Los profesionales necesitan protocolos formativos para la nueva realidad sociosanitaria

La urgencia de atajar la crisis de salud pública ha motivado que los recursos sociosanitarios para pacientes institucionalizados hayan tenido que utilizar medios técnicos para los que no estaban preparados.

Profesionales sanitarios (Foto. Freepik)
Profesionales sanitarios (Foto. Freepik)

La improvisación en el ámbito puramente clínico y técnico ha sido una de las circunstancias que han jalonado la desastrosa gestión de la pandemia motivada por el coronavirus. Se ha hablado mucho sobre pacientes de todo tipo, pero no tanto, de las necesidades a las que se han enfrentado los profesionales de los recursos psicosociales que se han visto "ejerciendo de médicos y enfermeras" de la noche a la mañana. Manejando tecnología y aprendiendo sobre la marcha por audioconferencia.

Este ha sido el caso de muchas instituciones como las que forman pisos tutelados como los de la Asociación de Iniciativas Sociales (AISS). Ana Villota, su directora y fundadora, hace hincapié en la responsabilidad que han tenido que asumir todos los profesionales de estos pisos.

“La pandemia ha ocasionado que las dinámicas de trabajo, estructura de los centros y equipamiento de los mismos, hayan cambiado para proteger a nuestros residentes. En AISS reestructuramos espacios y rutinas, además de equipar nuestros pisos con aparatología médica, como, por ejemplo, pulsióximetros, que miden de manera indirecta la saturación de oxígeno de la sangre roja de un paciente que tenga un problema cardiovascular, no directamente a través de una muestra de sangre”, explica.

“De un día para otro, nos vimos aprendiendo a manejarlos, reportando los resultados a los médicos mediante videoconferencia y siguiendo sus instrucciones sobre la marcha. Está claro que este tipo de situaciones no se pueden volver a producir. Esto se soluciona con protocolos formativos y equipos específicos en los pisos”, añade.

"Está claro que este tipo de situaciones no se pueden volver a producir. Esto se soluciona con protocolos formativos y equipos específicos en los pisos"

Manifiesta que “es evidente, que, si los recursos y servicios sociales tienen que volver a actuar de acuerdo a un rol clínico, los profesionales tienen que estar formados en actuaciones y protocolos para poder enfrentar la situación”. Uno de estos campos es el sector tecnológico relacionado con la salud. Ha habido una disrupción de información de canales y de modelos entre el sector sanitario y psicosocial que hay que anticipar. Generar conocimiento contribuye a generar respuestas más rápidas, precisas y seguras a los pacientes.

“Por lo tanto, los profesionales de recursos sociales deben recibir formación clínica y técnica en el manejo de la tecnología y aparatología que ahora se necesita en los centros donde operan, dado que la perspectiva sanitaria ha cambiado de rumbo”, asegura en este sentido.

“El coronavirus nos ha obligado a aprender a vivir de forma diferente en tiempo récord. Del mismo modo, es obligatorio adaptar la asistencia hacia una atención psicosocial y sanitaria. Esto incluye a centros institucionalizados como es el caso de los pisos tutelados”.

Unos entornos de convivencia que son específicamente concebidos para garantizar una vida socializada y en familia a personas que, por su enfermedad mental, tienen dificultades para socializar de forma natural, pero con la adecuada ayuda profesional, pueden hacerlo. “Ahora también, necesitan que la atención clínica básica que demanda esta nueva normalidad, se adapte a sus necesidades, que son clínicas, psiquiátricas, psicológicas y sociales”, concluye.

 

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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