Una dosis de refuerzo con vacuna de ARNm reduce el escape inmunitario de Ómicron

Los títulos neutralizantes se incrementaron frente a todas las variantes, incluida Ómicron, tras la inoculación de una dosis de refuerzo de ARNm, en comparación con los títulos reportados tras completar la pauta primaria.

Científico analizando muestras de sangre en un microscopio (Foto. Freepik)
Científico analizando muestras de sangre en un microscopio (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
3 febrero 2022 | 17:45 h

¿Cuánto dura la inmunidad generada frente al SARS-CoV-2? Nos encontramos ante una de las preguntas más formuladas en los últimos dos años y para la cual, continuamos sin contar con una respuesta concreta ya que el tiempo que llevamos viviendo con el coronavirus continúa siendo muy limitado como para poder contar con certezas sobre esta cuestión. La evidencia científica en este sentido aumenta de forma constante analizando las respuestas inmunitarias que se generan tanto por la infección como las mediadas a través de la vacunación.

El surgimiento y rápida expansión de la variante Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) ha provocado cifras récord de contagios nunca antes vistas en la pandemia, y la evidencia indica que su mayor escape inmunitario ha aumentado significativamente las reinfecciones. En este contexto un grupo de investigadores de las Universidad John Hopkins de Estados Unidos ha desarrollado un estudio centrado en el análisis de los anticuerpos de inmunoglobulina G (IgG) y los anticuerpos neutralizantes (NAb, por sus siglas en inglés) contra la proteína de espiga del SARS-CoV-2 después de la vacunación con un suero de ARNm (Pfizer/BioNTech o Moderna).

Los investigadores exponen que se ha observado poca o ninguna capacidad de neutralización después de una pauta de vacunación compuesta de dos dosis con una vacuna de ARNm contra la variante Ómicron. El estudio ha puesto el foco además en analizar la efectividad de esta pauta vacunal frente a otras variantes de preocupación como Beta (B.1.531, detectada originalmente en Sudáfrica) y Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India). En base a esto indican que la capacidad de neutralización frente a todas las variantes disminuyó considerablemente transcurridos ocho meses desde la inoculación de la segunda dosis de la pauta de vacunación primaria.

Sin embargo, los títulos neutralizantes se incrementaron significativamente frente a todas las variantes, incluida Ómicron, tras la inoculación de una dosis de refuerzo, en comparación con los títulos reportados tras completar la pauta primaria de vacunación basada en dos dosis. Los datos de este estudio han sido publicados de forma pre-impresa en el servidor medRxiv a la espera de ser revisados por pares.

Los títulos neutralizantes se incrementaron significativamente frente a todas las variantes, incluida Ómicron, tras la inoculación de una dosis de refuerzo, en comparación con los títulos reportados tras completar la pauta primaria de vacunación basada en dos dosis

Los resultados de esta investigación se suman a la creciente evidencia científica que señala que los niveles de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 disminuyen después de la pauta de vacunación primaria (dos dosis). Unos niveles bajos de anticuerpos se asocian con un mayor riesgo de infecciones emergentes por lo que reguladores como la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) o la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) han apostado por la recomendación de una tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19.

En el caso del continente europeo, la aceptación de las dosis de refuerzo se muestra desigual entre los distintos países y existe un intenso debate sobre la necesidad de continuar administrando refuerzos más allá de una tercera dosis en personas sanas. Más, cuando las campañas de inmunización masiva frente a al Covid-19 apenas avanzan en los países con medianos y bajos ingresos.

Para llegar a estas conclusiones el equipo analizó un estudio de seroprevalencia en una cohorte longitudinal de trabajadores de la salud entre junio de 2020 y noviembre de 2021. Las muestras se recolectaron en tres puntos de tiempo concreto: dentro de los 14-44 días posteriores a la segunda dosis de una vacuna de ARNm, ocho meses después de la segunda dosis y entre los 14-44 días siguientes a la inoculación de una dosis de refuerzo con vacuna de ARNm. Un total de 1.353 trabajadores de la salud aportaron muestras en al menos uno de los tres espacios temporales referidos.

Los investigadores observaron una disminución de los niveles de anticuerpos entre los dos primeros tramos temporales que se incrementa en el tercero: pico de IgG del 94% con la administración del refuerzo frente al 59% en el periodo analizado tras la segunda dosis.

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