Genética y SARS-CoV-2: el papel de nuestros genes y los del virus en la búsqueda de una vacuna

Analizamos de la mano de Manuel Corpas, director del Experto Universitario en Genética Clínica y Medicina Personalizada de UNIR, el papel de la genética del ser humano y del propio virus.

Nuestra genética y la del propio SARS-CoV-2 juegan un papel fundamental en el desarrollo de la posible vacuna (Foto. Freepik)
Nuestra genética y la del propio SARS-CoV-2 juegan un papel fundamental en el desarrollo de la posible vacuna (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
14 abril 2020 | 17:45 h
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La búsqueda de una vacunay posibles tratamientos contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 se ha convertido en el principal objetivo de la comunidad científica internacional. En este contexto y, tal y como ha recordado en numerosas ocasiones la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ampliación de los conocimientos sobre este virus es la base fundamental para conseguir poner fin a una pandemia que ha puesto en jaque a los sistemas sanitarios, economías y sociedades de todo el mundo.

En este escenario en el que por el momento reina la incertidumbre a pesar de los pequeños pasos que consiguen darse, algunos expertos han sugerido en las últimas semanas que nuestros genes podrían predisponernos a la hora de ser infectados por el SARS-CoV-2 y desarrollar la enfermedad Covid-19.

Unas afirmaciones sobre las que la comunidad científica ha puesto el foco y que desde ConSalud.es hemos analizado de la mano de Manuel Corpas, director del Experto Universitario en Genética Clínica y Medicina Personalizada de UNIR.

“La genética probablemente predispone genéticamente a padecer síntomas graves de la SARS-CoV-2 en tanto en cuanto dicha enfermedad influya en nuestra inmunidad, salud y recuperación”, comienza explicando el experto.

En este sentido, indica que no está claro por el momento “de qué forma ni en qué cantidad cada uno de los factores genéticos influyentes en la infectividad del virus”.

“Se sabe que la mayoría de los infectados son personas mayores y/o con complicaciones, pero aun así hay jóvenes que, sin agravantes conocidos, todavía se contagian e incluso desarrollan fatalmente la enfermedad”.

No está claro por el momento “de qué forma ni en qué cantidad cada uno de los factores genéticos influyentes en la infectividad del virus”

Motivo por el que resalta la necesidad de establecer una comparación genética de los individuos jóvenes más susceptibles, así como de sus familiares, para comparar los resultados con aquellos que han dado positivo de forma asintomática, “siempre que ambos grupos no exhiban otros factores de riesgo”.

“El problema es que, para obtener tales muestras y datos, se necesita tiempo, dinero y acceso a pacientes. Esto es algo que se conseguirá eventualmente pero no tan rápido como realmente haría falta”, añade Corpas.

GENÉTICA Y GEOLOCALIZACIÓN

Manuel Corpas pone fin en esta entrevista a una noticia que ha circulado en las últimas semanas. Algunas voces aseguraban que la virulencia con la que el SARS-CoV-2 está azotando Italia y España podría encontrar su origen en una predisposición genética de italianos y españoles.

Evidentemente la genética guarda una correlación con la geolocalización de los individuos en palabras de Corpas. Pero se trata de una relación que, en la actualidad, se ve alterada en muchas ocasiones como consecuencia de la movilidad geográfica de las poblaciones.

“Considero exagerado e incluso fake news que se insinúe que los italianos o españoles pudiéramos estar abocados a un mayor riesgo. Creo que dicha conclusión tiene más que ver con la forma con la que se elaboran las estadísticas o incluso con la manera en la que las autoridades de estos países han reaccionado para combatir el virus”, recalca.

"Considero exagerado e incluso fake news que se insinúe que los italianos o españoles pudiéramos estar abocados a un mayor riesgo"

Considera que las investigaciones de las que parten estas conclusiones son “infundadas”. “Primero habría que caracterizar diferencias de infección entre distintas razas (por ejemplo, asiáticos, africanos, europeos). Es muy prematuro, si quiera, plantear dichas diferencias de infección entre individuos de procedencia de determinados países, si bien ni siquiera entendemos si hay diferencias entre distintas razas”.

“Para realizar este tipo de investigaciones, haría falta una cantidad de datos de pacientes suficiente para caracterizar, de forma concluyente, los factores involucrados en una mayor infectividad del virus, de acuerdo con el territorio en el que se reside”, expresa destacando que “la gran mayoría de la población se infectará”.

EL PAPEL DE LA CONFIGURACIÓN GENÉTICA

Ante la rapidez con la que el nuevo coronavirus se ha extendido en todo el mundo hemos querido profundizar en el papel que juega la configuración genética ante este tipo de enfermedades.

Esta se erige como elemento “significativo en la susceptibilidad del virus a causar estragos en el paciente”, aunque “a un nivel más holístico, también en la forma de ser curado”.

En este sentido matiza que la genética influye en la forma en la que metabolizamos los medicamentos. Motivo por el que indica que, cuando se cuenten con fármacos específicos para combatir el virus, “la genética influirá en la forma en la que responderemos al tratamiento”.

Cuando se cuenten con fármacos específicos para combatir el virus, “la genética influirá en la forma en la que responderemos al tratamiento”

“También la genética tendrá un papel en el desarrollo de patologías que compliquen o propicien la infección; por ejemplo, enfermedades respiratorias como asma o incluso cardiovasculares o la diabetes misma. No se puede nunca sacar a la genética fuera del contexto del historial médico del paciente, pero es una herramienta más que puede ayudar a esclarecer el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el SARS-CoV-2”.

No debemos olvidar tampoco la genética del propio virus que es una de las claves para determinar su capacidad infectiva.

“Se sabe que versiones muy parecidas a la cepa del coronavirus de Wuhan se observan en especies como el pangolín o el murciélago. No es nuevo tampoco la sospecha de que en especies así habría reservorios que podrían saltar a la población humana, eventualmente. Como todo agente vital, pues, el coronavirus está sujeto a las leyes de la genética y su variabilidad afectará su infectividad y expansión por el mundo”.

CURADOS Y DESARROLLO DE UNA VACUNA

En relación a las personas que han conseguido superar el virus Corpas manifiesta que no solo sus genes son fundamentales a la hora de desarrollar una posible vacuna, “sino también las regiones del genoma que dan lugar a modificaciones en la expresión y regulación (regiones no codificantes o factores epigenéticos) de genes implicados en la susceptibilidad al virus”.

“Pero la clave está en tener la cantidad de datos genéticos suficientes para describir a dichos pacientes de una forma estándar y accesible para su análisis computacional, y así poder realmente encontrar las claves genéticas influyentes en el desarrollo de una vacuna”, concluye el experto.

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