Búsqueda de tratamientos y vacuna: esta es la fotografía actual en la lucha contra el SARS-CoV-2

Científicos de todo el mundo aúnan esfuerzos para conseguir desarrollar en el menor tiempo posible tratamientos o una vacuna con los que poder hacer frente a la pandemia provocada por el nuevo coronavirus.

Investigación y (Freepik)
Investigación y (Freepik)
Ángel Luis Jiménez
31 marzo 2020 | 00:00 h

El SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que provoca la enfermedad COVID-19, ha puesto en jaque a las sociedades, sistemas sanitarios, economías y tejido empresarial de todo el mundo. De acuerdo a las últimas cifras oficiales ofrecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de contagiados a nivel global ha ascendido hasta los más de 724.000 casos provocando más de 34.000 fallecidos. La cifra de naciones afectadas por la pandemia es ya de 192.

La mayor parte de las muertes se han producido en Italia, España y China y, Estados Unidos, se posiciona como el país con mayor número de contagiados. La pandemia avanza en África, Asia, América, Europa y Oceanía mientras científicos de todo el globo trabajan a marchas forzadas para encontrar algún tipo de tratamiento eficaz y una posible vacuna.

En este sentido es vital averiguar el origen del virus. De acuerdo a una reciente investigación realizada en base al análisis de su estructura molecular, el virus no ha podido ser creado en un laboratorio tal y como apuntaban algunas teorías.

Los hallazgos de la citada investigación plantean el origen del virus como un proceso de selección natural que ha permitido evolucionar al virus hasta convertirse en lo que hoy conocemos, o a un salto de este de un huésped animal a los seres humanos y, una vez ya en estos, comenzó a desarrollar el carácter patógeno al que ahora estamos combatiendo.

De acuerdo a una reciente investigación realizada en base al análisis de su estructura molecular, el virus no ha podido ser creado en un laboratorio tal y como apuntaban algunas teorías

Hasta la fecha se conocen siete tipos de coronavirus. El nuevo SARS-CoV-2 es uno de los más mortíferos. El motivo reside en que genera serios problemas respiratorios y ataca de forma virulenta a los pacientes infectados que presentan patologías previas.

EL DESAFÍO DE ENCONTRAR UNA VACUNA

Partiendo de este escenario son muchos los países que se han sumado a la búsqueda de una vacuna o de tratamientos que permitan reducir su mortalidad y frenar el ritmo al que se producen los nuevos contagios en todo el mundo.

En la historia de la ciencia nunca se ha conseguido desarrollar una vacuna que resulte eficaz contar alguno de los miembros de la citada familia de los coronavirus. Hecho que se traduce en que la gran mayoría de los ensayos clínicos que se están desarrollando en la actualidad para vencer al COVID-19, estén condenados al fracaso.

A pesar de lo recogido en la literatura científica, los esfuerzos alrededor de todo el mundo no cesan. Las multinacionales de la industria farmacéutica han mostrado su compromiso para disponer de una vacuna contra el COVID-19 en un plazo de entre 12 y 18 meses. Hay en marcha decenas de ensayos clínicos que están trabajando a contrarreloj para el desarrollo de kits de detección del virus más baratos y con una mayor capacidad de precisión.

ESTADOS UNIDOS Y CHINA LIDERAN LA CARRERA

China informaba hace unos días que ha acelerado todos los procesos para encontrar la vacuna contra el COVID-19. El Ministerio de Defensa chino ha anunciado a través de un comunicado de prensa que el primer prototipo de la vacuna contra el nuevo coronavirus se encuentra listo para ser sometido a los primeros ensayos clínicos. Un proyecto que ha sido desarrollado por la empresa privada CanSino Biologics, en colaboración con la Academia Militar de Ciencias Médicas.

En la actualidad, se encuentran buscando voluntarios para probar el prototipo de la vacuna. Estos deben tener entre 18 y 60 años y no haber sido infectados por el virus. Las autoridades chinas han recalcado que, aunque este ensayo fuese exitoso, la posible vacuna no podría comercializarse hasta dentro de un mínimo de 12 meses.

“La vacuna no tiene sustancias infeccionas, es muy segura y estable y requiere de una sola inoculación”

El equipo de científicos detrás de esta vacuna está liderado por la bioingeniera y comandante Chen Wei. “La vacuna no tiene sustancias infeccionas, es muy segura y estable y requiere de una sola inoculación”, según los detalles desvelados por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades Hubei.

La pasada semana el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciaba el inicio de los primeros ensayos de una posible vacuna. Este proyecto está siendo financiado por el Instituto Nacional de Salud y desarrollado por la empresa de biotecnología Moderna.

A diferencia del prototipo que se está probando en el país asiático, la posible vacuna estadounidense se basa en una tecnología denominada ARN mensajero (ARNm). Esta copia el código genético del virus en vez de transmitir una versión atenuada de este. La vacuna consistiría en dos inyecciones aplicadas en el brazo del sujeto.

Una, en el momento de iniciarse el ensayo y otra transcurridos 28 días con el objetivo de poder observar la seguridad que reportan las distintas dosis aplicadas. El tiempo establecido para poder anunciar los primeros resultados de este ensayo es de seis semanas.

Ninguna vacuna que haya sido elaborada con la técnica de ARNm ha conseguido superar los trámites de aprobación para su aprobación en seres humanos

Cabe señalar que, hasta la fecha, ninguna vacuna que haya sido elaborada con la técnica de ARNm ha conseguido superar los trámites de aprobación para su aprobación en seres humanos.

LAS INVESTIGACIONES DE LA OMS

La OMS comunicaba hace unas semanas la puesta en marcha del denominado como “Ensayo de la Solidaridad”. En este participan más de una decena de países entre los que se encuentra.

El principal objetivo de esta iniciativa es recopilar la mayor cantidad posible de información sobre posibles medicamentos ya existentes y autorizados por las autoridades pertinentes para investigar posibles nuevas aplicaciones para combatir al nuevo coronavirus. Una ardua tarea que fija sus esfuerzos en reducir los largos periodos de tiempo que supone la investigación de nuevos medicamentos.

Entre los criterios que se han tenido en cuenta se han analizado variables como su disponibilidad a gran escala en un corto espacio de tiempo y la información de calidad disponible sobre estos medicamentos

Dentro del “Ensayo de la Solidaridad”, la OMS ha puesto el foco en cuatro terapias que, de acuerdo a las recientes investigaciones y a la literatura científica, se posicionan como las más prometedoras para hacer frente al coronavirus. Entre los criterios que se han tenido en cuenta se han analizado variables como su disponibilidad a gran escala en un corto espacio de tiempo y la información de calidad disponible sobre estos medicamentos.

Estas terapias se centran en el remdisivir, la cloroquina, ritonavir y lopinavir, y una combinación de ritonavir/lopinavir con interferón-beta.

Ana Maria Henao Restrepo, responsable del Departamento de Vacunas y Productos Biológicos de la OMS, ha expresado que se trata de “un ensayo muy simple”, por lo que ha animado a que todas las investigaciones que están en marcha actualmente en el mundo “deben continuar”.

“Este ensayo se centra en las preguntas prioritarias clave sobre el coronavirus desde un punto de vista de la salud pública”, incluyendo aspectos como los medicamentos que logran reducir la mortalidad o el tiempo que los pacientes permanecen en los hospitales, así como los mejores tipos de atención para los contagiados.

EL PAPEL DE ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba hace unos días, dentro del paquete de medidas destinadas a hacer frente a la crisis del coronavirus y paliar sus efectos económicos, sanitarios y sociales, un total de 30 millones de euros para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) para ayudar en proyectos que investiguen el desarrollo de una posible vacuna.

De estos, 25,2 millones de euros se destinarán al Instituto de Salud Carlos III que destinará hasta 24 millones de euros a proyectos que tienen por objetivo “generar conocimientos sobre la infección”, para poder facilitar el abordaje de la misma en cualquiera de sus fases de propagación.

30 millones de euros para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) para ayudar en proyectos que investiguen el desarrollo de una posible vacuna

Buena parte del protagonismo se lo llevan los centros nacionales de Microbiología (CNM) y de Epidemiología (CNE). En el caso del primero, que ofrece apoyo a los centros del SNS en los casos en que las enfermedades infecciosas generan una situación de alerta para la salud pública, se está encargando principalmente del análisis y confirmación de casos de enfermedad por coronavirus (COVID-19), gracias al trabajo de diferentes unidades.

Los 1,2 millones restantes se destinarán al SICIII, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación para “cubrir necesidades excepcionales”, derivadas de la emergencia sanitaria.

Con los 4,45 millones de euros que recibirá el CSIC se iniciarán distintas investigaciones sobre el coronavirus especialmente focalizadas en el en sumarse a la iniciativa global de la OMS denominada “Ensayo de Solidaridad”.

En los últimos días se ha conocido además la participación del Hospital Clínico San Carlos de Madrid en el ensayo de la OMS. Este tiene carácter multicéntrico y tiene como objetivo desarrollarse en 45 países para obtener evidencias sobre la eficacia de los tratamientos expuestos en pacientes con coronavirus.

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