Prioridades del Defensor del Pueblo para atajar los contagios de Covid-19 en las residencias

El Defensor del Pueblo ha llevado a cabo un análisis sobre cómo ha sido la gestión de la pandemia de la Covid-19 en las residencias de mayores y qué se ha de mejorar.

Placa identificativa de la sede administrativa donde se sitúa El Defensor del Pueblo. (Foto. El Defensor del Pueblo)
Placa identificativa de la sede administrativa donde se sitúa El Defensor del Pueblo. (Foto. El Defensor del Pueblo)
CS
16 febrero 2021 | 00:00 h

El Defensor del Pueblo ha realizado su particular análisis de la gestión de la pandemia de la Covid-19 y ha analizando pormenorizadamente cómo ha sido el abordaje de los contagios en las residencias de mayores. Así se recoge en el informe 'Actuaciones ante la pandemia de Covid-19', un documento que se publica como ampliación y complemento de la comparecencia que realizó el pasado 26 de noviembre el Defensor del Pueblo (e.f.), Francisco Fernández Marugán, ante la Comisión Mixta Congreso y Senado de Relaciones con el Defensor del Pueblo.

En el ámbito de las residencias de mayores, el Defensor del Pueblo indica que la falta de datos homogéneos y la dificultad en obtenerlos ha sido un problema en esta crisis, porque imposibilita compararlos y dificulta el análisis. "La recopilación de datos en esta materia, como ocurre con frecuencia en el sistema competencial español, altamente descentralizado, adolece de una eficaz coordinación. De forma retrospectiva, resulta muy complicado homogenizar datos muy dispares. Esta institución ya constató este problema cuando inició sus actuaciones de oficio sobre residencias de mayores en 2017", explica en el documento.

El Defensor del Pueblo destaca la necesidad de un protocolo común para las residencias de mayores de cara a la declaración y gestión de datos 

De ahí que la segunda de las conclusiones, fruto de aquel trabajo, plasmadas en el informe anual 2018, insistiera en la necesidad que las administraciones competentes mejoraran los mecanismos de recopilación de datos, tanto en el ámbito de comunidades autónomas como en el estatal, de forma que se pudiera contar con estadísticas oficiales y actualizadas respecto de los recursos de atención residencial.

"Todo lo anterior demuestra que es preciso un protocolo común de declaración de datos muy detallado y coordinado con definiciones únicas y herramientas modernas de gestión de datos", señala.

SE LLEGÓ TARDE

Entre las conclusiones de su análisis también está que la alta mortalidad en residencias es un fenómeno que se ha producido de forma dramática en el mundo occidental. España, Italia, Reino Unido, Francia, Suecia, Noruega, Canadá y Estados Unidos tienen tasas muy altas de fallecimientos en estos centros.

"Las residencias de mayores han resultado ser el mejor caldo de cultivo para la propagación del virus y, además, se ha llegado tarde a tratar la epidemia. Son espacios de convivencia, con frecuencia de tamaño grande, en los que muchas personas comparten espacios, y a menudo habitaciones, muchas horas al día; personas frágiles con una alta vulnerabilidad, que presentan pluripatologías y en un alto porcentaje deterioro cognitivo moderado o severo, con extensos tratamientos farmacológicos y cuyo cuidado exige un contacto físico con los cuidadores muy estrecho y constante. Estas circunstancias convierten a estos centros en un entorno muy expuesto y susceptible a la propagación de enfermedades infecciosas, como la covid-19", sostiene el Defensor del Pueblo.

"La subestimación del riesgo que entrañaba la covid-19 durante los meses de enero y febrero se dio de forma general en toda la sociedad, y tuvo como consecuencia que en las residencias de mayores no se adoptaran medidas de prevención ni se almacenara material de protección, salvo algunas pequeñas excepciones. Tampoco se exigió por las administraciones competentes", concluye este organismo.

"La subestimación del riesgo que entrañaba la covid-19 durante los meses de enero y febrero se dio de forma general en toda la sociedad, y tuvo como consecuencia que en las residencias de mayores no se adoptaran medidas de prevención"

Además, la entidad que preside Fernández Marugán afirma que los primeros protocolos del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas no consiguieron atajar los brotes porque llegaron cuando el coronavirus ya estaba dentro de los centros. Por otra parte, asegura que aproximadamente el 30 % de los casos que se produjo en las residencias era asintomático y, por tanto, en ausencia de pruebas diagnósticas, por su escasez en el mercado, aunque se aislara en una planta a los sospechosos, en otra planta podían quedar residentes asintomáticos que seguían contagiando al resto. "El tamaño grande de los centros ha podido contribuir, además, a la expansión del contagio", ha apuntado.

"En algunas de las comunidades autónomas donde las residencias salieron mejor paradas de la primera ola, se habilitaron centros para el traslado y la atención monográfica de residentes que resultaban contagiados y necesitaban vigilancia de sus síntomas, separándolos así de una manera más eficaz del resto de residentes y cortando las cadenas de contagio. Esta experiencia puede resultar una buena práctica para frenar los contagios dentro de los centros de cara a la segunda y sucesivas olas que puedan sobrevenir. La reorganización del centro, creando grupos pequeños independientes entre sí y personal propio, puede ser otra estrategia preventiva que resulte de utilidad", expone el Defensor del Pueblo en este documento.

"La asistencia sanitaria, bien en hospitales o en los propios centros, no llegó a tiempo a las residencias", reconoce Fernández Marugán, que insta a reforzar la coordinación de los centros residenciales con los servicios autonómicos de salud, para mejorar el acceso a la atención médica y de enfermería que se presta por los servicios públicos de atención primaria y lograr una buena coordinación con la red hospitalaria.

"Falló la atención sanitaria, pero también falló la propia organización de las residencias, poniéndose de relieve los problemas estructurales del modelo de atención a los mayores"

Asimismo, este organismo aboga por crear un sistema de monitorización de los centros, un sistema de alerta temprana, y cada residencia ha de contar con un plan de contingencia.

"Falló la atención sanitaria, pero también falló la propia organización de las residencias, poniéndose de relieve los problemas estructurales del modelo de atención a los mayores, en manos mayoritariamente de entidades privadas. Se llegó a esta emergencia sin planes eficaces de contingencia, con plantillas muy ajustadas, y con infraestructuras y recursos materiales básicos y en muchos casos insuficientes. Lo anterior refuerza la necesidad de abordar una revisión del modelo residencial geriátrico en su conjunto, tal y como viene recomendando el Defensor del Pueblo", subraya.

El Defensor del Pueblo fija entre las prioridades del sistema de residencias español que las comunidades autónomas aumenten su capacidad inspectora o la revisión al alza de las ratios obligatorias de personal de atención directa para mejorar la calidad asistencial, especialmente de auxiliaresgerocultoras, entre otras cuestiones. 

 

El propio informe recoge además de las recomendaciones planteadas al inicio de la pandemia, las distintas respuestas obtenidas a lo largo de estos meses por las distintas autoridades implicadas y su nivel de implementación.

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