La concienciación sobre la anemia asociada a la enfermedad renal crónica es fundamental

Uno de cada siete adultos en España vive con enfermedad renal crónica. En estadios avanzados hasta nueve de cada 10 pacientes renales conviven con anemia, una de las comorbilidades asociadas más frecuentes.

Médico y paciente (Foto. Freepik)
Médico y paciente (Foto. Freepik)

Alrededor del 10% de la población global sufre algún tipo de enfermedad renal crónica. Lo más preocupante es que la mayoría de las personas no suele ser consciente del problema hasta que ya se encuentra en fases avanzadas y los únicos tratamientos posibles son la diálisis o el trasplante. Razón por la que concienciación sobre la salud renal se erige como fundamental y desde el año 2006 se celebra el Día Mundial del Riñón.

Los riñones desempeñan una función vital en nuestro organismo. Estos filtran toda la sangre de nuestro cuerpo cada 30 minutos y eliminan los desechos, toxinas y el exceso de líquido. Contribuyen al control de la presión arterial, estimulan la producción de glóbulos rojos y regulan la presencia en la sangre de las sustancias químicas que son esenciales para la vida.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) explican que la enfermedad renal crónica (ERC) se produce cuando los riñones están dañados y no son capaces de realizar el filtrado de la sangre lo que provoca un exceso de líquido y desechos en la sangre que permanecen en el organismo pudiendo originar otros problemas de salud como enfermedades cardíacas o derrames cerebrales.

Entre las principales consecuencias para la salud de la ERC encontramos también una mayor incidencia de las infecciones, niveles bajos de calcio, niveles elevados de potasio y fósforo en sangre, pérdida del apetito, depresión y anemia o bajo número glóbulos rojos. Sobre esta condición vamos a centrar las siguientes líneas en este Día Mundial del Riñón.

Uno de cada siete adultos en España vive con enfermedad renal crónica. En estadios avanzados hasta nueve de cada 10 pacientes renales conviven con anemia. La anemia renal es una de las complicaciones más frecuentes en los pacientes con ERC y suele manifestarse en las fases más avanzadas de la enfermedad. La anemia renal se define como una reducción en la concentración de la hemoglobina en sangre lo que significa que existe una producción de glóbulos rojos anómala.

La anemia renal se define como una reducción en la concentración de la hemoglobina en sangre lo que significa que existe una producción de glóbulos rojos anómala

La razón reside en que los riñones no están funcionando de forma correcta y la producción de eritropoyetina (EPO) por parte de nuestro organismo es inadecuada. Tal y como explican los expertos de GSK esta hormona se produce a nivel renal y es la encargada de enviar señales a la médula ósea para la producción de los glóbulos rojos y que estos puedan transportar el oxígeno a los tejidos de nuestro organismo.  A medida que la función renal disminuye también los hace de forma proporcional la producción de eritropoyetina lo que limita la cantidad de glóbulos rojos en sangre y origina la anemia.

Cabe señalar que más allá del déficit de EPO, en la ERC existen otras potenciales causas de la anemia como la ferropenia (disminución de la cantidad de hierro en la sangre) con un frecuente factor asociado a la disminución de EPO, especialmente en los casos de pacientes con tratamientos antiagregante o anticoagulante.

Entre los principales síntomas de alerta destacan la fatiga, la falta de aliento y problemas neurocognitivos como la depresión. En este Día Mundial del Riñón es fundamental concienciar que la anemia es un problema asociado a la ERC que padecerán muchos de los pacientes afectando no solo a su calidad de vida, sino también a su autonomía y desarrollo personal.

La eritropoyetina se emplea frecuentemente para tratar la anemia causada por un número reducido de glóbulos rojos o una baja concentración de hemoglobina en los casos de insuficiencia renal crónica. Pero se requieren avances. El cambio no urge únicamente desde el punto de vista de las opciones terapéuticas, sino a nivel estructural y social. Un primer y necesario paso apunta a garantizar que el Sistema Nacional de Salud (SNS) cuente con capacidad para ofrecer la cobertura necesaria a los pacientes con enfermedad renal crónica, así como informar a nivel general sobre una patología poco conocida entre la población general.

Precisamente, con motivo de la efeméride que hoy se celebra, la ministra de Sanidad, Carolina Darias mantuvo el pasado 8 de marzo una reunión con representantes de sociedades científicas y asociaciones de pacientes con el objetivo de continuar avanzando en áreas como la prevención y el tratamiento de la enfermedad renal en España. Un punto de encuentro en el que tanto los expertos como los pacientes volvieron a instar a Sanidad al desarrollo de un Plan Nacional de Salud Renal.

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