Los expertos califican este ensayo de “pionero” en la patología vascular cerebral y sitúan a los profesionales implicados al primer nivel mundial de la trombectomia al ictus
Los resultados del estudio REVASCAT, que han sido publicados en la revista científica Lancet Neurology, indican que este tipo de tratamiento repercute de manera positiva sobre el paciente y tiene implicaciones “importantes” a nivel coste-eficacia a largo plazo. Tras haber realizado controles a los pacientes al cabo de cinco días, tres meses y un año después del tratamiento, los datos evidencian que los pacientes experimentan una mejora hasta pasado un año.Anteriormente, este mismo estudio había demostrado en 2015 que los pacientes tratados con estos dispositivos multiplicaban por cuatro sus posibilidades de ser más autónomos en acciones básicas del día a día. De hecho, veían aumentada en un 70% la posibilidad de recuperación de su capacidad funcional. Asimismo, se reducía en más de un 50% el tamaño final del infarto cerebral causado por el ictus y presentaban una mejor calidad de vida.
Los expertos califican este ensayo clínico como “pionero” en el ámbito de la patología vascular cerebral y sitúan a los centros y profesionales implicados en el primer nivel de la investigación de la trombectomia al ictus. En la publicación, además de los seis centros hospitalarios catalanes, han colaborado la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y la Universidad de Pittsburgh (EEUU).
PROCEDIMIENTO COMPLEJO
El procedimiento empleado es de "enorme complejidad" y sólo puede realizarse en hospitales terciarios con profesionales "altamente cualificados"
Para tratar a estos pacientes con ictus isquémico complejo, los profesionales sanitarios introducían un catéter desde la arteria femoral hasta el área afectada, efectuando una navegación endovascular tras la que se extraía el trombo con una malla (stent). Este procedimiento, informan en el estudio, es de “enorme complejidad” y sólo puede realizarse en hospitales terciarios con profesionales “altamente cualificados”.Hasta ahora, tan sólo se utilizaba la trombólisis endovenosa para tratar el ictus isquémico. No obstante, apuntan, este tipo de tratamiento cuenta con una eficacia “muy limitada” en los casos de ictus graves y complejos. Por ello, en los últimos años se ha tratado a un número importante de pacientes con terapias endovasculares como la trombectomía mecánica, que “no demostró ser eficaz”, motivando el inicio de otros estudios.
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