Desmontando los bulos sobre la vacunación: "Ninguna vacuna produce autismo ni llevan mercurio"

Para acabar con las ‘fake news' que se han formado a través de la inmunización durante estos años, Consalud.es ha dialogado con el Dr. Roi Piñeiro Pérez, Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario General de Villalba.

El doctor Roi Piñeiro, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital General de Villalba (Foto: Hospital Villalba)
El doctor Roi Piñeiro, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital General de Villalba (Foto: Hospital Villalba)
Blanca Mas
27 abril 2023 | 17:45 h

Una de las amenazas a la que se debe enfrentar la vacunación es a la desinformación. Cuántas veces habremos escuchado en los últimos años que la vacuna contra la Covid-19 no era una inyección de un líquido sino la forma de insertar en nuestro cuerpo un microchip. O que la vacuna contra la gripe puede causar graves efectos en la salud. También que otras muchas inoculaciones para inmunizarnos contienen “metales peligrosos”.

En esta semana, en la que se recuerda la importancia de la inmunización, Consalud.es ha tenido la oportunidad de analizar y desmentir los principales bulos que existen sobre la vacunación con el Dr. Roi Piñeiro Pérez, Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario General de Villalba y miembro, entre otras, de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP).Piñeiro hace una reflexión sobre la importancia de estar bien informado para acabar con las ‘fake news’.

¿Cuáles son los bulos que se han extendido en la vacunación?

Lo cierto es que son tantos que me resultaría difícil seleccionar los típicos. Además, no existen dos vacunofóbicos iguales. Los bulos que consiguen intoxicar a uno no tienen por qué conseguirlo con otro. En mi experiencia como asesor en vacunas he tenido que desmentir en numerosas ocasiones el hecho de que las vacunas llevan mercurio. En la actualidad, no existe ninguna inyección en nuestro país que lleve mercurio o derivados mercuriales. Es tan fácil comprobarlo como consultar las fichas técnicas en la web de la AEMPS. A pesar de ello, algunos consultan dichos datos y no se los creen, aduciendo que desde las instituciones oficiales nos mienten.

Otro bulo clásico es el de que las vacunas producen autismo. Todo surge de la publicación de Wakefield en la revista The Lancet en 1998, en la que sugería dicha asociación. Años después se ha demostrado que aquella investigación fue un fraude y la revista ha retractado dicho artículo, pero es evidente que el daño ya está hecho y se cuentan por miles los seguidores de dicho impostor, considerándolo incluso un mártir de la lucha contra las vacunas.

"Si buscamos respuestas y solo creemos aquellas que ratifican nuestra creencia, no haremos otra cosa que potenciar nuestro bulo"

Otro bulo típico es que llevan aluminio y este metal es peligroso para el ser humano. Es cierto que el aluminio puede ser tóxico, pero no en las cantidades presentes en las vacunas, donde actúa como coadyuvante para conseguir que la vacuna sea inmunógena, es decir, efectiva.

Con respecto a la inmunización frente a Covid-19 han surgido muchos otros bulos. El más típico es el de que la vacuna de ARN mensajero es capaz de modificar el código genético de nuestras células. Nada más cierto de la realidad pues dicho ARN ni siquiera alcanza el núcleo de la célula, que es donde está el ADN. Sin embargo, muchos virus, SARS-CoV-2 incluido, sí que son capaces de entrar en dicho núcleo y modificar el ADN. Por lo que, si no quieres ver tu ADN modificado, lo mejor es que te vacunes.

¿Son bulos basados en el desconocimiento?

Muchos bulos tienen una base real. Por ejemplo, es cierto que las vacunas llevan aluminio, lo que no es cierto es que las cantidades puedan ser tóxicas. Pero, quien encuentra un bulo es porque ha buscado información sobre un determinado tema que le genera dudas. Y quien busca información, está haciendo lo correcto. El problema es la infoxicación, o el exceso de información que puede intoxicar nuestro juicio. Si buscamos respuestas y sólo creemos aquellas que ratifican nuestra creencia, no haremos otra cosa que potenciar nuestro bulo. Es lo que se conoce como confirmación sesgada. La capacidad crítica y lógica supone analizar toda la información, la que es afín a nuestras creencias y también la que no, y sobre todo contrastar de dónde proviene cada dato.

¿Por qué se ha “normalizado” escuchar este tipo de bulos? ¿Podríamos relacionar este hecho con el famoso dicho “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”?

La gente no solo necesita creer, sino afianzar sus creencias. Detrás de un bulo siempre hay alguien que gana, generalmente el creador de la mentira, y no siempre son ganancias económicas, aunque el dinero está detrás de muchos bulos. Por ejemplo, si te convenzo para que no te pongas las vacunas puedo ofrecerte otros productos para que estés protegido.

"Los bulos tratan de buscar una solución fácil a un problema que no lo tiene"

Generalmente los bulos tratan de buscar una solución fácil a un problema que no lo tiene. Por ejemplo, ganar dinero no es fácil, y supone un esfuerzo, generalmente un trabajo. Pero si te repito muchas veces que puedes ganar mucho dinero sin moverte de tu casa, solo haciendo clics en una aplicación del móvil, al final el deseo de que sea cierto te convence y te lleva a tomar decisiones de las que seguramente te avergüences años después. Pero mientras tanto, hay alguien que gana: el que te ha engañado.

¿De qué manera llegan las 'fake news' a convertirse en “verdad”?

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación tienen muchas ventajas, entre ellas permiten una difusión masiva. Esto puede generar un problema cuando se trata de noticias falsas. Si muchas personas ven o leen un bulo y lo comparten, pueden comenzar a creer que es cierto, aunque no exista ninguna evidencia para respaldarlo. Si además la información nos llega de una fuente que parece fiable, como un amigo o un familiar, la necesidad de verificar antes de compartir es menor y la mentira termina por convertirse en una “verdad”. Por eso es tan importante verificar siempre la información antes de compartirla, y buscar fuentes confiables y verificadas.

¿Cómo de importante son las vacunas en la salud general e individual?

La propia Organización Mundial de Salud ha clasificado el movimiento de reticencia a las inyecciones como una de las amenazas más importantes para la salud pública en el siglo XXI. La verdad es que, si dejáramos de vacunarnos, enfermedades infecciosas que ya prácticamente estaban erradicadas, como la poliomielitis o la difteria, podrían volver a generar epidemias en todo el mundo. El porcentaje de personas que desconfían de las vacunas es cada vez mayor y es especialmente preocupante en países muy cercanos al nuestro, como Francia o Italia, donde las autoridades sanitarias no han tenido otra opción que obligar a administrar algunas inyecciones para mantener protegida a la comunidad. En España tenemos unos porcentajes de cobertura de vacunas excelentes pero, si no cuidamos la información que transmitimos, no hay nada que nos asegure que vayamos a permanecer en esta situación. No existe vacuna frente a la vacunofobia.

Por último, con motivo de la Semana Europea de la Inmunización, ¿le gustaría destacar algo?

El mayor enemigo de las vacunas son las propias vacunas y el éxito que tienen. Cuando dejamos de percibir el miedo ante una determinada enfermedad, la necesidad de estar protegido también desaparece. Como me enseñó Clara Grima, de ‘Una matemática viene a verme’ en La 2 de RTVE, el movimiento contrario a las inyecciones nace del concepto de la racionalidad miope.

Si yo me encuentro a Rick Grimes, protagonista de la serie “The Walking Dead”, luchando desesperadamente contra una horda de zombies y le pregunto si quiere una vacuna “antizombie” no tendría ningún reparo en pedírmela y la aceptaría con cierta urgencia. Sin embargo, si esa misma pregunta se la hago a los protagonistas de la serie ochentera “Sensación de Vivir”, probablemente todos se reirían de mí, porque los zombies no existen. En la actualidad, muchas personas creen que enfermedades que ya no vemos han sido erradicadas y no existen, pero esto no es cierto. Los microorganismos siguen ahí, esperando que un conjunto de personas decidan no vacunarse para volver a atacar, como por ejemplo los brotes de sarampión que siguen apareciendo en todo el mundo, a pesar de ser una enfermedad que hoy ya podría estar erradicada.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído