"Las semanas que nos esperan son, probablemente, las más duras desde el inicio de la pandemia, por lo que el sistema sanitario corre el riesgo de verse desbordado". Así de rotundo se mostró este lunes el primer ministro británico, Boris Johnson, tras ordenar el regreso de Inglaterra al confinamiento domiciliario, la tercera reclusión del país desde el inicio de la crisis sanitaria. Horas antes la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, anunciaba medidas similares para el territorio septentrional.
La decisión adoptada en Downing Street responde al incremento exacerbado de positivos al SARS-CoV-2 en la nación. Los últimos datos disponibles al cierre de esta información, a día 7 de enero, reflejan que los cuatro países constituyentes de Reino Unido han alcanzado este jueves un máximo histórico, con 1.162 fallecidos en las últimas 24 horas. Los nuevos casos, por su parte, se elevan hasta los 52.618 positivos.
Con el objetivo de tomar el pulso a la situación que vive el Estado británico y, por ende, su Servicio Nacional de Salud (NHS, de sus siglas en inglés National Health Service), ConSalud.es ha charlado con Joan Pons, un enfermero español que desarrolla sus funciones en el consorcio sanitario Sheffield Teaching Hospitals. El centro hospitalario, situado en el condado de Yorkshire, cuenta con 17.000 empleados.
"Nunca me habría imaginado que Inglaterra, la sexta nación más rica del mundo, estuviese en esta situación"
"La situación es muy preocupante", explica en conversación con este periódico, resaltando la incidencia de la nueva cepa de la COVID-19 en Londres: "Uno de cada 30 londinenses es positivo al coronavirus; aquí, en Yorkshire, de cada 65 personas una es positiva".
Pons señala que el NHS se está quedando sin camas libres en la capital y su área metropolitana. "Por primera vez en mis 20 años de ejercicio profesional en Inglaterra, se han trasladado pacientes de Londres a Yorkshire". "No había pasado nunca", sostiene el sanitario.
"A día de hoy tenemos capacidad en nuestro hospital, pero ésta va a ser absorbida por la movilidad de pacientes del sur hacia el norte del país". De no tomar esta determinación, advierte el enfermero, "tendríamos que empezar a actuar como sucedió en Italia: decidir quién va a sobrevivir y quién va a morir". No obstante, precisa, "esta es la última alternativa como profesionales sanitarios".
Joan Pons dice que los enfermeros y médicos en Sheffield se muestran apesadumbrados porque el "tsunami de la COVID-19" les "arrasará". "Ha subido desde Londres, ya ha llegado a Birmingham, que está a una hora, y sabemos que nos va a dar un bofetón en la cara en los próximos días", poniendo sobre la mesa que, con total probabilidad, "la semana que viene vamos a estar llenos".
"Nunca me habría imaginado que Inglaterra, la sexta nación más rica del mundo, estuviese en esta situación", lamenta Pons, quien reflexiona sobre el curso de la pandemia: "¿No hemos aprendido de la primera ola? ¿Por qué no hicimos los deberes durante el verano?".
ESTRATEGIA DE VACUNACIÓN EN REINO UNIDO
Joan Pons, conocido por ser el voluntario español de la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, analiza el ritmo de inmunización en el país británico, que califica como "muy lento". "Con la preparación de Pfizer hemos podido vacunar a 1.300.000 personas, pero hemos tardado un mes", manifiesta en la entrevista concedida a este diario.
"Vamos a utilizar estadios de fútbol y pabellones polideportivos para hacer vacunación en masa: la gente vendrá con el coche y les pondremos las dosis"
Hasta el momento, matiza, la estrategia de vacunación se ha desplegado desde 54 centros sanitarios en Reino Unido, como el propio Sheffield Teaching Hospitals. Ahora, con la incorporación de la vacuna de AstraZeneca y Oxford al plan de inmunización, se puede "salir del hospital". "Es mucho más fácil de manejar y, al seguir la misma logística que la vacuna de la gripe, podrá ir a la gente”, expone el enfermero.
"Vamos a utilizar estadios de fútbol y pabellones polideportivos para hacer vacunación en masa", describe Joan Pons, revelando que "la gente vendrá con sus vehículos particulares y les pondremos las dosis".
Joan Pons, con la vacuna de Pfizer y BioNTech (izquierda) y amparado con su equipo de protección individual (derecha) | Fotos: cedidas por Joan Pons Laplana
Finalmente aclara que, para que la vacunación sea eficiente, es necesario reforzar las plantillas de Enfermería del NHS, un servicio en el que una de cada 10 plazas está vacante. "Para poner la vacuna hacen falta enfermeros que, además de inyectar las dosis, se aseguren que es oportuna su administración en base a la historia clínica, hagan educación para la salud con el paciente y, por supuesto, estén preparados para cualquier eventualidad", concluye.