
En el campo del tratamiento, se han ofrecido los últimos datos disponibles de las terapias ya establecidas y de las innovaciones que se están desarrollando para mejorar la tasa de curación y supervivencia de los pacientes con SMD. La terapéutica actual está ajustada al riesgo individual. “En los pacientes con alto riesgo de evolución a leucemia aguda, el trasplante de médula ósea es la única alternativa curativa, pero solo es aplicable a una minoría de los pacientes”, explica el doctor Sanz. “Afortunadamente, para el resto hay disponibles fármacos hipometilantes del ADN que producen respuestas duraderas y prolongan significativamente la supervivencia”, destaca. “Para los pacientes de bajo riesgo, disponemos de agentes estimulantes de la producción de hematíes que consiguen, en muchos casos, la independencia transfusional, y de fármacos como la lenalidomida, un inmunomodulador dirigido a un subtipo de pacientes con una alteración genética concreta que, en ocasiones, también elimina las células alteradas”.
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