Las variantes de preocupación del SARS-CoV-2, más virulentas que la cepa original

Se confirma el efecto positivo de la vacunación que atenuó la gravedad de las infecciones en el desarrollo de enfermedad grave y riesgo de muerte en personas inmunizadas tanto parcial como totalmente.

Muestras de sangre y microscopio (Foto. Freepik)
Muestras de sangre y microscopio (Foto. Freepik)
CS
6 octubre 2021 | 00:00 h

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece dos clasificaciones de las variantes del SARS-CoV-2 que se van detectando para monitorizar su evolución y posibles riesgos. Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido), Beta (B.1.351, detectada originalmente en Sudáfrica), Gamma (P.1, detectada originalmente en Brasil) y, especialmente Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) son las variantes que mayor peligro representan en la actualidad.

Estas cuatro han sido clasificadas por la OMS como “variantes de preocupación” (VOC, por sus siglas en inglés), ya que reúnen características que implican la posibilidad de ser más transmisiblesprovocar una enfermedad más grave e incluso ser capaces de evadir las respuestas inmunitarias. Pero existen muchas otras variantes sobre las que los esfuerzos de secuenciación genómica globales tienen puesto el foco. Hablamos de las denominadas como “variantes de interés” (VOI, por sus siglas en inglés).

Una reciente investigación publicada en Canadian Medical Association Journal (CMAJ, por sus siglas en inglés), ha confirmado que las variantes de preocupación del coronavirus, especialmente Delta, son más virulentas que la cepa original identificada por primera vez en Wuhan (China). Hecho que se traduce en un incremento del riesgo de hospitalización de las personas infectadas por estas VOC, más probabilidades de requerir ingreso en UCI y de fallecer.

“Los efectos informados aquí representan un grado sustancial de protección contra la muerte gracias a las vacunas (alrededor del 80-90%), incluso cuando las vacunas no logran prevenir la infección. Estos efectos protectores directos pueden ayudar los impactos en la salud, incluso si la inmunidad colectiva continúa siendo lejana”

Los responsables de la investigación han analizado 212.326 casos de Covid-19 producidos entre el 7 de febrero y el 26 de junio de 2021 en Ontario (Canadá). Las variantes de preocupación incluyen aquellas con la mutación M501Ycomo son Alfa, Beta y Gamma, así como Delta. Del total de casos analizados, el 22,4% fueron no VOC, el 76,7% fueron infecciones con mutaciones N501Y y el 2,8% fueron, probablemente, provocadas por Delta. La variante Delta comenzó a detectarse en Ontario en abril de 2021 y ya era dominante en el mes de julio.

“La aparición de nuevas VOC del SARS-CoV-2 ha ralentizado el progreso contra la pandemia de tres formas distintas: aumentando la transmisibilidad y el número de reproducción del virus, incrementando el escape inmunológico y/o disminuyendo la eficacia de las vacunas, y haciendo más virulento al virus”, exponen los coautores del estudio, los doctores David Fisman y Ashley Tuite, de la Escuela de Salud Pública Dalla Lana de la Universidad de Toronto.

Avanzando a través de las principales conclusiones del estudio vemos que las personas infectadas con alguna de las VOC eran significativamente más jóvenes y menos propensas a presentar comorbilidades. En los casos en los que las infecciones estaban provocadas por las variantes Alfa, Beta y Gamma, los riesgos de hospitalización fueron un 52% más elevados y la posibilidad de requerir ingreso en UCI era un 89% más elevada. El riesgo de muerte por infección con alguna de estas tres variantes es un 51% más elevado que frente a otras. En el caso de Delta los riesgos son 108, 235 y 133% más elevados respectivamente. Los investigadores indican que, incluso después de ajustar factores como la edad, el sexo y las comorbilidades entre otros, el riesgo continuó siendo mayor en caso de infección por la variante Delta.

Un dato muy importante es que el estudio confirma que el efecto positivo de la vacunación atenuó la gravedad de las infecciones por COV en el desarrollo de enfermedad grave y riesgo de muerte en las personas inmunizadas tanto parcial como totalmente.

“Los efectos informados aquí representan un grado sustancial de protección contra la muerte gracias a las vacunas (alrededor del 80-90%), incluso cuando las vacunas no logran prevenir la infección. Estos efectos protectores directos pueden ayudar los impactos en la salud, incluso si la inmunidad colectiva continúa siendo lejana”.

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