¿Es una manía o un trastorno obsesivo-compulsivo?

El TOC condiciona la vida diaria, genera una necesidad desmedida de orden y distintas rutinas, y dice la OMS que figura entre las 20 enfermedades más discapacitantes.

CS
17 agosto 2016 | 20:00 h
¿Es una manía o un trastorno obsesivo-compulsivo?
¿Es una manía o un trastorno obsesivo-compulsivo?
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un problema de ansiedad que provoca pensamientos recurrentes y la necesidad de repetir rituales y comportamientos para calmar la sensación. La enfermedad, ajena al control de quien lo sufre, interfiere en su vida cotidiana.

Para la doctora María Nebot, psiquiatra de la Unidad de Salud Mental del Hospital Nisa Valencia al Mar, la obsesión son aquellos pensamientos repetitivos, intrusos, los que la persona no desea tener, a los que se resiste y los que le generan malestar. Los que intenta ignorar y neutralizar con otros o acciones. Haciendo compulsión, realizando comportamientos o actos mentales repetitivos, rituales externos como respuesta a una obsesión con el fin de evitar alguna situación temida o disminuir momentáneamente el malestar. Tras el alivio, la ansiedad. La necesidad de repetir, su círculo vicioso.


Se relaciona con la contaminación, las incesantes dudas y los impulsos agresivos
Dice la doctora Olga Magro, de la Unidad de Salud Mental, que los contenidos frecuentes se relacionan con la contaminación, la repelencia a distintas sustancias y la imperiosa necesidad de lavarse las manos con elevada frecuencia,las incesantes dudas, como la incertidumbre acerca de si se ha cerrado la puerta, y los impulsos agresivos, la necesidad de hacer daño, incluso matar, y proferir obscenidades en una iglesia. Y, además, con el perfecto orden y las rumiaciones obsesivas.


Lo diagnostica el psiquiatra, o el psicólogo clínico, mediante una entrevista en la que se explora la presencia de síntomas y conductas de evitación, y un test específico que valora la repercusión diaria del trastorno. Los estudios avalan el tratamiento farmacológico y la intervención psicoterapéutica, ya que algunos antidepresivos han demostrado su eficacia en la disminución de la sintomatología, aunque es común su combinación con otros fármacos como los ansiolíticos. Según la doctora Nebot, el paciente se expone a los estímulos externos e internos temidos, y al mismo tiempo, se previene la ocurrencia de compulsiones hasta que la ansiedad disminuye. La doctora Magro asegura que la sintomatología se mitiga con tratamiento y seguimiento adecuados. Sin embargo, sin el correcto abordaje puede llegar a ser incapacitante.

Desde el centro indican que, si condiciona la rutina diaria, genera ansiedad u obliga a perder más de una hora al día, es posible que, lo que creíamos manía sea, en realidad, obsesión.


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