Más de 800 víctimas mortales y la cifra de contagiados supera los 10.500. Estos son los últimos datos oficiales que llegan desde una Italia confinada dentro de sus propias fronteras como consecuencia de la epidemia de coronavirus.
A las férreas medidas adoptadas en los últimos días el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, suma el anuncio de la suspensión de todas las actividades comerciales, exceptuando los negocios de primera necesidad como la alimentación y las farmacias.
Conte comunicaba este miércoles la decisión de cerrar todos los establecimientos de Italia, incluidos los bares y restaurantes. Los únicos locales que permanecerán abiertos son los que ofrecen servicios esenciales. Cabe señalar que los quioscos y los estancos continuarán abiertos.
Conte ha asegurado que “los servicios públicos esenciales, incluidos el transporte público, estarán garantizados”
A través del mensaje transmitido en las redes sociales, Conte ha asegurado que “los servicios públicos esenciales, incluidos el transporte público, estarán garantizados”.
Ha recordado a las empresas que deben incentivar “al máximo posible” tanto los permisos como las vacaciones, así como decretar el cierre de todos los departamentos que no sean imprescindiblemente necesarios.
El primer ministro ha calmado a la población recalcando que “no es necesario salir corriendo al supermercado a hacer la compra”, y que, si todos los italianos “respetan las reglas”, el país “saldrá adelante antes de la emergencia”.