La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria intestinal que afecta aproximadamente a 200 personas de cada 100.000 en occidente. La extensión de la enfermedad es el principal factor predictivo de su evolución a largo plazo.
La relación médico-paciente y la educación sanitaria son factores determinantes en el abordaje de la CU y en la evolución del paciente. Además, es importante que el médico entienda al paciente e integre la terapia médica con la atención psicológica.
AFECTA A LA CALIDAD DE VIDA
El 55% de los pacientes con colitis ulcerosa afirma haber padecido alguna alteración en su calidad de vida. Sin embargo, los médicos y las enfermeras perciben la CU como un trastorno que afecta a la calidad de vida en un 35% a 37% de los pacientes, respectivamente.
Los síntomas más comunes de un paciente con colitis ulcerosa son diarrea mucosanguinolenta, dolor abdominal y urgencia rectal. Además en ocasiones afecta a la pérdida de peso, produce fiebre y afecta al estado general. Todo ello repercute en la calidad de vida del paciente.
La autoestima, las relaciones personales, el trabajo y los ratos de ocio se ven afectados constantemente por la patología, de tal forma que el 41% de los pacientes considera que la CU determina el tipo de trabajo que desempeñan, el 55% ha tenido que solicitar una baja laboral a causa de su enfermedad y el 38% reconoce que ha disminuido su autoestima desde que padece la enfermedad.
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