El peligro cada vez más real de que la Covid-19 se convierta en la enfermedad de la pobreza

Diversos estudios han demostrado que las desigualdades económicas, tanto a nivel social como entre países, pueden convertir la Covid-19 en una enfermedad asociada a los grupos y países con menores recursos.

Dósis de vacuna contra el coronavirus SARS CoV 2. (Foto. Unsplash)
Dósis de vacuna contra el coronavirus SARS CoV 2. (Foto. Unsplash)
CS
18 abril 2021 | 00:00 h
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Todos nos hemos visto afectados por la pandemia, pero la experiencia vivida no ha sido la misma para todos. Multitud de estudios publicados a lo largo de los últimos meses han demostrado que las comunidades de etnias minoritarias y los grupos más desfavorecidos han sido golpeados duramente. Una situación que se prolonga en el tiempo y nos sitúa ante la posibilidad cada vez más real de que la Covid-19 se convierta en una enfermedad asociada a la pobreza.

Tal y como informe Christina Pagel directora de la Unidad de Investigación Clínica Operativa del University College de Londres en British Medicine Journal, las personas que viven en comunidades más desfavorecidas “han tenido más probabilidades de contraer la Covid-19, con tasas promedio semanales un 50% más altas”. Unas tasas que también se presentan más elevadas en estas poblaciones en términos de ingresos en UCI y fallecimientos. La explicación más plausible es que la falta de recursos económicos va de la mano con una salud más deficiente y factores de riesgo ante la Covid-19 como la obesidad, la diabetes o la hipertensión.

Entre los motivos que la experta indica se encuentran, por ejemplo, el hecho de que las personas con menos recursos es más probable que tengan que trabajar fuera de casa y en profesiones que requieren un mayor contacto con otras personas. Se suma el problema de que es más probable que estos grupos poblacionales vivan en hogares con un gran número de convivientes lo que incrementa el riesgo de infección.

Identifica como un problema clave los sistemas de pruebas, rastreo de contactos y aislamiento. Un sistema que se basa en que los casos sospechosos se hagan la prueba y luego, tanto ellos como sus contactos, “estén dispuestos a aislarse eficazmente durante 10 días”. Una situación que muchas personas no pueden permitirse ante el temor de perder sus trabajos o porque su salario es la única fuente de ingresos.

La explicación más plausible es que la falta de recursos económicos va de la mano con una salud más deficiente y factores de riesgo ante la Covid-19 como la obesidad, la diabetes o la hipertensión

La fotografía planteada tiene dos implicaciones. La primera de ellas es que los confinamientos son menos efectivos en las comunidades más desfavorecidas. Hecho que se traduce en que el virus continúa circulando entre las comunidades más desfavorecidas incrementando el riesgo de brotes. En segundo lugar, nos enfrentamos al aumento de la brecha entre los distintos grupos sociales a la hora de frenar la expansión de la pandemia.

EL PROBLEMA DE LA VACUNACIÓN

La vacunación contra la Covid-19 es ahora la mejor herramienta para combatir al virus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado en numerosas ocasiones que la pandemia no finalizará hasta que todas las regiones del mundo puedan inmunizar a sus poblaciones. En este contexto, las desigualdades económicas entre los países desarrollados y aquellos con bajos y medianos ingresos pueden convertirse en un problema de salud pública a nivel global.

En este sentido cobra especial relevancia COVAX, la plataforma puesta en marcha por la OMS para hacer llegar a estos países vacunas contra la Covid-19 que no podrían conseguir de otra forma.

La iniciativa multilateral COVAX ya ha entregado vacunas frente a la Covid-19 a 100 países en solo 42 días desde que las primeras dosis llegaron a Ghana el 24 de febrero.

Esto incluye más de 38 millones de dosis, de las cuales más de 37 millones son de la vacuna de AstraZeneca, destinadas a proteger a las poblaciones más vulnerables de todo el mundo. De los 100 países alcanzados, 60 se encuentran entre las economías con menores recursos que reciben vacunas financiadas a través del Compromiso de Mercado Avanzado Gavi COVAX.

COVAX espera distribuir dosis a todos los países participantes que hayan solicitado vacunas en el primer semestre de este año. Junto a su socio autorizado el Serum Institute of India (SII), se prevé que cientos de millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca se distribuyan en 142 países a través de COVAX.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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