Vacunas Covid-19 y alteraciones menstruales: la evidencia científica sigue sin confirmar la relación

Las investigaciones sobre las alteraciones menstruales como efecto secundario de las vacunas Covid-19 siguen avanzando aunque sin conclusiones claras

Vacunación contra la Covid 19. (Foto. Freepik)
Vacunación contra la Covid 19. (Foto. Freepik)
Paola de Francisco
22 noviembre 2021 | 00:00 h

A los pocos meses de comenzar la campaña de vacunación a la población general, comenzaron a notificarse cientos de casos de cambios en la menstruación tras recibir el suero contra la Covid-19. Flujos más abundantes, sangrados que duraban más tiempo, periodos que se interrumpían y volvían al poco tiempo…

Alteraciones menstruales que duraban poco tiempo y no suponía ningún peligro para las mujeres, pero que, al igual que el dolor de cabeza o de brazo tras recibir una vacuna, merecía ser estudiado como efecto secundario del fármaco.

De esta forma, distintos equipos de investigación de instituciones y universidades, más pequeños o más grandes, iniciaron estudios con los que dar respuesta a si existía una asociación entre ambos eventos o no.

La autora admite no detectar señales que respalden la asociación. “Sin embargo, los estudios más grandes, reclutados de forma prospectiva, pueden encontrar asociaciones que no teníamos el poder para detectar”

Mientras la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés), en su vigilancia sobre los efectos secundarios de las vacunas contra la Covid-19 sigue sin encontrar una asociación entre los cambios en la menstruación y los sueros, una nueva investigación se ha publicado recientemente.

El estudio de Victoria Male, investigadora del departamento de metabolismo, digestión y reproducción del Imperial College London, coincide con la EMA y concluye que no ha podido detectar “señales fuertes que respalden la idea de que la vacuna COVID-19 está relacionada con los cambios menstruales”.

Se estudiaron los registros del ciclo menstrual y las fechas de vacunación de 1273 personas. Con esos datos se exploró la relación entre ambos eventos, pero teniendo en cuenta que era una investigación retrospectiva, es decir, después de haberse inoculado la vacuna se realizó el registro del ciclo menstrual.

Ante los resultados, la autora admite no detectar señales que respalden la asociación. “Sin embargo, los estudios más grandes, reclutados de forma prospectiva, pueden encontrar asociaciones que no teníamos el poder para detectar”, concluye.

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