Evidencias avalan implantar programas de cribado de cáncer de pulmón con TCBD en Europa y España

Una tomografía computarizada a bajas dosis anual reduce significativa y clínicamente la mortalidad según el estudio europeo NELSON y el americano NSLT.

Médico con una radiografía (Foto: Freepik)
Médico con una radiografía (Foto: Freepik)
CS
25 noviembre 2019 | 15:45 h
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Los últimos hallazgos científicos responden a la implantación en Europa, así como en España, de programas de cribado de cáncer de pulmón mediante la realización de una Tomografía Computada de Dosis de Radiación (TCBD) en personas con mayor riesgo de padecer esta enfermedad que cumplen criterios de edad y tabaquismo, según destaca un editorial en Archivos de Bronconeumología, la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). El editorial está firmado por los doctores Luis M. Seijo, Juan Carlos Trujillo y Javier J. Zulueta, miembros de dicha sociedad científica. 

El tabaquismo es el principal factor de riesgo para el cáncer de pulmón. De ahí que sociedades científicas, como Separ, centren sus esfuerzos en combatir este hábito nocivo con campañas antitabaco, a fin de reducir el número de nuevos fumadores, en especial en las franjas de edad con un mayor riesgo. Sin embargo, “paralelamente al desarrollo de campañas antitabaco debemos insistir en la creación de programas de cribado que ayuden a un diagnóstico precoz de la enfermedad.

En este sentido, debemos recordar que en España ya existen programas de cribado para otros cánceres que han demostrado su efectividad, cómo pueden ser los de cáncer de mama o colon. Ahora tenemos que insistir en que reciente publicaciones sobre el cribado de cáncer de pulmón han demostrado su efectividad y potencial aplicabilidad en países como el nuestro, sin que ello suponga un aumento de riesgo para la sociedad ni un aumento desproporcionado del gasto económico”, destaca el Dr. Juan Carlos Trujillo, cirujano torácico, coordinador del Área de Oncología Torácica de Separ y uno de los tres autores del editorial sobre nuevas evidencias científicas. 

 Una tomografía computarizada a bajas dosis anual reduce significativa y clínicamente la mortalidad según el estudio europeo NELSON y el americano NSLT

Estas evidencias científicas se apoyan en los resultados de importantes estudios como el Nederlands Leuvens Longkanker Screenings Onderzoek (NELSON) presentados en 2018 en Toronto (Canadá) durante el congreso de la IASLC (International Association for the Study of Lung Cancer) y que han confirmado los hallazgos del estudio norteamericano National Lung Screening Trial (NLST). "Ambos ensayos prospectivos aleatorizados han demostrado que los programas de cribado de cáncer pulmonar consiguen una reducción significativa y clínicamente relevante de la mortalidad atribuible a la realización de una TCBD anual. Estos resultados son fruto de un número reducido de rondas de cribado (4 en el estudio NELSON y 3 en el NLST), por lo que cabe esperar que aún sean más favorables en programas con mayor continuidad", apuntan desde Separ. 

Los programas de cribado de cáncer de pulmón ya son una realidad en Estados Unidos, donde las sociedades científicas, instituciones y aseguradoras recomiendan su implantación, adhiriéndose a los criterios de inclusión del NSLT -tener una edad de más de 55 años y un consumo tabáquico mayor o igual a 30 paquetes-año-, según explican los firmantes del editorial. En cambio, en Europa se carecía de una evidencia acumulada suficiente para confirmar los hallazgos norteamericanos en población europea. Realizar “un estudio europeo se consideraba necesario, alegando que las idiosincrasias de los sistemas de salud y de la población europea no justificaban asumir como propias las recomendaciones de sociedades científicas norteamericanas basadas en el diseño y los resultados del NSLT”, dice el editorial.

RESULTADOS DE NELSON Y ELCAP.

Los programas de cribado de cáncer de pulmón cada vez cuentan con más características que demuestran sus buenos resultados y justifican la necesidad de implantarlos.

En Estados Unidos estos programas ya se aplican en pacientes mayores de 55 años y que fuman más de 30 paquetes al año, ahora deben implantarse en Europa

En esta línea, el editorial destaca los hallazgos del estudio NELSON, diseñado para disminuir la tasa de falsos positivos y el gasto ocasionado por el cribado y con criterios de inclusión menos restrictivos que el NSLT, -pacientes con una edad > 50 años, abstinencia < 10 años, y consumo de tabaco > 15 paquetes-año- que han demostrado una mayor reducción de la mortalidad por cáncer de pulmón que el NSLT, a pesar de tener un tamaño muestral inferior. Asimismo, el 50% de los tumores pulmonares detectados con la TCBD en el NELSON se encontraban en una fase inicial, en estadio I, en comparación con un 75% de estadios avanzados (III o IV) en el grupo control.

MEJORAR LA SELECCIÓN DE PACIENTES

De cara al futuro, otro de los aspectos en que inciden los autores del editorial es que se requiere mejorar la selección de pacientes candidatos a entrar en estos programas, con criterios de inclusión que seguramente tendrán que ir más allá de la edad y el tabaquismo, y marcadores con valor pronóstico.

Se propone mejorar los criterios de inclusión de pacientes en estos programas, añadiendo otros a la edad y el tabaquismo, y marcadores pronósticos

En este sentido, la experiencia en España ha demostrado la existencia de un fuerte vínculo entre enfisema y cáncer de pulmón; la existencia de que existe un riesgo compartido de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cáncer de pulmón; y que también se ha visto una asociación entre apnea del sueño y aparición de nódulos sospechosos en el pulmón, así como entre la enfermedad intersticial permanente y el cáncer de pulmón.

En cuanto a los marcadores de valor pronóstico, podría tener “especial protagonismo” añadir el enfisema a los criterios convencionales de edad y tabaquismo del programa, lo que incrementaría el valor predictivo positivo de dicho programa, aunque debería medirse si podría estar justificado ante un posible aumento de la complejidad y costes del programa. “Queda mucho por hacer, pero sin programas de cribado seguiremos siendo testigos mudos de la elevada mortalidad causada por el cáncer de pulmón en nuestro país, no solo entre fumadores, sino también entre aquellos que han conseguido dejar de fumar. Sigamos insistiendo en el abandono del hábito tabáquico sin dejar de poner en marcha las iniciativas plasmadas en el documento de consenso de 2017”, concluye el editorial.

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