Exigen un protocolo de muerte perinatal con más de 226.000 firmas

Las mujeres que han pasado por este tipo de situaciones reivindican atención psicológica y un espacio durante el tiempo de ingreso en el hospital distinto al del resto de partos que suceden con normalidad.

Exigen planes de acción establecidos para atender a los padres ante una muerte perinatal
Exigen planes de acción establecidos para atender a los padres ante una muerte perinatal
CS
23 mayo 2018 | 16:53 h
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La pérdida de un bebé antes de su nacimiento es un momento incuestionable de dolor para sus padres. Afrontar un parto habitual con el conocimiento de que su hijo ya ha fallecido (muerte perinatal) es tarea compleja. Este hecho llevó a una mujer que pasó por una situación así a emprender una campaña de recogida de firmas para exigir al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad la implantación de un protocolo de actuación para estos casos. Han reunido más de 226.000 apoyos.

Entre los puntos que se reivindican con el objetivo de paliar en la medida de lo posible el dolor al que se deben enfrentar tanto la madre como el padre del bebé fallecido se encuentran el de una atención psicológica. También denuncian tener que permanecer en la misma planta del hospital donde otras madres están con sus recién nacidos, después de que sus partos se hayan desarrollado con normalidad.

“En mi caso faltó información, faltó comunicación, faltó empatía y faltó preparación"

La autora de la campaña, Beatriz González, tras perder a su bebé a las 41 semanas de embarazo se tuvo que enfrentar a un parto normal para después de 24 horas dar a luz a su pequeña sin vida. “En mi caso faltó información, faltó comunicación, faltó empatía y faltó preparación. No vi un psicólogo hasta después de dar a luz a mi hija sin vida, habían pasado más de 24 horas desde que me habían dado la terrible noticia”, lamenta.

Otro de los aspectos que denuncian en esta iniciativa es la hospitalización en un espacio diferente al de las mujeres que han dado a luz sin problema. “Di a luz a mi hija sin vida igual que si se tratara de un parto común. Me llevaron a una habitación en la que estaba rodeada de madres con sus bebés recién nacidos, pedí que me cambiaran, pero me dejaron allí. Después me subieron a la planta de maternidad. Aunque tenía una habitación para mí sola, cuando salía a los pasillos todo eran canastillas y llantos de bebés. ¿De verdad no había un lugar mejor para mí?”.

Asimismo, esta mujer denuncia que, una vez le comunicaron el fallecimiento de su pequeña, nadie le preparó “para lo que iba a ser una experiencia traumática. Nadie. Ni a mí ni a mi marido. Ninguna ayuda psicológica previa al parto, ningún consejo, ninguna orientación”.

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