Más allá de Delta: las otras variantes que despiertan la preocupación de la comunidad científica

En el contexto epidemiológico actual Delta continúa siendo la variante que mayor preocupación genera en gran parte del mundo, pero se vigilan otras variantes para controlar su evolución.

Profesional sanitario identificando una muestra de sangre de un paciente con COVD 19 (Foto. Freepik)
Profesional sanitario identificando una muestra de sangre de un paciente con COVD 19 (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
10 septiembre 2021 | 17:45 h
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La continúa propagación del SARS-CoV-2 en todo el planeta ha posibilitado que el virus experimente ciertas mutaciones que han acabado derivando en diversas variantes de este. En función de las características con las que cuente cada una de estas podrá o no extenderse con mayor facilidad invadiendo el espacio ocupado por otras hasta erigirse como dominante.

Ante este escenario los trabajos de secuenciación genómica del virus se posicionan como vitales para conocer la evolución de la pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece dos clasificaciones de las variantes que se van detectando para monitorizar su evolución y posibles riesgos. Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido), Beta (B.1.351, detectada originalmente en Sudáfrica), Gamma (P.1, detectada originalmente en Brasil) y, especialmente Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) son las variantes que mayor peligro representan en la actualidad.

Estas cuatro han sido clasificadas por la OMS como “variantes de preocupación” (VOC, por sus siglas en inglés) ya que reúnen características que implican la posibilidad de ser más transmisibles, provocar una enfermedad más grave e incluso ser capaces de evadir las respuestas inmunitarias. Pero existen muchas otras variantes sobre las que los esfuerzos de secuenciación genómica globales tienen puesto el foco. Hablamos de las denominadas como “variantes de interés” (VOI, por sus siglas en inglés).

¿CUÁL ES LA CLAVE DE EXPANSIÓN DE DELTA?

En el contexto epidemiológico actual Delta continúa siendo la variante que mayor preocupación genera en gran parte del mundo. La creciente evidencia científica muestra cómo esta variante es capaz de infectar a una mayor proporción no solo de población no vacunada sino también a aquellos que están inmunizados.

La explicación que ha encontrado la ciencia a su veloz capacidad de expansión apunta a que las personas infectadas por la variante Delta presentan una mayor carga viral que aquellas infectadas con la versión original del coronavirus. Nature recoge un estudio capitaneado por Jing Lu, epidemiólogo del Centro Provincial de Control y Prevención de Enfermedades de Guangdong (China), centrado en evaluar la carga viral de 62 personas infectadas por la variante Delta.

Las personas infectadas por la variante Delta presentaban cargas virales hasta 1.260 veces más altas que aquellas cuya infección había sido causada por la cepa original del coronavirus

La investigación revela que el virus era detectable en las personas infectadas por la variante Delta cuatro días después de la exposición al coronavirus, en comparación con el promedio de seis días en aquellos infectados con la cepa original. Los responsables del estudio indican, en base a este hallazgo, que Delta se replica de forma mucho más rápida. Además, las personas infectadas por la variante Delta presentaban cargas virales hasta 1.260 veces más altas que aquellas cuya infección había sido causada por la cepa original del coronavirus.

Los expertos consideran que la elevada carga viral registrada y el breve periodo de incubación que requiere la infección provocada por la variante Delta son los dos motores principales que han impulsado sur rápida propagación en todo el mundo.

A pesar de que Delta acapara gran parte de la atención, la comunidad científica internacional y las autoridades de salud pública vigilan de cerca otras variantes.

LAMBDA, POTENCIAL AMENAZA

El pasado 14 de junio la OMS clasificaba Lambda como “variante de interés”. Fue identificada por primera vez en Perú en agosto de 2020 y presenta varias mutaciones relevantes respecto a la cepa original detectada en Wuhan (China) en diciembre de 2019: L452Q, G75V, T76I, F490S, D614G y T859N. La información ofrecida por la OMS indica que estas mutaciones posiblemente estén relacionadas con un aumento de la transmisibilidad y posible escape a la respuesta inmunitaria frente a otras variantes circulantes actualmente.

“Lambda puede ser una amenaza potencial para la sociedad”

“Lambda puede ser una amenaza potencial para la sociedad”, declara en Reuters Kei Sato, investigador principal de la Universidad de Tokio y autor de un estudio que alerta de su peligro, publicado de forma pre-impresa en bioRxiv y a la espera de ser revisado por pares. Los experimentos desarrollados en laboratorio han hallado tres mutaciones en la proteína de pico de Lambda. Estas ayudan al virus a resistir la neutralización de los anticuerpos inducidos mediante las vacunas contra la COVID-19 que actualmente se están inoculando.

Los investigadores han descubierto que dos mutaciones adicionales, T76I y L425Q, incrementan notablemente la capacidad infectiva de Lambda. Motivos por los que los autores del estudio critican que la OMS continúe clasificando a la variante Lambda como “de interés” y no “de preocupación”, lo que podría minimizar la percepción de riesgo que realmente implica.

La OMS descarta por el momento clasificarla como “variante de preocupación”. Actualmente se tiene constancia de su presencia en al menos 40 países, con especial incidencia en Sudamérica, aunque sin llegar a ser dominante.

MONITORIZACIÓN DE MU

La última variante en generar inquietud ha sido bautizada como MU (B.1.621, detectada originalmente en Colombia). De acuerdo con la información ofrecida por la OMS esta variante presenta una serie de mutaciones que indican propiedades potenciales de escape inmunológico.

Los datos preliminares presentados al Grupo de Trabajo sobre la Evolución del Virus muestran una reducción de la capacidad de neutralización de las vacunas y de los vacunados, similar a la observada en la variante Beta, si bien la OMS avisa de que esto debe ser confirmado por otros estudios, tal y como recogen en Europa Press.

Aunque la prevalencia global de la variante Mu entre los casos secuenciados ha disminuido y actualmente está por debajo del 0,1 por ciento, la OMS ha avisado de que la prevalencia en Colombia (39%) y Ecuador (13%) ha aumentado sistemáticamente. Se han detectado casos en 43 países.

"La prevalencia notificada debe interpretarse teniendo en cuenta de la capacidad de secuenciación y de la puntualidad con que se comparten las secuencias, que varían de un país a otro. Se necesitan más estudios para comprender las características fenotípicas y clínicas de esta variante", ha detallado el organismo.

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