España sufre más olas de calor, y más acusadas, pero con mucha menos mortalidad

Las olas de calor suponen un potencial riesgo para la salud. Dermatitis, edemas, quemaduras, insolaciones, fatiga, calambres, agotamiento y síncopes son algunos de estos riesgos.

Mujer hidratándose por ola de calor (Foto. Freepik)
Mujer hidratándose por ola de calor (Foto. Freepik)
CS
25 julio 2019 | 10:00 h

Cada vez hay más olas de calor, una realidad que afecta a muchas regiones y países del mundo, entre ellos España. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) define este fenómeno como un episodio de, al menos, tres días consecutivos de duración, en los que, como mínimo, el 10% de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95% de su serie de máximas diarias históricas. Los meses más comunes para una ola de calor son julio y agosto, aunque en los últimos años se han producido varias en junio. En los últimos 5 años se han contabilizado 14 olas de calor, según un estudio de la Aemet más del doble que las registradas en el lustro anterior.

Las olas de calor suponen un potencial riesgo para la salud. Dermatitis, edemas, quemaduras, insolaciones, fatiga, calambres, agotamiento y síncopes son algunos de estos riesgos, que en los casos más graves pueden dejar secuelas y, en episodios extremos, poner en riesgo la vida. 

La mortalidad por olas de calor en España ha descendido drásticamente en la última década, pasando de un 14% a un 1%

Los investigadores de la Escuela Nacional del ISCIII Julio Díaz y Cristina Linares llevan tiempo estudiando la relación entre clima y salud. Según señalan, a pesar de la mayor presencia de olas de calor en España, y a su carácter más acusado, la mortalidad asociada ha disminuido claramente en lo que va de siglo. Concretamente, según los resultados de un trabajo firmado por Linares y Díaz el año pasado en Environment International, la mortalidad por olas de calor en España ha descendido drásticamente en la última década, pasando de un 14% a un 1%. La investigación se publicó en colaboración con la AEMET y la Consejería de Samidad de Castilla-La Mancha.

Díaz y Linares explican que este descenso de la mortalidad asociada al calor no tiene una sola causa, sino que se trata de una cuestión multifactorial. Los planes de prevención ante altas temperaturas, diversos factores de carácter socioeconómico, las mejoras en los servicios sanitarios y la consolidación en los hogares de tecnologías como los aparatos de aire acondicionado están entre las razones de este descenso: "Es lo que se denomina la cultura del calor, un conjunto de factores que nos permiten adaptarnos a las altas temperaturas", señalan. De hecho, según otra de sus publicaciones, en la misma revista, la mortalidad relacionada con las olas de frío es bastante mayor que la ligada a las olas de calor. 

¿CÓMO PROTEGERSE DE UNA OLA DE CALOR?

Entre las recomendaciones de los profesionales sanitarios para afrontar una ola de calor están mantenerse hidratado, evitar la exposición al sol especialmente en las horas de más calor, reducir e incluso eliminar la práctica de ejercicio al aire libre durante el día, optar por una alimentación rica en agua y sales minerales y tener especial precaución con las radiaciones solares. Los colectivos que más precuación deben tener son los niños y las personas mayores.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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