El número de ictus y su mortalidad se incrementará más de un 35% en los próximos 15 años

La causa de este aumento es la creciente esperanza de vida, ya que la mayoría de los casos se dan en personas mayores de 65 años.

Médico observando los resultados de una resonancia magnética cerebral (Foto. Freepik)
Médico observando los resultados de una resonancia magnética cerebral (Foto. Freepik)
CS
28 octubre 2019 | 13:30 h
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El 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ictus, una enfermedad cerebrovascular que constituye la primera causa de discapacidad adquirida en adultos. Además, es la primera causa de mortalidad en las mujeres y la tercera en hombres en España. Cada año se producen 120.000 casos y mueren 27.000 personas, una cifra que, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), se prevé que aumente un 39% en 2035, debido a la creciente esperanza de vida.

También se estima que dos de cada tres personas que sobreviven presentan algún tipo de secuela. “Según datos del Atlas Nacional del Ictus, actualmente más de 650.000 españoles se han visto afectados por un ictus y de ellos, unos 350.000 presentan alguna limitación en su capacidad funcional como consecuencia de éste”, comentaMaría Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN.

Un 80 o 90% de los casos de ictus podrían evitarse 

Además, las secuelas derivadas de ictus, en comparación a las que resultan de otras enfermedades crónicas, con más incapacitantes. Por ejemplo, el 44% de las personas mayores de 65 años que han sufrido un ictus tienen dificultades para ducharse o bañarse y el 56% para realizar tareas domésticas ligeras.Estos porcentajes duplican a los de otras enfermedades crónicas, tumores o accidentes.

Otro factor a tener en cuenta a la hora de hablar de los efectos del ictus es el económico. En España, el coste total medio por paciente que ha sufrido un ictus es de 27.711 euros al año. El coste total de los casos nuevos es de 1.989 millones, siendo gran parte de esos gastos asumidos por la familia. Únicamente el 10% de los pacientes con discapacidad por ictus reciben alguna prestación económica.

Como conclusión, desde la SEN inciden en la importancia de la prevención de los factores de riesgo modificables de esta enfermedad y el tratamiento de los mismos como medida más efectiva para reducir los nuevos casos. Aseguran que, al menos, un 80% de los ictus podrían evitarse eliminando el consumo de tabaco y alcohol, siguiendo una dieta adecuada, realizando ejercicio físico, evitando el senderismo y la obesidad y recibiendo un tratamiento y seguimiento adecuado de enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia y la fibrilación auricular, entre otras enfermedades vasculares.

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