creciente popularidad entre jóvenes, supone un desafío urgente en materia de salud pública y regulación.

“Los cannabinoides semisintéticos son sustancias muy parecidas a los cannabinoides naturales, y de hecho algunas hasta están en la planta del cannabis, pero en cantidades muy pequeñas”, explica Mireia Ventura, coordinadora de los servicios de análisis de Energy Control, en una entrevista concedida a ConSalud.es. “La manera como se obtienen es sintética, y normalmente se venden solos, sin la mezcla de otras sustancias presentes en la planta”, precisa.

El fenómeno se ha expandido con fuerza en los últimos años. Si bien el cannabis tradicional contiene múltiples compuestos que interactúan entre sí, el consumo de cannabinoides semisintéticos supone una exposición más directa a sustancias activas aisladas, sin el efecto moderador que puede ofrecer la planta entera. Según Ventura, “los efectos son parecidos, pero ya no tienes toda esta mezcla”. Esto puede aumentar el riesgo de efectos no deseados, especialmente entre personas sin experiencia previa.

El consumo de cannabinoides semisintéticos supone una exposición más directa a sustancias activas aisladas sin el efecto moderador que puede ofrecer la planta entera

Un reciente informe publicado por el Ministerio de Sanidad, apunta que a pesar de que su prevalencia global sigue siendo baja -en torno al 1,5 % en 2020 según el Global Drug Survey-, los datos indican una tendencia al alza. En 2019, el 3,1 % de los estudiantes europeos encuestados en el marco del estudio ESPAD reconoció haberlos consumido al menos una vez. La Agencia de la Unión Europea sobre Drogas (EUDA) mantiene en vigilancia más de 280 cannabinoides sintéticos distintos, con nuevas variantes emergiendo cada año. 

En España, el Sistema de Alerta Temprana ha registrado en 2024 catorce casos de intoxicaciones por ingesta de gominolas adulteradas con hexahidrocannabinol (HHC) y tetrahidrocannabiforol (THCP), en Madrid y Barcelona. Y es que precisamente uno de los aspectos más preocupantes es el formato en el que se presentan estos productos, advierte la experta: “No es lo mismo fumar una hierba, que huele, que rasca, que fumar un vapeador con sabor a melón o sandía, que tiene estas sustancias impregnadas”. Este tipo de presentación disminuye la percepción de riesgo entre los consumidores, especialmente en adolescentes y jóvenes.

Además, los productos no están sometidos a controles sanitarios. “Se venden en mercado legal, pero tampoco son legales en el sentido estricto; no pasan por controles sanitarios”, subraya Ventura. Este vacío regulatorio permite su comercialización sin garantías sobre su composición real. “Es difícil saber la concentración que hay en cada vaper, o la cantidad dentro de las gominolas. Todo producto que se ingiera para consumo humano debería pasar por controles de calidad, y no está pasando”, denuncia.

El riesgo se incrementa notablemente cuando la vía de consumo es oral. Al ingerir una gominola con cannabinoides semisintéticos, el usuario recibe toda la dosis de golpe y los efectos se manifiestan más tarde, dificultando la autorregulación. “Cuando lo fumas puedes ir regulando un poquito los efectos. En el momento en que lo ingieres, ya tienes toda la dosis dentro”, explica Ventura. “Quizá ya ni te acuerdas que te has comido una gominola y de repente te sientes super rara y no sabes qué te está pasando”, relata.

“Se venden en mercado legal, pero tampoco son legales en el sentido estricto; no pasan por controles sanitarios”

Este patrón ha provocado un aumento de urgencias hospitalarias, especialmente entre personas extranjeras que, al no conocer el producto ni sus efectos, sufren intoxicaciones por sobredosis. “Les deben vender esto como marihuana natural, o marihuana legal, y claro, las dosis de estas gominolas son altas y no se suelen comer sólo una”, señala. 

En comparación con los clubes de cannabis en España, donde suele haber información sobre los productos que se consumen, las tiendas que comercializan cannabinoides semisintéticos no ofrecen ninguna garantía informativa ni interés en la reducción de riesgos. “Se están vendiendo en tiendas comerciales donde no hay ninguna concienciación”, lamenta la especialista. Así, la gran preocupación es que “hay mucha accesibilidad a estos productos y no sabemos bien qué sustancias están utilizando, qué cantidades y cómo se están vendiendo”, añade.

Los efectos secundarios de estas sustancias pueden ir desde la confusión y la ansiedad hasta cuadros de paranoia o dolores de cabeza, según el tipo de cannabinoide consumido. “Estas sustancias principalmente lo que te pueden llevar es a una paranoia. Los efectos secundarios del cannabis en el peor de sus escenarios”, concluye Ventura. 

*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.