Séptima ola en España: aumentan todos los indicadores en esta nueva fase de la pandemia

Los expertos creen que el rápido avance de los linajes de Ómicron BA.4 y BA.5, con mayor escape inmunitario y velocidad de propagación, es la razón del cambio de tendencia epidemiológica.

Prueba de RT-PCR para la infección por SARS-CoV-2 (Foto: Imperial College London)
Prueba de RT-PCR para la infección por SARS-CoV-2 (Foto: Imperial College London)
Ángel Luis Jiménez
30 junio 2022 | 17:45 h
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Las cifras de nuevos casos de Covid-19 continúan aumentando en nuestro país, en base al nuevo sistema de vigilancia de la pandemia aprobado el pasado 28 de marzo recogido en la “Estrategia de Vigilancia y Control frente a la COVID-19 tras la fase aguda de la pandemia”. De acuerdo con la última actualización hecha pública por el Ministerio de Sanidad, se han confirmado 52.218 nuevos casos, 107 muertes y la incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes ha superado ya los 841 puntos. Desde que se iniciase la pandemia se han infectado de forma oficial más de 12,7 millones de personas y la Covid-19 ha provocado más de 107.900 muertes.

A lo largo del mes de junio se ha producido un ligero incremento de las hospitalizaciones que se sitúan, según la última actualización, en 9.553 pacientes, con 433 en UCI. El porcentaje total de camas ocupadas a nivel nacional por pacientes con Covid-19 es del 7,79 y del 4,93% en UCI. Ante esta fotografía son cada vez más las voces que indican que España se encuentra ya inmersa en la séptima ola de la pandemia. Una afirmación que requiere de ciertas apreciaciones ya que la situación epidemiológica actual no es comparable a las olas anteriores.

En primer lugar, debemos tener en cuenta el cambio en el sistema de vigilancia. Los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, en base a la información remitida por las comunidades autónomas, únicamente reflejan la situación de la población vulnerable (mayores de 60 años). Se suma la elevada tasa de cobertura vacunal frente a la Covid-19.

Según la última actualización del Departamento dirigido por Carolina Darias en relación a la Estrategia Nacional de Vacunación contra la Covid-19 (publicada el 24 de junio), el 92,7% de la población mayor de 12 años ya ha completado la pauta de vacunación en nuestro país. En cuanto a la inmunización de los menores con edades comprendidas entre los cinco y los 12 años el 55% ha recibido ya, al menos, una dosis, mientras que el 44,5% ha completado la pauta de vacunación. Si hablamos de la inoculación de refuerzos, el 53,5% de la población elegible ya ha recibido una dosis adicional. Este último dato junto con el de vacunación pediátrica avanzan de forma más lenta de lo esperado.

¿POR QUÉ SE PRODUCE ESTA NUEVA OLA?

La explicación a esta séptima ola podría residir en el cambio de variante dominante. Actualmente la variante Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) es la dominante a través de sus distintos linajes: BA.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5. BA.2 es el dominante actualmente, aunque se está viendo desplazado en las últimas semanas por el aumento de nuevos casos provocados por BA.4 y BA.5.

El estado de la vacunación, la existencia de patologías previas, la edad o un historial de infección previa pueden incidir tanto en la presencia como en la gravedad de estos síntomas

La última actualización sobre la situación de las variantes del SARS-CoV-2 en España indica que BA.2 cuenta con una presencia de entre el 23,7 y el 60,7%, de acuerdo con los cribados aleatorios mediante PCR específica en la semana 24 de 2022 (entre el 13 y 19 de junio). Esta misma semana la presencia de los linajes BA.4 y BA.5 oscila, en función de las distintas comunidades autónomas, entre el 19,2 y el 76,3%.

Si desglosamos los datos por comunidades autónomas vemos que estos dos linajes ya superan el 50% de los nuevos casos en todas las regiones, a excepción de Canarias (19,2%) y de Castilla-La Mancha (28,7%). Galicia (76,3%), País Vasco (61,6%) y Andalucía (60,9%) son las comunidades autónomas en las que BA.4 y BA.5 tienen una mayor presencia.

A lo largo de los últimos dos meses, los linajes BA.2.12.1, BA.4 y BA.5, que han mostrado una ventaja de crecimiento sobre BA.2, han ido aumentando progresivamente su prevalencia a nivel global. Las mutaciones presentes en estos linajes suponen un importante cambio antigénico (particularmente frente a BA.1) lo cual les otorga un mayor escape inmune. Hasta el momento no se han observado diferencias en la gravedad de los casos para ninguno de ellos.

La evidencia científica de la que se dispone hasta el momento sugiere que BA.4 y BA.5 no estarían provocando casos más graves debido a sus mutaciones. Parece ser que la mayoría de casos son leves, especialmente entre los vacunados. Razón por la que preocupa que el lento avance de la inoculación de refuerzos ante el avance de estos dos linajes con mayor escape inmunitario. La experiencia vivida en las anteriores olas nos ha mostrado como, a pesar de que estos linajes no provocan una enfermedad más grave en vacunados, a mayor porcentaje de nuevos casos mayor será la ocupación hospitalaria, especialmente entre los grupos más vulnerables.

“Si bien solo un porcentaje mínimo de personas con infección por la variante Ómicron necesita ser hospitalizado, el aumento de casos en la comunidad podría saturar el sistema de atención médica, por eso es importante tomar medidas para protegerse”

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) informan de que los síntomas de estos linajes son similares a los ya vistos con las variantes anteriores: fiebre y/o escalofríos, tos, dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares y corporales, dolor de cabeza, congestión, dolor de garganta, diarrea y náuseas. La pérdida del gusto y el olfato, síntoma característico de las variantes predecesoras, parece manifestarse con menor frecuencia en las infecciones causadas por los linajes de Ómicron.

Se han descrito en algunos casos síntomas que no se habían producido hasta el momento como los desmayos o síncopes, descritos a principios de año en la publicación alemana Ärztezeitung. En el caso de los niños la expansión de Ómicron también aumentó la prevalencia de la laringotraqueobronquitis, conocida como crup.

Los CDC recuerdan que el estado de la vacunación, la existencia de patologías previas, la edad o un historial de infección previa pueden incidir tanto en la presencia como en la gravedad de estos síntomas.

“Los casos de infección por la variante Ómicron suelen ser más leves que las infecciones causadas por las variantes anteriores. Aunque los datos preliminares sugieren que las infecciones por la variante Ómicron suelen ser más leves, algunas personas pueden enfermarse gravemente, necesitar hospitalización e incluso morir a causa de la infección por esta variante”, exponen los CDC. “Si bien solo un porcentaje mínimo de personas con infección por la variante Ómicron necesita ser hospitalizado, el aumento de casos en la comunidad podría saturar el sistema de atención médica, por eso es importante tomar medidas para protegerse”, advierten.

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