El 10% de los pacientes con EPOC no ha fumando nunca

La Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid) ha celebrado una jornada sobre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

La disnea es uno de los síntomas de las EPOC más incapacitantes que existen, ya que limita el desarrollo normal de sus actividades diarias
La disnea es uno de los síntomas de las EPOC más incapacitantes que existen, ya que limita el desarrollo normal de sus actividades diarias
CS
28 noviembre 2018 | 16:57 h

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una patología compleja y multidimensional con una elevada prevalencia y morbi-mortalidad. Entre los retos actuales se encuentra el de identificar la patología a tiempo para poder realizar un tratamiento adecuado.

“Las personas con EPOC tosen, expectoran y tienen dificultad para respirar, por lo que esta enfermedad disminuye notablemente la calidad de vida de quienes la padecen y puede ser una causa importante de discapacidad, morbilidad y mortalidad”, ha señalado el doctor Javier de Miguel, neumólogo del Hospital Universitario Gregorio Marañón, en el marco de la V Jornada EPOCAM organizada por la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid).

La disnea es uno de los síntomas más incapacitantes que existen, ya que limita el desarrollo normal de sus actividades diarias

La disnea que sufren los pacientes con EPOC es uno de los síntomas más incapacitantes que existen, ya que limita el desarrollo normal de sus actividades diarias. Esto tiene un impacto muy negativo, no solo a nivel físico sino también mental, en aquella persona que percibe cómo progresivamente pierde la capacidad de realizar aquello con lo que antes disfrutaba.

Prevenir y tratar las agudizaciones a tiempo es fundamental para detener la evolución de la enfermedad. El paciente debe llevar una correcta utilización y adherencia al tratamiento farmacológico, así como mantener una alimentación y actividad física adecuada. También es importante que vigilen los signos de alarma, que pueden verse reflejados en el empeoramiento de su disnea habitual y el aumento del volumen o cambio de color de las secreciones respiratorias.

Aunque la EPOC no es una enfermedad curable, abandonar el hábito de fumar representa la medida más eficaz para prevenirla y frenar su progresión. Aunque tal y como ha recalcado el Dr. De Miguel, “hasta un 10% de los pacientes con EPOC no ha fumado nunca, por lo que existen otros factores relacionados con la etiopatogenia de esta patología”.

A pesar de que según el estudio EPI-SCAN se ha incrementado su prevalencia hasta convertirse en la cuarta causa de muerte en los países desarrollados existe un desconocimiento preocupante por parte de los profesionales sanitarios. “Es importante que los profesionales sanitarios realicemos campañas de información activa sobre esta enfermedad e incrementemos el uso de la espirometría, una herramienta fundamental para confirmar la existencia de una EPOC”, ha advertido el doctor de Miguel.

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