Desciende la enfermedad neumocócica invasiva gracias a la vacuna conjunta trecevalente

Ahora las bacteriemias ocultas y neumonías complicadas son mucho menos frecuentes en niños

CS
27 abril 2013 | 00:00 h
Desciende la enfermedad neumocócica invasiva gracias a la vacuna conjunta trecevalente
Desciende la enfermedad neumocócica invasiva gracias a la vacuna conjunta trecevalente
Redacción | Madrid

El impacto de la vacunación antineumocócica en los niños ha sido enorme, con una disminución muy significativa de la incidencia de enfermedad neumocócica invasiva (ENI), especialmente en los menores de 2 años de edad.

“La posibilidad de inmunizar a los niños con la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente ha provocado un descenso muy significativo de la incidencia de ENI causada por los serotipos que eran más prevalentes, el 1 y el 19A. Así, enfermedades como la meningitis, la bacteriemia oculta y las neumonías bacteriémicas y complicadas son ahora menos frecuentes”, explica el doctor Javier Benito Fernández, jefe del Servicio de Urgencias de Pediatría del Hospital Universitario de Cruces, en Bilbao, con motivo del simposio “Impacto de la vacunación antineumocócica: cambios recientes en la epidemiología de la ENI y en la práctica clínica en urgencias” organizado por Pfizer en el marco de la XVIII Reunión de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría que se acaba de celebrar en Granada.

El ejemplo más llamativo de cómo se ha reducido la incidencia de las enfermedades producidas por el neumococo en España es el de la Comunidad de Madrid, región en la que -tal y como explica la doctora Teresa Hernández-Sampelayo, jefe de Pediatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP)- “en los dos primeros años tras la introducción en el calendario infantil de la CM de esta vacuna, se consiguió un descenso del 55% de las hospitalizaciones por enfermedad neumocócica invasiva y una reducción del 72% del número de neumonías y de un 54% del número de meningitis en los niños vacunados”.

Esta realidad ha llevado a los profesionales sanitarios a modificar esquemas de diagnóstico y tratamiento en diversas situaciones clínicas muy frecuentes en pediatría, como el manejo del lactante con fiebre. “Durante muchos años, debido a la alta incidencia de bacteriemia oculta en el lactante con fiebre sin foco, los protocolos de diagnóstico y tratamiento de estos pacientes incluían con frecuencia la práctica de pruebas complementarias, ingresos y tratamiento antibiótico empírico. Tras la vacunación antineumocócica, el manejo de estos niños está siendo menos intervencionista e individualizado, especialmente en aquellos niños que han recibido una vacunación completa”, indica el doctor Benito.

Esta pauta completa de vacunación es un esquema conocido como 3 1 y consiste en “inmunizar contra el neumococo a los niños con la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente a los 2,4 y 6 meses de edad y aplicar una dosis de refuerzo entre los 12 y los 15 meses”, explica la doctora Hernández-Sampelayo. “Con esta pauta se persigue que los niños estén bien protegidos”

En este contexto, el papel del pediatra en la prevención de la enfermedad neumocócica invasiva, y de cualquier enfermedad prevenible mediante vacunas, es crucial. Para el doctor Benito está claro: “el papel del pediatra es aún más trascendental cuando se trata de vacunas eficaces y seguras (como la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente) que no están incluidas en el calendario vacunal oficial del sistema de salud. En esta situación el pediatra debe tomar un papel activo en la información a las familias sobre la existencia de estas vacunas y sus beneficios”.


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