Cumplir el Acuerdo de París lograría evitar 6.000 muertes de niños africanos por calor

Un equipo de científicos internacionales, dirigido por la Universidad de Leeds en colaboración con investigadores de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (Reino Unido), demuestra que podrían evitarse hasta 6.000 muertes infantiles en África.

Termómetro (Foto. Pixabay)
Termómetro (Foto. Pixabay)

Un equipo de científicos internacionales, dirigido por la Universidad de Leeds en colaboración con investigadores de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (Reino Unido), ha demostrado que podrían evitarse hasta 6.000 muertes infantiles en África relacionadas con el calor si el aumento de la temperatura se limita al objetivo de 1,5ºC del Acuerdo de París hasta 2050.

El trabajo, publicado en la revista científica 'Environmental Research Letters', ha evidenciado que las muertes infantiles relacionadas con el calor podrían duplicarse en el África subsahariana a mediados de siglo si continúan las altas emisiones.

El estudio ha calculado el impacto del cambio climático en las muertes anuales relacionadas con el calor de los niños menores de cinco años en el África subsahariana, desde 1995 hasta 2050. Los resultados muestran que desde aproximadamente 2009, la mortalidad infantil relacionada con el calor ha sido al menos el doble de lo que habría sido sin el cambio climático.

Los resultados muestran que desde aproximadamente 2009, la mortalidad infantil relacionada con el calor ha sido al menos el doble de lo que habría sido sin el cambio climático

El aumento de la mortalidad por calor debido al cambio climático provocado por las actividades humanas y el crecimiento de la población superó las reducciones de las muertes relacionadas con el calor debidas a las mejoras asociadas al desarrollo, como la mejora de la atención sanitaria y las medidas de saneamiento.

"Los niños pequeños son especialmente vulnerables a los efectos de la exposición al calor. Tienen una capacidad limitada de termorregulación y las altas temperaturas pueden aumentar la transmisión de enfermedades y los brotes", ha advertido una de las responsables del estudio, Cathryn Birch.

El equipo examinó el impacto de tres escenarios de emisiones de carbono (bajo, medio y alto) en el aumento de las temperaturas globales y el consiguiente efecto en la futura mortalidad infantil relacionada con el calor.

En un escenario de altas emisiones, en el que la sociedad no realiza esfuerzos para reducir las emisiones de carbono, se prevé que la mortalidad infantil relacionada con el calor se duplique en 2049 en comparación con 2005-2014, y podría alcanzar estimaciones superiores de 38.000 muertes infantiles al año en 2049.

Pero en un escenario de bajas emisiones, podrían evitarse en África entre 4.000 y 6.000 muertes infantiles relacionadas con el calor al año. Esto requeriría una rápida reducción de las emisiones de carbono en todos los sectores y estaría en consonancia con el objetivo de París de limitar el calentamiento global a 1,5ºC.

En un escenario de emisiones medias (el punto intermedio entre los recortes urgentes de emisiones necesarios y la ausencia de recortes) se evitarían entre 2.000 y 3.000 muertes al año, de acuerdo con sus estimaciones.

"Las temperaturas ya están aumentando en África. Desde 1980, las temperaturas han aumentado entre 0,2 y 0,4°C por década y, a medida que las temperaturas sigan aumentando debido al cambio climático, también lo harán las muertes relacionadas con el calor. Nuestros resultados subrayan la necesidad de medidas de mitigación más ambiciosas para proteger a las poblaciones vulnerables y la necesidad de una adaptación proactiva y eficaz", detalla Birch.

"Nuestros resultados subrayan la necesidad de medidas de mitigación más ambiciosas para proteger a las poblaciones vulnerables y la necesidad de una adaptación proactiva y eficaz"

Investigaciones anteriores ya han demostrado que el cambio climático afecta negativamente a la salud humana a través de la exposición a fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, incluido el efecto directo de las altas temperaturas sobre el estrés térmico, y el efecto indirecto de la temperatura sobre las enfermedades infecciosas y la seguridad alimentaria.

Los niños que viven en entornos de bajos ingresos con altas temperaturas son especialmente vulnerables al calor debido a problemas preexistentes de infección y desnutrición, sistemas sanitarios deficientes y viviendas que no ofrecen suficiente protección contra el calor.

Sin embargo, debido a la escasa disponibilidad de datos sanitarios y medioambientales, se ha investigado poco en los países de ingresos bajos y medios, sobre todo en relación con los efectos en los niños.

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