Estas son las lecciones que Europa debería aprender del enfoque sueco contra la Covid-19

A pesar de las críticas recibidas, este enfoque ha sabido hacer comprender a la población desde el primer momento cómo convivir con el virus a lo largo del tiempo, apostando por las recomendaciones y responsabilidad individual.

Prueba Covid 19 (Foto. EP)
Prueba Covid 19 (Foto. EP)
CS
13 octubre 2020 | 00:00 h
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Controlar la expansión del nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Desde hace meses este es el objetivo principal de los gobiernos de todo el mundo y, en cuestión de estrategias, hemos sido testigos de múltiples caminos seguidos con mayor o menor acierto. En este contexto, ponemos el foco en el caso de Suecia basado más en el cumplimiento voluntario de las medidas y recomendaciones que en la coerción plateando grandes interrogantes sobre su eficacia.

A medida que los nuevos casos de Covid-19 aumentan peligrosamente en Europa, Francia ha descartado otro cierre nacional, tal y como ha asegurado su primer ministro, Jean Castex, que ha descartado un nuevo cierre nacional alentando a “vivir con el virus” y el establecimiento de medidas de carácter local. España se erige como uno de los países con mayor incidencia en el viejo continente y, al igual que nuestros vecinos galos, se ha descartado un nuevo cierre nacional apelando “al compromiso individual como herramienta fundamental”, en palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La segunda ola del virus que recorre Europa está dejando tímidos pero sólidos cambios en las estrategias nacionales para combatir el virus. Estas ya no parecen de carácter general y obligatorio, dictadas por el gobierno central, sino que se aplican con una precisión más quirúrgica y son claramente dependientes de la responsabilidad cívica individual. Enfoques más ligeros que se acercan al modelo sueco tan criticado en los primeros meses de la pandemia.

¿CUÁL ES LA ESTRATEGIA DE SUECIA?

Dorit Nitzan, directora regional de Emergencias para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha asegurado que el método sueco permite una sostenibilidad a lo largo del tiempo. Considera interesante una estrategia basada en la participación ciudadana y el cumplimiento voluntario de las medidas “porque ahora es el momento en el que todos debemos aprender a vivir con el virus”.

A pesar de estas palabras Nitzan ha recordado que no existe una única solución aplicable por igual a todos los países, y que cada enfoque debe basarse y adaptarse a los distintos escenarios epidemiológicos nacionales. Si la OMS ha valorado positivamente a Suecia es por el hecho de haber conseguido “adaptar su respuesta al comportamiento y antecedentes de su población, aprovechándolo para hacerla más efectiva”.

El método sueco permite una sostenibilidad a lo largo del tiempo. Considera interesante una estrategia basada en la participación ciudadana y el cumplimiento voluntario de las medidas “porque ahora es el momento en el que todos debemos aprender a vivir con el virus”

A diferencia de muchos países Suecia cerró colegios y universidades para los mayores de 16 años. Pero mantuvo abiertas las escuelas para los más pequeños. El país también prohibió las reuniones de más de 50 personas e instó a las personas mayores de 70 años y a los grupos de riesgo al autoaislamiento.

Se pidió, no se ordenó, a los 10 millones de habitantes del país que respetaran las distancias físicas de seguridad y que, siempre que fuera posible, se apostase por el teletrabajo. Suecia en este sentido es uno de los países más avanzados en este terreno por lo que no supuso apenas una dificultad. Las tiendas, restaurantes o gimnasios han permanecido abiertos y el uso de mascarilla no ha sido impuesto como obligatorio.

Anders Tegnell, epidemiólogo jefe del país, ha repetido en numerosas ocasiones que el objetivo de la estrategia sueca no era el de lograr una inmunidad colectiva sino el de frenar la propagación lo suficiente como para que los servicios sanitarios pudieran hacer frente a la pandemia. “La crisis fue una maratón, no un sprint”, ha reiterado en varios discursos, argumentando que el enfoque de Suecia puede resultar más sostenible que otros tipos de cierres más férreos.

Las autoridades sanitarias suecas han afirmado que la salud pública debe ser vista en su sentido más amplio, por lo que los cierres estrictos y de carácter obligatorio podrían suponer impactos secundarios como el aumento del desempleo, problemas de salud mental o incremento de la mortalidad por el descuido de otras patologías.

Sin embargo, existen importantes dudas sobre el enfoque sueco que ha sido duramente criticado tanto a nivel nacional como internacional. Si bien las encuestas muestran que la mayoría de suecos respaldan esta estrategia, los más críticos acusan al gobierno y a las autoridades sanitarias de ignorar obstinadamente tanto la evidencia científica como algunas de las recomendaciones de la OMS.

El pasado mes de mayo Suecia registraba la mayor cantidad de muertes por Covid-19 per cápita de Europa. Su tasa de mortalidad por millón de habitantes sigue siendo 10 veces superior a la de Noruega o Finlandia, aunque inferior a la de España e Italia

El pasado mes de mayo Suecia registraba la mayor cantidad de muertes por Covid-19 per cápita de Europa. Su tasa de mortalidad por millón de habitantes sigue siendo 10 veces superior a la de Noruega o Finlandia, aunque inferior a la de España e Italia.

Casi la mitad de las 5.878 muertes registradas en Suecia se han producido en residencias de ancianos. Un dato que ha generado duras acusaciones contra el gobierno por no proteger a los más vulnerables. De hecho, muchos ancianos murieron para no colapsar las UCI del país y las autoridades han reconocido fallos en la atención a este colectivo.

Si bien ahora hay indicios sobre el incremento de los casos positivos, las autoridades han informado que podrían comenzar a establecer nuevas restricciones en Estocolmo. Suecia no ha visto un aumento como los de España o Francia, con solo 37 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días de acuerdo a los datos ofrecidos por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).

¿QUÉ LECCIONES SE DEBEN EXTRAER?

Los expertos señalan que aún es demasiado pronto para juzgar el enfoque adoptado por Suecia para controlar la pandemia. No obstante, el profesor de Salud Pública y director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra, Antoine Flahault, ha comentado que el enfoque sueco ha sido “ampliamente caricaturizado”.

"La estrategia de cada país para frenar la Covid-19 debe basarse en su situación y contexto y ser científicamente sólida, así como culturalmente aceptable. Este es el enfoque de Suecia"

“Mucha gente piensa que, debido a que Suecia no cerró el país, el gobierno no hizo nada. De hecho, adoptó varias medidas clave, pero, principalmente, logró que la ciudadanía entendiera y participara en la lucha contra el coronavirus sin coacciones, leyes o medidas obligatorias. El efecto no ha sido muy diferente”.

David Heymann, profesor de epidemiología y experto en enfermedades infecciosas del Reino Unido y presidente del grupo de asesores de la OMS, explica que “los países deben enfrentar el hecho de que vamos a tener que vivir con este virus que está en camino de convertirse endémico”.

Esto implicaría “hacer a las poblaciones responsables, que comprendan cómo protegerse a sí mismas y a los demás”, así como contener los brotes a medida que ocurren mediante el rastreo de contactos rápido y eficiente.

Nitzan ha enfatizado que el enfoque de Suecia no es aplicable en todas partes. “En Suecia, el contrato social entre el Gobierno y los ciudadanos se basa históricamente en un nivel de confianza muy alto”.

“Por lo tanto, seguir el su enfoque no debería significar adoptar exactamente las mismas medidas. Hay lecciones que todos los países pueden aprender ya que ninguna nación lo ha hecho perfecto y todas han cometido errores. La estrategia de cada país para frenar la Covid-19 debe basarse en su situación y contexto y ser científicamente sólida, así como culturalmente aceptable. Este es el enfoque de Suecia”, concluye.

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