La diabetes pediátrica, una gran desconocida en el entorno escolar

Sandra Rubert, vocal de la Asociación Madrileña de Enfermería en Centros Educativos (Amece), señala como “fundamental” que la enfermera escolar sea quien controle el proceso crónico del alumno durante toda la etapa educativa.

Aula escolar (Foto. Freepik)
Aula escolar (Foto. Freepik)
Marisol Díaz
14 noviembre 2019 | 13:00 h

La diabetes es una de las enfermedades crónicas más comunes en la edad pediátrica. En la actualidad, se estima que en España hay 29.000 menores de 15 años que la padecen. Esto supone que afecta a 1-2 de cada 1.000 niños en edad escolar.

Debida a una falta parcial o total del efecto de una hormona llamada insulina, la diabetes es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la glucosa (azúcar) en sangre. Existen varios tipos de diabetes, siendo la diabetes Tipo 1, la cual se manifiesta cuando el organismo tiene una falta total de insulina, la más característica a esta edad, “prácticamente el 95% de los niños y adolescentes con diabetes en España tiene diabetes Tipo I”, señala Sandra Rubert, enfermera escolar en el Colegio Joyfe y Vocal de la Asociación Madrileña de Enfermería en Centros Educativos (Amece), en declaraciones a ConSalud.es

El 95% de los niños y adolescentes con diabetes en España tiene el Tipo I

No obstante, existen otros tipos de diabetes, como la Tipo II, que se produce cuando la producción de insulina no es suficiente o su efectividad es reducida. A este respecto, la enfermera alerta: “Pese a ser conocida como la ‘diabetes del adulto’, cada vez son más y más frecuentemente los niños y adolescentes que padecen este tipo de diabetes como consecuencia de una alimentación poco saludable y problemas de obesidad”.  

Al igual que en el hogar, en los centros educativos con niños o adolescentes que padecen esta enfermedad, se deben establecer medidas de atención especial. En lo referente a la actividad física escolar, la especialista asegura que pueden realizar cualquier tipo de ejercicio. No obstante, “deben realizarlo en las condiciones óptimas”. Para ello, continúa, “es importante que el niño controle su glucemia antes y después de realizar una actividad física, ya que el ejercicio aumenta el consumo de glucosa por el músculo y hace que disminuya la glucemia, manteniendo el riesgo de hipoglucemia hasta varias horas después del ejercicio”.

Del mismo modo, es importante que desde el centro sepan identificar síntomas que puedan indicar una hipoglucemia o una hiperglucemia, y deben permitir que se realicen controles o que el afectado ingiera alimentos en clase. Por todo ello, resulta de vital importancia que la diabetes del niño sea conocida y aceptada por el profesorado, “aunque su competencia no es valorar y tratar la diabetes, todo el personal del centro que esté en contacto con el alumno y más concretamente su tutor, debe estar formado para reconocer los principales signos de hipoglucemia e hiperglucemia, así como los síntomas que suelen presentarse, con el objetivo de conseguir una detección temprana”.

ENFERMERA ESCOLAR

A pesar de todo lo que debe saber el profesorado del  colegio, para Rubert es “fundamental” que una enfermera escolar sea quien controle el proceso crónico del alumno durante toda la etapa educativa del mismo. “La misión de la Enfermera Escolar es la participación profesional en el cuidado compartido de la salud de los niños y adolescentes, de las familias y de la Comunidad Educativa, durante todo el periodo de escolarización en los diferentes aspectos de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, recuperación y rehabilitación, en su entorno y contexto socio-cultural”, alega la vocal de Amece.

“La enfermera escolar realiza junto con la familia y el alumno una historia clínica”

La elaboración de una historia clínica del alumno es imprescindible en estos casos, “la enfermera realiza junto con la familia y el alumno una historia clínica donde se registran datos del equipo de seguimiento diabetológico, diagnóstico de la diabetes, terapia insulínica pautada, recomendaciones dietéticas y de ejercicio, así como, los síntomas que suele tener en caso de hipoglucemia e hiperglucemia”. Así, y en base a los datos recogidos, se realiza un plan de cuidados individualizado. “Al final la enfermera llega a conocer a estos niños, sabiendo cómo influyen los factores psicosociales, a de más de los nutricionales y físicos en los niveles de glucemia, pudiendo así anticiparse a acontecimientos y pudiendo informar y formar al profesorado del colegio, garantizando un buen control y cuidado”, concluye la especialista.

Por todo ello, Rubert define como “clave” la figura de estos profesionales para “visualizar la situación de estos niños, educar al entorno escolar  y así poder  garantizar una escolarización normal y un cuidado óptimo”.

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