La nutrición oncológica es una rama de la nutrición que se emplea como herramienta para mejorar la calidad de vida, la respuesta al tratamiento, la sintomatología asociada a los tratamientos de quimioterapia, radioterapia, etc.; así como el pronóstico del paciente con cáncer. “No solo se trabaja con el paciente, también con sus familiares y su entorno, para poder facilitar el momento de la preparación de los alimentos y de su ingesta”, afirma Berta Pinto Robayna, dietista-nutricionista, profesora y coordinadora de la asignatura de Nutrición Clínica en el Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Alfonso X el Sabio
En declaraciones a ConSalud.es, la experta apunta que los pacientes con cáncer enfrentan múltiples desafíos nutricionales debido a la enfermedad en sí misma, el tipo y localización del tumor, los factores psicológicos y los efectos secundarios de los tratamientos. Según la Dra. Pinto Robayna, “todo ello provoca un aumento de los requerimientos nutricionales, un aumento en la pérdida de determinados nutrientes y una disminución de la ingesta dietética, que, en consecuencia, provoca que exista un riesgo muy elevado de sufrir de desnutrición”.
Según un informe de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria, está demostrado que la malnutrición disminuye la calidad de vida de los pacientes con cáncer, especialmente por la pérdida de masa muscular, astenia, y por su influencia negativa en el aspecto físico. Además destacan que los pacientes sin desnutrición tienen una mayor capacidad para solventar complicaciones derivadas de cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.
“La alimentación se adapta individualmente para cubrir las necesidades nutricionales de cada paciente de acuerdo a su situación y al tipo de tratamiento recibido”
No existe un plan de alimentación único o una dieta única para los pacientes con cáncer. “La alimentación se adapta individualmente para cubrir las necesidades nutricionales de cada paciente de acuerdo a su situación y al tipo de tratamiento recibido”, comenta la Dra. Pinto Robayna. Explica que de acuerdo a la localización del tumor, el paciente puede presentar un mayor riesgo de caquexia tumoral, un tipo de malnutrición proteico-energética que disminuye la supervivencia del paciente. “No es solo cuestión de calorías, la ingesta de proteínas en los pacientes oncológicos es fundamental”, asevera.
Los tratamientos de quimioterapia y/o radioterapia suelen provocar efectos secundarios que afectan la alimentación, como la pérdida de apetito, alteraciones del gusto y el olfato, vómitos, náuseas, diarrea, estreñimiento e irritación de las mucosas. En este sentido, la Dra. Pinto Robayna subraya que “la figura del dietista-nutricionista dentro de un equipo multidisciplinar puede aportar estrategias para mejorar la sintomatología del paciente y su calidad de vida”.
Entre el 15% y el 40% de los pacientes con cáncer presentan desnutrición en el momento del diagnóstico, cifra que puede alcanzar el 80% en fases avanzadas
Un porcentaje significativo de pacientes oncológicos, entre el 50% y el 60%, experimenta disgeusia (alteración del gusto) o ageusia (pérdida total del gusto). “Esto puede provocar el rechazo o inapetencia de ciertos alimentos, y, por consecuencia, que no se alcancen los requerimientos nutricionales del paciente”, indica la doctora.
“Estrategias como la potenciación de los sabores, la condimentación de los platos, la adaptación de texturas y el control de la temperatura de las comidas son clave en estos casos”, subraya la experta.
INVESTIGACIÓN EN NUTRICIÓN ONCOLÓGICA
La nutrición oncológica, lejos de ser un aspecto secundario, es una herramienta esencial en el manejo integral del cáncer. La intervención de dietistas-nutricionistas especializados puede marcar una diferencia significativa en la evolución y bienestar de los pacientes.
Los estudios revelan que entre el 15% y el 40% de los pacientes con cáncer presentan desnutrición en el momento del diagnóstico, cifra que puede alcanzar el 80% en fases avanzadas dependiendo de la localización del tumor. “Estas cifras evidencian la necesidad de una evaluación y atención nutricional especializada e individualizada en pacientes sometidos a tratamientos oncológicos”, concluye la Dra. Pinto Robayna.