Cifra récord de crisis sanitarias globales: 54 en total, de las que 11 están en el nivel más alto

Afganistán, República Democrática del Congo, el Cuerno de África, norte de Etiopía, Somalia, Sudán del Sur, Siria, Ucrania y Yemen, los países y regiones más afectados.

Niña contemplando la devastación de la guerra en Ucrania (Foto. UNICEF/OCHA)
Niña contemplando la devastación de la guerra en Ucrania (Foto. UNICEF/OCHA)

2.540 millones de dólares. Esta es la cantidad estimada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para brindar asistencia a millones de personas en todo el mundo que están haciendo frente a emergencias sanitarias. Y es que la cifra de personas que requieren ayuda humanitaria ha aumentado en casi una cuarta parte en comparación con el pasado año, hasta alcanzar la cifra récord de 339 millones.

En la actualidad la OMS está respondiendo a una cifra sin precedentes de emergencias cruzadas. Entre estas destacan los desastres relacionados con el cambio climático como las inundaciones en Pakistán, la inseguridad alimentaria en el Sahel y en el Gran Cuerno de África, la guerra en Ucrania, el impacto sanitario de los conflictos en Yemen, Afganistán, Siria y en el norte de Etiopía. Todas estas emergencias se han visto agravadas por la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, así como brotes de enfermedades potencialmente mortales como el sarampión o el cólera.

De las 54 crisis de salud para las que está ofreciendo respuesta en todo el mundo, 11 se encuentran clasificadas como Grado 3, el nivel más alto establecido por la OMS, que requiere una respuesta en los tres niveles de la organización. Estás se están produciendo en Afganistán, República Democrática del Congo, el Cuerno de África, norte de Etiopía, Somalia, Sudán del Sur, Siria, Ucrania y Yemen. Además de las crisis sanitarias y humanitarias que se están produciendo en estos países también están consideradas como emergencias sanitarias de Grado 3 la pandemia de Covid-19 y los brotes de Mpox.

“Esta convergencia de crisis sin precedentes exige una respuesta sin precedentes”, asevera el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Más personas que nunca se enfrentan al riesgo inminente de enfermedades y hambre, y necesitan ayuda ahora. El mundo no puede mirar hacia otro lado y esperar que estas crisis se resuelvan solas. Insto a los donantes a ser más generosos y ayudar a la OMS a salvar vidas, prevenir la propagación de enfermedades dentro y fuera de las fronteras y apoyar a las comunidades en su reconstrucción”.

Durante el pasado año la agencia de salud de las Naciones Unidas proporcionó medicamentos, suministros, capacitación de profesionales médicos y otros trabajadores de la salud, vacunas, vigilancia mejorada de enfermedades, clínicas móviles, apoyo a la salud mental, consultas sobre salud materna, así como otros muchos servicios. Una labor fundamental y costo-eficiente si tenemos en cuenta que cada dólar de inversión que se hace en la OMS genera, al menos, un retorno de la inversión de 35 dólares.

LLAMAMIENTOS DE EMERGENCIA DE GRADO 3

La guerra en Ucrania se erige como una de las grandes emergencias sanitarias. Desde el comienzo del conflicto bélico más de 14,5 millones de refugiados han cruzado las fronteras de Ucrania hacia otros países, de las que más de 7,9 millones todavía residen en países de acogida de refugiados. Hasta el pasado mes de septiembre se habían contabilizado 6,24 millones de desplazados internos.

La crisis en el país se agrava por semanas, especialmente desde que en octubre las infraestructuras civiles críticas, incluyendo la electricidad y el agua, se han convertido en un objetivo principal de la ofensiva rusa.

Un dato devastador lo encontramos en la tasa de mortalidad en menores de cinco años por cada 1.000 nacidos vivos: 115 en Somalia, 98 en Sudán del Sur y 57 en Sudán

La OMS ha registrado hasta este mismo mes de enero 745 ataques a la atención de la salud. El conflicto ha provocado 17.994 víctimas civiles con 11.075 heridos y 6.919 muertes, de acuerdo con los datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

El Gran Cuerno de África es una de las regiones más vulnerables del mundo en relación con los impactos del cambio climático. Actualmente está sufriendo una de las peores situaciones de inseguridad alimentaria en décadas con más de 46 millones de personas en Fase 3 o superior de la Clasificación Integrada de Fases de la Seguridad Alimentaria. De estas, alrededor de 275.000 personas en Somalia y Sudán del Sur se encuentran en Fase 5, es decir, en “situación de catástrofe”.

Las zonas que se encuentran más afectadas por la crisis alimentaria se ven además golpeadas por brotes de enfermedades transmisibles, en un contexto de bajas tasas de inmunización, servicios sanitarios insuficientes y déficit de infraestructuras que convierten en extremadamente vulnerables a grupos como las embarazadas, lactantes, recién nacidos, niños, ancianos y personas que viven afectadas por enfermedades crónicas. Los fenómenos meteorológicos extremos, los desplazamientos masivos, la inseguridad alimentaria y la malnutrición, el acceso limitado a la atención de la salud y las bajas tasas de inmunización contribuyen a aumentar el riesgo de brotes de enfermedades.

La OMS informa que desde el 16 de diciembre de 2022 hay brotes en curso de sarampión en seis países, de cólera en cuatro y de fiebre amarilla en dos. Además de brotes de Mpox, hepatitis E, polio, dengue, malaria o ébola. Un dato devastador lo encontramos en la tasa de mortalidad en menores de cinco años por cada 1.000 nacidos vivos: 115 en Somalia, 98 en Sudán del Sur y 57 en Sudán.

En 2023, más de 37,75 millones de personas en Burkina Faso, el extremo norte de Camerún, Chad, Malí, Níger y el noreste de Nigeria necesitarán asistencia vital

Ponemos el foco ahora en el Sahel donde encontramos una de las crisis de más rápido crecimiento y, sin embargo, la más olvidada del mundo. La región enfrenta necesidades humanitarias sin precedentes debido al conflicto armado, la inseguridad alimentaria, el cambio climático, las enfermedades, la pérdida de medios de subsistencia y la inestabilidad política.

En 2023, más de 37,75 millones de personas en Burkina Faso, el extremo norte de Camerún, Chad, Malí, Níger y el noreste de Nigeria necesitarán asistencia vital.

Nos trasladamos ahora hasta República Árabe Siria donde el pasado año las necesidades sanitarias aumentaron de forma significativa. Las estimaciones señalan que más de 15 millones de personas necesitarán acceso a servicios de salud para salvar sus vidas. El sistema sanitario del país, gravemente interrumpido antes de la pandemia, se ha visto aún más golpeado por la Covid-19, la recesión económica global y las reducciones que se han experimentado en materia de apoyo humanitario, así como los duros efectos de las sanciones internacionales.

El pasado año el país experimentó brotes de sarampión, meningitis y cólera, y el riesgo de surgimiento de nuevos brotes de enfermedades infecciosas continúa siendo elevado. La fuerza de salud está sobrecargada y solo se encuentran a pleno funcionamiento el 58% de los hospitales y el 53% de los centros de Atención Primaria.

“Las personas más vulnerables del mundo necesitan tu apoyo más que nunca. Trabajando juntos, podemos abordar estas necesidades urgentes y ayudar a las comunidades a reconstruir sistemas de salud más fuertes y resilientes, apoyar el acceso equitativo a medicamentos, vacunas y otros productos de salud esenciales, y ayudar a forjar el camino hacia un mundo más saludable, más seguro y más estable”, concluye el director general de la OMS.

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