La ONU alerta: en 2021 un niño o joven murió cada cuatro segundos

Cinco millones de niños murieron antes de cumplir los cinco años, y 2,1 millones de niños y jóvenes con edades comprendidas entre los cinco y los 24 años perdieron la vida en 2021.

Niños en África (Foto.EuropaPress)
Niños en África (Foto.EuropaPress)
Ángel Luis Jiménez
10 enero 2023 | 11:50 h

Desde el año 1990 se han logrado importantes avances a escala global para reducir el número de defunciones infantiles. La cifra total de muertes de niños menores de cinco años en todo el mundo ha disminuido de 12,6 millones en el referido año a 5,2 millones en 2019, de acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).  Una triste fotografía que prácticamente se ha mantenido invariable en los últimos años.

Así lo ponen de manifiesto las estimaciones publicadas por el Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil (UN IGME). Estas revelan que cinco millones de niños murieron antes de cumplir los cinco años, y 2,1 millones de niños y jóvenes con edades comprendidas entre los cinco y los 24 años perdieron la vida en 2021. A través de un segundo informe publicado de forma paralela por el grupo se reporta que 1,9 millones de bebés nacieron muertos en el mismo periodo. Los autores del informe lamentan que un porcentaje importante de estos decesos podría haberse evitado mejorando el acceso equitativo y los servicios de atención de salud materna, neonatal, infantil y adolescente.

El dato positivo que ponen de relieve los dos informes que nos ocupan indica que se ha reportado un menor riesgo de muerte en todas las edades a nivel mundial desde el año 2000. De esta forma vemos que la tasa global de mortalidad en menores de cinco años se ha logrado reducir en un 50% desde el comienzo del siglo, mientras que las tasas de mortalidad en niños por encima de esta edad y jóvenes se han reducido un 36%.

Los expertos rubricantes de estos informes alertan sin embargo de las reducciones significativas que se han apreciado en estos avances desde el año 2010. Como consecuencia de esta situación un total de 54 países no alcanzarán la meta fijada para 2030 en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la mortalidad en menores de cinco años. En caso de no adoptarse medidas urgentes orientadas a mejorar los servicios de salud casi 59 millones de niños y jóvenes morirán en todo el mundo antes de 2030, y casi 16 millones de bebés morirán por muerte fetal.

“Todos los días, demasiados padres se enfrentan al trauma de perder a sus hijos, a veces incluso antes de que respiren por primera vez. Una tragedia tan generalizada y prevenible nunca debe aceptarse como inevitable. El progreso es posible con una voluntad política más fuerte y una inversión específica en el acceso equitativo a la Atención Primaria para todas las mujeres y niños”, expone Vidhya Hanesh, directora de la División de Análisis, Planificación y Monitorización de datos de UNICEF.

Por su parte, el director de Maternidad, Recién Nacido, Niño y Salud Adolescente y Envejecimiento de la OMS, el doctor Anshu Banerjee, considera “sumamente injusto”, que las posibilidades de supervivencia de un niño dependan de su lugar de nacimiento. “Los niños de todo el mundo necesitan sistemas sólidos de Atención Primaria que satisfagan sus necesidades y las de sus familias, para que, sin importar dónde nazcan, tengan el mejor comienzo y esperanza para el futuro”.

"El progreso es posible con una voluntad política más fuerte y una inversión específica en el acceso equitativo a la Atención Primaria para todas las mujeres y niños"

“Necesitamos voluntad política y liderazgo para la financiación sostenida de la Atención Primaria, una de las mejores inversiones que pueden hacer los países”, asevera Juan Pablo Uribe, director global de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial y director del Fondo de Financiamiento Global.

GRANDES DISPARIDADES GEOGRÁFICAS

El lugar en el que nacemos continúa determinando nuestra salud y los niños siguen contando con oportunidades de supervivencia muy diferentes según el país en el que nazcan. El África subsahariana y el sudeste asiático soportan la carga más pesada de acuerdo con los informes.

Los datos relativos a la región del África subsahariana muestran una preocupante situación. A pesar de que tan solo registró en 2021 el 29% de los nacidos vivos en todo el mundo, representó el 56% del total de muertes a nivel mundial en menores de cinco años. En el caso del sudeste asiático la región registró en 2021 el 26% del total.

Más del 40% de los mortinatos se producen durante el parto y, la mayoría de ellos, podrían prevenirse si las mujeres tuviesen un acceso a una atención de calidad durante el embarazo y el parto

Los expertos alertan de que los niños que nacen en el África subsahariana están sujetos a mayor riesgo de muerte infantil del mundo, hasta 15 veces mayor que el riesgo al que se enfrentan los niños en Europa y América del Norte.

En 2021 el 77% de los mortinatos registrados a nivel global se produjeron en el África subsahariana y el sur de Asia. Casi el 50% se contabilizaron en el África subsahariana. El informe pone de manifiesto que el riesgo de que una mujer tenga un bebé muerto en el África subsahariana es hasta siete veces más probable que en Europa y América del Norte.

LA BARRERA DEL ACCEO A LA ATENCIÓN MÉDICA DE CALIDAD

El acceso y la disponibilidad de atención médica de calidad sigue siendo una cuestión de vida o muerte para los niños de todo el mundo. Los datos muestran que la mayoría de los decesos infantiles se producen en los primeros cinco años de vida de los que, el 50%, se registran en el primer mes. En el caso de los bebés más pequeños el parto prematuro y las complicaciones asociadas al parto son las principales causas de muerte prevenibles.

Más del 40% de los mortinatos se producen durante el parto y, la mayoría de ellos, podrían prevenirse si las mujeres tuviesen un acceso a una atención de calidad durante el embarazo y el parto. Pero el problema no acaba aquí. Los niños que consiguen sobrevivir a sus primeros 28 días de vida tienen que hacer frente a importantes amenazas como la neumonía, diarrea o malaria, entre otras enfermedades infecciosas.

En este sentido un trabajo presentado en The Lancet Global Health sugiere la necesidad de ampliar el periodo de supervivencia posparto fijado por la OMS en 42 días, ya que este sistema estaría subestimando las muertes que se producen en el continente africano.

En cuanto al papel que ha jugado la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, si bien la Covid-19 no ha aumentado de forma directa la mortalidad infantil (los niños tienen menos probabilidades de fallecer como consecuencia de la infección que los adultos), la crisis sanitaria ha podido aumentar los riesgos futuros para su supervivencia. En este sentido los informes inciden en las preocupaciones generadas a raíz de las interrupciones en los programas de inmunización de rutina, los servicios de nutrición y el acceso a la Atención Primaria de la salud. No olvidemos que la pandemia ha provocado el mayor retroceso de las últimas tres décadas en materia de inmunización, lo que ha aumentado el riesgo de muerte como consecuencia de enfermedades prevenibles por vacunación.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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