Un 12 % de sanitarios contagiados se reincorporaron sin tener un test negativo

Un estudio de la Unidad de Investigación en Cuidados y Servicios de Salud del ISCIII, llamado ‘SANICOVI’, informa sobre los posibles factores que han influido a la alta tasa de contagios por Covid-19 entre los profesionales sanitarios.

Profesionales del servicio de Neumología del Sescam (Foto. Sescam)
Profesionales del servicio de Neumología del Sescam (Foto. Sescam)

El colectivo de los profesionales sanitarios ha sido, junto al de las residentes en centros de mayores, uno de los más afectados por la pandemia del coronavirus debido a su inevitable contacto con la enfermedad. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad sobre ello, a fecha de 18 de junio, se han notificado un total de 52.036 casos confirmados de Covid-19 entre el personal sanitario, representando más de un 21 % del total de personas afectadas.

Para conocer cuáles son los factores que han influido y continúan influyendo para que la tasa de contagios por coronavirus siga siendo alta entre los profesionales sanitarios, la Unidad de Investigación en Cuidados y Servicios de Salud del Instituto de Salud Carlos III (Investén-ISCIII) ha desarrollado un estudio donde se abordan, entre otros asuntos, la disponibilidad de equipos de protección o la reincorporación tras haber dado positivo.

A un 75,7 % de los profesionales sanitarios contagiados le realizaron prueba diagnóstica por haber tenido síntomas; el 63,4 % fueron casos sospechosos y el 13,3 % probables

Tras dos meses desde su inicio, la revista Enfermería Clínica ha publicado recientemente los primeros resultados preliminaresde este proyecto denominado SANICOVI, una encuesta realizada a un total de 2.230 profesionales sanitarios entre el 4 y el 30 de abril. Los requisitos para participar en esta investigación eran que debían haber trabajado en centros donde se ha atendido a pacientes con Covid-19 y, además, ser un caso confirmado.

PRUEBAS AL 75 % POR TENER SÍNTOMAS

Uno de los primeros resultados concluyentes del estudio es que a la mayoría de los profesionales contagiados (75,7 %) le realizaron la prueba por haber tenido síntomas. En concreto, el motivo para realizar la prueba diagnóstica fue ser un caso sospechosos en el 63,4 % y un caso probable en el 12,3 %.

Además, a un 8,6 % se la hicieron por ser un caso asintomático con contacto de un contagiado, a un 12,5 % por otros motivos y a un 3,2 % a solicitud propia. Cabe puntualizar que de las 2.230 respuestas obtenidas, un 76,4 % representaban a una mujer. De ellas, la mayoría (48,3 %) eran enfermeras, seguidas de médicas (29,6 %), de Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (8,9 %) o MIR/EIR (7,6 %) entre otras profesiones.

De los sanitarios contagiados que se incorporaron a su puesto de trabajo, un 81,25 % lo hizo tras un test negativo, el 6,45 % tras dos negativos y un 12,30 % lo hizo sin test negativo

La encuesta también refleja datos como que la media de tiempo entre que presentaban síntomas y que se confirmaba la prueba positiva era de 4,67 días. Mientras, un 97,1 % de los profesionales afectados hicieron aislamiento domiciliario, un 67,2 % cumplió con las medidas recomendadas y un 78,5 % tuvo un seguimiento telefónico. De los encuestados, el6,1 % requirió ingreso hospitalario y tan solo el 0,4 % necesitó una unidad de cuidados intensivos (UCI).

Y otro dato reseñable es el relativo a la incorporación tras dar positivo. En el momento de la investigación, un34,2 % se había incorporado a la actividad asistencial. Lo más relevante es que un 81,25 % lo hizo tras un test negativo, el 6,45 % tras dos test negativos y hasta un 12,30 % lo hizo sin test negativo. Entre los incorporados, la media de tiempo entre que daban positivo en un test y el primer test negativo fue de 16,89 días.

DISPONIBILIDAD DE EQUIPOS DE PROTECCIÓN

Otra de las cuestiones que aborda la investigación es la percepción de disponibilidad por parte de los profesionales de medidas y equipos de protección. Según los datos obtenidos, en las primeras semanas de la pandemia la disponibilidad de material fue “siempre” o “frecuentemente” para mascarillas FPP1 (57,3 %), guantes de nitrito (89,5 %), jabón (95 %) y solución hidroalcohólica (91,5 %).

Los profesionales declararon haber tenido menor disponibilidad de material como gafas de protección ocular, batas desechables, mascarillas FFP2 y FFP3 

No obstante, hubo ciertos equipos con menos existencias y, por lo tanto, se detectó carencias. De hecho, para varios tipos de material de protección el porcentaje declarado de disponibilidad fue inferior al 50 %: gafas de protección ocular (42,1 %), batas desechables (37,7 %), FFP2 (31,5 %) o FFP3 (13,5 %). El estudio apunta incluso que estas cifras “podrían sugerir que al inicio de la pandemia pudo haber profesionales sin un nivel totalmente adecuado de protección”.

Por otra parte, un 80,4 % de los encuestados declararon que contaban con procedimientos de actuación establecidos sobre la Covid-19. De ellos, un 81,3 % aseguró tener un solo procedimiento, un 13 % tuvo dos, un 3,2 % tuvo tres y un 2,5 % contó con cuatro procedimientos. Mientras, de quienes únicamente tuvieron uno, el 63,8 % aclararó que procedían de la propia institución, el 35 % de autoridades sanitarias, el 0,7 % de la OMS y otras organizaciones institucionales y el 0,3 % de sociedades científicas.

LIMITACIONES

A pesar de las informaciones preliminares obtenidas, los organizadores del estudio admiten “diversas limitaciones” como “el margen de error en la tasa de respuesta del cuestionario por falta de representatividad en algunas comunidades autónomas”. Por otro lado, indican que se trata de una investigación “transversal sólo de profesionales sanitarios contagiados, por lo que es complejo establecer relaciones causales”. De la misma forma, han precisado que la encuesta se difundió por redes sociales, algo que “podría implicar un cierto sesgo de deseabilidad social o de características impostadas en las respuestas, así como un sesgo de recuerdo”.

Los autores del estudio manifiestan la necesaidad de "ajustar las cargas de trabajo en el contexto asistencial" o de "mejorar la formación en EPI para los profesionales"

En todo caso, y pese a que redundan en ampliar la muestra, los autores indican que entre los “factores clave” que han podido influir en el alto contagio de los profesionales sanitarios están “la gestión de la cadena de contagios, al uso y la adecuación en la disponibilidad de equipos de protección, así como a la efectividad en la realización de las distintas etapas del lavado de manos”.

Por todo ello, desde el Investén-ISCIII manifiestan la necesidad de “desarrollar estrategias para reforzar los procedimientos de prevención de riesgos laborales respecto a contagio y mejorar la formación en EPI para los profesionales, adecuar la dotación de medidas de protección apropiadas, mejorar la disposición y la difusión de protocolos actualizados, así como reforzar la adherencia a la higiene de manos, y finalmente ajustar las cargas de trabajo en el contexto asistencial”.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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