El contacto de la piel, principal vía de transmisión de la viruela del mono en España

Una revisión de 185 casos de viruela del mono realizada por el AEDV, aporta diferentes conclusiones sobre su relación con las ITS y los síntomas dermatológicos.

Viruela del mono (Foto. AEDV)
Viruela del mono (Foto. AEDV)
Ander Azpiroz
3 agosto 2022 | 11:40 h

El artículo “Monkeypoxoutbreak in Spain: clinical and epidemiologicalfindings in a prospective cross-sectionalstudyof 185 cases”, realizado por el Grupo Español de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), muestra una serie de nuevos hallazgos clínicos y epidemiológicos sobre la viruela del mono en un estudio transversal prospectivo de 185 casos recogidos por un gran número de dermatólogos españoles que confirman que la ruta de transmisión principal para este brote es a través del contacto de la piel.

Los dermatólogos fueron los primeros especialistas en detectar casos de la viruela del mono, que en los últimos meses ha cobrado una gran importancia en varios países europeos, entre ellos España, uno de los que ha registrado más casos hasta la fecha.

Entre los síntomas principales de esta viruela se encuentran: fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos y sarpullido generalizado que progresa a través de cuatro etapas distintas.

SÍNTOMAS DERMATOLÓGICOS

“Lo habitual es que la sintomatología cutánea aparezca en zonas de contacto durante las relaciones sexuales. Esto puede incluir lesiones en la faringe, el canal anal, la cara y los dedos”, explica la Dra. Alba Catalá, dermatóloga del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona y autora principal de estudio.

“Este hallazgo es importante porque hace mucho más fácil reconocer la enfermedad, ya que muy pocas enfermedades producen este tipo de lesiones”

Uno de los hallazgos principales de este estudio trata sobre las posibles lesiones dermatológicas que pueden aparecer con motivo de la enfermedad, anteriormente se asumía que eran pústulas, pero gracias a esta investigación, han descubierto que son pápulas duras que parecen pústulas (pseudopústulas).

“Este hallazgo es importante porque hace mucho más fácil reconocer la enfermedad, ya que muy pocas enfermedades producen este tipo de lesiones”, indica la Dra. Petunia Clavo, dermatóloga del Centro Sandoval en Madrid y otra de los autores de la investigación, aunque añade que algunas de estas pápulas se necrosan y pueden dar lugar a úlceras genitales “dificultando el diagnóstico por su similitud con otras enfermedades”.

ITS Y VIRUELA DEL MONO

Otra de las conclusiones que aporta el estudio es que ni la enfermedad por VIH bien controlada ni la vacunación de viruela previa (antes de 1972) han afectado a la gravedad de las lesiones en los participantes. Además de que cualquier paciente puede sufrir la viruela del mono y cualquier otro tipo de infección de transmisión sexual (ITS).

"Con frecuencia las epidemias empiezan en un colectivo concreto y luego se van extendiendo, pero actualmente los esfuerzos para proteger de la enfermedad deberían centrarse en este grupo”

En referencia al propio perfil del paciente, los casos estudiados estaban compuestos fundamentalmente por hombres que tienen sexo con hombres y se asociaban con frecuentes comportamientos de riesgo para adquirir enfermedades de transmisión sexual. “Con frecuencia las epidemias empiezan en un colectivo concreto y luego se van extendiendo, pero actualmente los esfuerzos para proteger de la enfermedad deberían centrarse en este grupo”, apunta la Dra. Catalá.

Ningún paciente involucrado en esta investigación falleció y la hospitalización fue poco común. Sin embargo, se ha descrito un pequeño riesgo de fallecimiento, la enfermedad es muy incómoda y puede tener consecuencias a largo plazo que pueden llevar a secuelas, incluso cicatrices en áreas visibles”, concreta la Dra. Catalá.

Por último, los investigadores han señalado que es necesaria una investigación más amplia para poder llegar a comprender mejor cuándo se vuelven más infecciosos los pacientes. “Aunque no estamos seguros de cuando empiezan a ser infecciosos los pacientes, evitar el contacto estrecho con personas que tengan lesiones de viruela símica, y comprobar que no las tienen antes de tener relaciones puede ayudar a reducir el riesgo de padecer la enfermedad”, concluyen.

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