La quinta ola en España, ¿será realmente diferente de las anteriores?

El positivo avance de la campaña nacional de vacunación ha permitido inmunizar a las poblaciones más vulnerables y el foco más preocupante ahora se sitúa en los más jóvenes.

Un hombre recibe una prueba PCR en una imagen de archivo. (Foto. David Zorrakino   Europa Press)
Un hombre recibe una prueba PCR en una imagen de archivo. (Foto. David Zorrakino Europa Press)
Ángel Luis Jiménez
2 julio 2021 | 13:00 h

El último informe elaborado por el Ministerio de Sanidad, en base a los datos reportados por las comunidades autónomas y fechado a 1 de julio de 2021, informa de 12.235 nuevos casos de Covid-19 y ocho fallecidos. Si nos remontamos a los datos del 23 de junio, la cifra de nuevos contagios es significativamente menor, 4.341, aunque la de muertes se eleva hasta los 29. En apenas ocho días la incidencia acumulada a 14 días ha pasado de los 92,57 casos por cada 100.000 habitantes a 134,31. Una fotografía que muchos traducen ya como una nueva ola de la pandemia (la quinta según la mayoría de expertos), con significativas diferencias a las anteriores.

En primer lugar, la campaña de vacunación masiva contra la Covid-19 avanza a buen ritmo en España. Si tomamos como referencia el informe del 1 de julio de 2021 sobre vacunación elaborado por el Ministerio de Sanidad vemos que ya hay 25.627.278 personas que han recibido al menos una dosis de los sueros, es decir, el 54% de la población. En cuanto a aquellos que ya han completado la pauta de vacunación ya representan el 37,9% del total de españoles (17.990.526 personas).

Ante la positiva fotografía de la inmunización a nivel nacional preocupan las consecuencias derivadas de la estrategia aplicada. Se ha logrado proteger frente al virus a las personas de mayor edad y los grupos más vulnerables frente a la Covid-19 pero son ahora los más jóvenes los que todavía no han iniciado la vacunación. La franja de edad entre los 12 y los 39 años son los grupos poblacionales que más preocupan en estos momentos y que podrían complicar esta quinta ola. La llegada del verano ha aumentado sus movimientos y contactos sociales drásticamente en un escenario en el que han sido eliminadas medidas como los toques de queda o la necesidad de utilizar mascarillas en exteriores siempre que exista distancia mínima de seguridad, aunque parece que esta segunda parte se olvida con demasiada frecuencia.

El espectacular incremento en una semana de la incidencia acumulada a 14 días a nivel nacional reside precisamente en los numerosos contagios que se están produciendo entre los más jóvenes. El caso más mediático en los últimos días lo ha protagonizado el “macrobrote” de Mallorca que ya ha dejado 1.824 positivos que afectan a 12 comunidades autónomas y 5.978 contactos estrechos que deben guardar cuarentena.

El Ministerio de Sanidad informa de una incidencia acumulada a 14 días en el grupo con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años de 366. Ligeramente menor, 345, en el caso del grupo que va desde los 12 a los 19 años

De acuerdo al informe sobre la situación epidemiológica de España relativo al 1 de julio de 2021 el Ministerio de Sanidad informa de una incidencia acumulada a 14 días en el grupo con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años de 366. Ligeramente menor, 345, en el caso del grupo que va desde los 12 a los 19 años. Entre los 30 y los 39 años la incidencia acumulada se sitúa en los 172 casos por cada 100.000 habitantes.

Tanto el Gobierno como las comunidades autónomas se han negado a modificar la Estrategia Nacional de Vacunación tal y como quedó patente en el último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS). Las vacunas se seguirán administrando por orden de edad descendente. Motivo por el que algunas regiones han acelerado sus estrategias de inmunización frente a la Covid-19 con el objetivo de alcanzar a los grupos más jóvenes en el menor tiempo posible.

Además de la relajación de las medidas preventivas y una evidente falta de conciencia y empatía social por parte de muchos de estos jóvenes, se suma el problema de la expansión de la variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India). La evidencia científica sugiere que esta puede ser hasta un 60% más transmisible que la variante Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido). Las previsiones del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) indican que Delta podría ser la responsable de hasta el 90% de los nuevos contagios que se produzcan en la Unión Europea a finales del próximo mes de agosto. Se suma el problema de que reduce la eficacia de las vacunas cuando no se ha completado la pauta.

Si el SARS-CoV-2 continúa circulando únicamente estamos favoreciendo su capacidad para replicarse y derivar en nuevas variantes. Y la mayor preocupación ante esta situación es la aparición de una variante con capacidad para evadir la respuesta inmunitaria mediada por las vacunas

Ante la fotografía planteada a lo largo de estas líneas es inevitable afirmar que los contagios continuarán incrementándose en nuestro país a lo largo de las próximas semanas. El mayor temor es cuántos de ellos se traducirán en hospitalizaciones, ingresos en UCI y, finalmente algunos, en fallecimientos. En la medida en que estos nuevos positivos pasen a engrosar estas tristes listas residirá la virulencia de esta quinta ola. La mayoría de expertos confían en que será distinta a las cuatro anteriores a las que hemos vivido ya que es la primera en la que un porcentaje importante de la población está vacunado y la mayor parte de los grupos vulnerables ya han sido completamente inmunizados.

De esta forma se espera que no aumenten ni las hospitalizaciones ni los decesos ya que una amplía expansión de las vacunas reducirá los casos graves de la enfermedad.  A pesar de los preocupantes incrementos de casos entre los más jóvenes, cierto es que de la evidencia y la experiencia indican que suelen cursar la enfermedad de forma leve o asintomática.

El problema reside en las variantes. si el SARS-CoV-2 continúa circulando únicamente estamos favoreciendo su capacidad para replicarse y derivar en nuevas variantes. Y la mayor preocupación ante esta situación es la aparición de una variante con capacidad para evadir la respuesta inmunitaria mediada por las vacunas.

El verano de 2021 plantea una nueva dicotomía al Ejecutivo central y los gobiernos autonómicos: ¿sería recomendable volver a imponer algunas de las restricciones eliminadas de forma inmediata para controlar la propagación del virus? Todo parece apuntar a que difícilmente sucederá. Parece que nos dirigimos por un camino en el que tenemos que aprender a convivir con el virus sin la aplicación de más restricciones que las que a día de hoy todavía continúan vigentes a la espera de que se acelere el ritmo de vacunación y alcancemos la ansiada inmunidad colectiva.

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