Los smartwatch, al servicio de la detección temprana de la Covid-19

Un nuevo estudio realizado por científicos del Instituto de Investigación Scripps (Estados Unidos) expone una herramienta que podría sumar esfuerzos con los trabajadores sanitarios y ayudar en la detección y control del nuevo coronavirus.

Reloj inteligente. (Foto. Rawpixel)
Reloj inteligente. (Foto. Rawpixel)

Un nuevo estudio realizado por científicos del Instituto de Investigación Scripps (Estados Unidos) expone una herramienta que podría sumar esfuerzos con los trabajadores sanitarios y ayudar en la detección y control de la pandemia del SARS-CoV-2.

Las estadísticas reflejan que uno de cada cinco ciudadanos del país americano utiliza un dispositivo como Fitbit o Apple Watch. Es preciso recordar que estos elementos monitorizan el ritmo cardíaco, cuántos pasos dan los usuarios o el patrón de sueño, medidas que, a menudo, cambian cuando alguien enferma.

"Necesitamos otras formas de rastrear el número de víctimas del virus y quiénes podrían ser afectados"

El equipo de expertos de Scripps halló que la combinación de los datos aportados por el dispositivo con síntomas podía predecir si una persona tenía la COVID-19, con una exactitud mayor que los datos de forma aislados.

Tal y como expone Eric Topol, director de Instituto de Investigación Scripps, estos resultados convierten a los dispositivos en un elemento potencial para estudiar el alcance de la pandemia, que castiga a todos los países del planeta.

"Todo el mundo habla de ‘pruebas, pruebas, pruebas’. Eso no está funcionando", ha advertido Topol, uno de los autores del estudio. "Necesitamos otras formas de rastrear el número de víctimas del virus y quiénes podrían ser afectados", ha añadido el cardiólogo.

Unos 3.800 participantes informaron de síntomas que iban desde un dolor de estómago a la tos, pasando por la dificultad para respirar y la pérdida del gusto y el olfato

Los hallazgos del estudio, publicados el jueves en la revista científica Nature Medicine, son parte del estudio DETECT (Digital Engagement & Tracking for Early Control & Treatment), que continúa en marcha. Alrededor de 30.000 personas de todo el país se inscribieron entre el 25 de marzo y el 7 de junio, compartiendo datos de sus dispositivos de uso e informando de los síntomas cuando se sentían enfermos.

Unos 3.800 participantes informaron de síntomas que iban desde un dolor de estómago a la tos, pasando por la dificultad para respirar y la pérdida del gusto y el olfato. De los que se sintieron enfermos, 333 fueron examinados de COVID-19; 54 dieron positivo y 279 dieron negativo.

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