La evidencia actual recomienda el mantenimiento de la lactancia materna desde el nacimiento

Es prudente seguir fomentando y recomendando la lactancia materna, ante las indudables ventajas de la misma, hasta que no se demuestre una evidencia sólida sobre el riesgo de contagio postnatal.

La leche materna podría ayudar a tratar y curar las infecciones de los más pequeños (Foto. Freepik)
La leche materna podría ayudar a tratar y curar las infecciones de los más pequeños (Foto. Freepik)

Desde la aparición del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, muchos han sido los estudios que se han realizado sobre cómo afecta a las mujeres embarazadas y los recién nacidos. Especialmente sobre las cuestiones relacionadas con la lactancia.

De acuerdo a los últimos estudios realizados cuyas conclusiones han sido recogidas por el Ministerio de Sanidad, la evidencia científica indica que la lactancia materna reporta muchos beneficios a los bebés como es el potencial traspaso de anticuerpos entre la madre y el lactante frente al coronavirus. Motivo por el que se recomienda el mantenimiento de la lactancia materna desde el nacimiento, siempre que las condiciones clínicas del recién nacido y de la madre así lo permitan.

Recientemente se han descrito casos de dos madres con muestras de leche con presencia de SARS-CoV-2 mediante detección por PCR extraídas con medidas seguras que evitarían la contaminación de la leche tras su extracción. En un caso, la positividad ocurrió a los 10, 12 y 13 días postparto y el recién nacido obtuvo un resultado positivo para SARS-CoV-2 a partir del décimo día, siendo los síntomas leves y transitorios.

Los autores no pueden asegurar si la ruta de infección fue la lactancia u otra ruta desde su madre infectada. En el segundo caso se describe positividad de PCR para SARS-CoV-2 en muestras de leche materna al segundo día tras el nacimiento, y la clínica del recién nacido fue tras el nacimiento prematuro, cursando también de forma leve y transitoria. Por ello, en el momento actual, es prudente seguir fomentando y recomendando la lactancia materna, ante las indudables ventajas de la misma, hasta que no se demuestre una evidencia sólida sobre el riesgo de contagio postnatal.

El documento de Sanidad indica que las madres de recién nacidos prematuros precisarán de ayuda para iniciar la extracción de leche en las primeras dos horas tras el parto para favorecer la administración de calostro a su recién nacido. Mientras ello no sea posible se recomienda la administración de leche humana donada de banco según criterios particulares de cada centro.

Recomiendan el amamantamiento con medidas para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto para los casos de madres con infección probable o confirmada, o asintomáticas 

La Sociedad Española de Neonatología, la Sociedad Italiana de Neonatología y la UENPS (Union of European Neonatal and Perinatal Societies) recomiendan el amamantamiento con medidas para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto para los casos de madres con infección probable o confirmada, o asintomáticas en alojamiento conjunto con el recién nacido.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y la Academy of Breastfeeding Medicine, entre otros, recomiendan mantener el amamantamiento tanto para casos de madres con infección confirmada como probable, siempre y cuando se mantengan medidas para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto. En casos de madres con enfermedad grave se recomienda ayudar a la madre para la extracción de la leche.

Para los casos de madres lactantes fuera del periodo postnatal inmediato y que se infectan o hay sospecha de infección por el SARS-CoV-2 se recomienda extremar las medidas de aislamiento (higiene de manos y mascarilla) y seguir amamantando al neonato, o bien hacer una extracción de la leche tomando las máximas precauciones de aislamiento (higiene de manos y mascarilla) y que ésta sea administrada al neonato por un cuidador sano.

No es preciso pasteurizar la leche extraída antes de administrarla al neonato. El documento concluye señalando que la decisión final sobre el tipo de alimentación del recién nacido deberá consensuarse entre la paciente y el equipo tratante, en base a los conocimientos científicos de cada momento y el estado de salud de la madre y el recién nacido. Estas recomendaciones pueden ir variando día a día

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