La energía eólica, una aliada para cuadruplicar los beneficios en salud

Un estudio del MIT apunta que los beneficios para la salud asociados con la energía eólica podrían más que cuadruplicarse si los operadores rechazaran la producción de las plantas de energía basadas en combustibles fósiles

Energía eólica (Foto: Freepik)
Energía eólica (Foto: Freepik)
Blanca Mas
7 diciembre 2022 | 00:00 h

Aproximadamente solo el 10% de la electricidad de Estados Unidos (EE.UU.) proviene de la energía eólica, una fuente de energía renovable que beneficia el clima, la calidad del aire y la salud pública, ya que una de sus principales características es desplazar el aire contaminado. Ciertamente, un estudio publicado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) muestra que los beneficios sobre la salud asociados a la energía aerotérmica podrían cuadruplicarse si los operadores priorizaran reducir la producción de las plantas de energía basadas en combustibles fósiles más contaminantes en vez de abastecerse de la energía eólica.

Para ello, los investigadores compararon dos conjuntos de datos históricos del periodo comprendido entre 2011 y 2017: un registro hora a hora de la producción energética de los aerogeneradores de todo el país y un registro detallado de las mediciones de emisiones de todas las centrales eléctricas de combustibles fósiles de EE.UU. Los datos abarcaban cada uno de los siete principales mercados regionales de electricidad, cada uno de los cuales suministraba energía a uno o varios estados. Asimismo, rastrearon las emisiones en todo el país y asignaron los contaminantes a las poblaciones demográficas afectadas. Después calcularon la calidad del aire regional y los costos de salud asociados para cada comunidad.

"Descubrimos que dar prioridad a la salud es una forma estupenda de maximizar los beneficios de forma generalizada en todo EE.UU., lo cual es muy positivo. Pero sugiere que no va a abordar las disparidades", afirma Noelle Selin, coautora del estudio y profesora del Instituto de Datos, Sistemas y Sociedad y del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT.

Las comunidades de color y las comunidades con bajos ingresos seguían experimentando menores beneficios para la salud que las comunidades más acomodadas

El primer hallazgo lo llevaron a cabo en 2014, cuando descubrieron que la energía eólica que estaba asociada con las políticas estatales mejoró la calidad del aire en general, lo que se tradujo en 2 mil millones de dólares en beneficios para la salud en todo el país. Pero, solo alrededor del 30% de estos beneficios para la salud llegaron a las comunidades desfavorecidas.

Por otra parte, el equipo llego a la conclusión de que si la industria eléctrica redujera la producción de las centrales eléctricas más contaminantes basadas en combustibles fósiles, en lugar de las más ahorradoras, en tiempos de energía generada por el viento, los beneficios globales para la salud podrían cuadruplicarse hasta alcanzar los 8.400 millones de dólares en todo el país. Pese a esto, los resultados tendrían un desglose demográfico similar.

MEJORA DE LA SALUD EN LA POBLACIÓN GENERAL

Los investigadores utilizaron un sofisticado modelo de química atmosférica para simular los patrones de viento y el transporte químico de las emisiones por todo el país, y determinó dónde y en qué concentraciones las emisiones generaban partículas finas y ozono, dos contaminantes conocidos por dañar la calidad del aire y la salud humana.

Seguidamente, los investigadores trazaron un mapa de las poblaciones demográficas generales de todo el país, basándose en los datos del censo estadounidense, y aplicaron un enfoque epidemiológico estándar para calcular el coste sanitario de una población como consecuencia de su exposición a la contaminación.

A continuación, los investigadores examinaron cómo cambiaría el patrón de emisiones y los beneficios para la salud asociados si se diera prioridad al cierre de distintas centrales que utilizan combustibles fósiles en épocas de auge de la energía eólica. Adaptaron los datos de emisiones para reflejar varios escenarios alternativos: uno en el que las centrales eléctricas más contaminantes y perjudiciales para la salud son las primeras en apagarse, y otros dos escenarios en los que las centrales que producen más dióxido de azufre y dióxido de carbono, respectivamente, son las primeras en reducir su producción.

Los beneficios globales para la salud podrían cuadruplicarse hasta alcanzar los 8.400 millones de dólares en todo el país

Comprobaron que, aunque cada escenario aumentaba los beneficios para la salud en general, y el primero en particular podía cuadruplicar los beneficios para la salud, persistía la disparidad original: Las comunidades de color y las comunidades con bajos ingresos seguían experimentando menores beneficios para la salud que las comunidades más acomodadas.

"Llegamos al final del camino y dijimos: no hay forma de abordar esta disparidad siendo más inteligentes a la hora de decidir qué plantas desplazar", afirma Selin. No obstante, el estudio puede ayudar a identificar formas de mejorar la salud de la población en general, afirma Julian Marshall, profesor de ingeniería ambiental de la Universidad de Washington.

"La información detallada que aportan los escenarios de este trabajo puede ofrecer una hoja de ruta a los operadores de redes eléctricas y a los reguladores estatales de la calidad del aire sobre qué centrales eléctricas son muy perjudiciales para la salud humana y también es probable que reduzcan notablemente las emisiones si aumenta la electricidad generada por el viento", dice Marshall, que no participó en el estudio.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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