No hace ni 60 años era común que los niños se tuvieran en las casas. No era tradición, ni tampoco una moda pasajera. No todo el mundo podía permitirse acudir a un hospital para dar a luz, eran unos recursos al alcance de muy pocos.
La sociedad ha evolucionado mucho y hoy en día en España las mujeres tienen la posibilidad de acudir a un centro hospitalario a dar a luz rodeadas de todas las garantías. Sin embargo, al igual que ha pasado con la moda de los años 70, parece que esta práctica está volviendo a cobrar protagonismo.
El bebé fallecido estaba en posición podálica y no pudo sobrevivir a un parto sin asistencia
Esta semana se ha conocido la noticia de un bebé que ha muerto en Vigo después de que su madre decidiera dar a luz en casa sin contar con ningún tipo de asistencia sanitaria. Según recoge La Voz de Galicia, el bebé estaba en posición podálica (de nalgas) y no pudo sobrevivir al trance.
Tras llamar a emergencias al detectar que algo no iba bien, tanto madre como hijo fueron trasladados a Urgencias, donde la unidad de neonatología del Cunqueiro trató de reanimar al bebé, pero no tuvieron posibilidad de salvarle la vida.
“Los nacimientos tienen que producirse en los hospitales, aunque sean partos de evolución y embarazos normales”, afirma de manera contundente el doctor Txantón Martínez-Astorquiza, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) para ConSalud.es al preguntarle sobre el tema.
El fallecimiento del bebé es siempre la consecuencia de estas prácticas que más repercusión tiene, sin embargo, no es el único problema al que pueden enfrentarse los padres que optan por esta medida. Txantón Martínez-Astorquiza asegura que “la inmediatez con la que surgen los problemas, problemas que no se van a poder solucionar desde casa” es uno de los principales riesgos.
Si un parto en casa no se desarrolla adecuadamente, el bebé puede acabar con “daños cerebrales importantes”
Los riesgos de dar a luz en casa afectan tanto a la madre como al bebé. “Las madres pueden experimentan una subida importante en la tensión arterial, una pérdida importante de sangre, una atonía uterina…”, narra el presidente de la SEGO. Estos problemas cuando surgen en un hospital pueden solventarse, sin embargo, en los domicilios y sin asistencia sanitaria suponen graves problemas de salud.
En el caso de los niños “puede haber un sufrimiento fetal, el parto se alarga, no se desarrolla adecuadamente la dilatación y el nacimiento, el niño tiene una bajada de oxígeno y puede acabar con unos daños cerebrales importantes o la muerte en el peor de los casos”, asegura Martínez-Astorquiza.
El 65% de los partos que atiende Martínez-Astorquiza en el Hospital de Cruces, centro que dirige, no requieren de la intervención de forces o ventosas, “esto significa que de entrada tenemos un 35% que por obligación tienen que producirse en un hospital porque contraen alguna complicación”.
“Estas son las razones por las cuales no se debe tener un niño en un domicilio”
En países como Holanda o Francia se ha puesto muy de moda los partos en casa. “En estos países hay toda una infraestructura montada para dar cobertura a estos partos”, explica Martínez-Astorquiza. Algunas de las medidas que se realizan en estos territorios son personal específico que acude a los domicilios o ambulancias localizadas cerca del domicilio.
“Mientras en España esto no cambie, yo no recomiendo el parto a domicilio. Es una práctica desde nuestro punto de vista inadecuada”, afirma el presidente de la SEGO. Además, explica que en la organización que dirige no hay ni un solo ginecólogo que se posicione a favor de estas actuaciones.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia no posee registros de cuantos partos se producen en domicilios particulares hoy en día, aunque afirman que hay datos externos que afirman que son uno de cada 1.000. A pesar de que es una tasa muy baja, en los últimos años se está viviendo un aumento de los casos.
“Antes las mujeres parían en casa porque no podían hacer otra cosa y con el nacimiento de los hospitales modernos todos los partos eran en estos centros. Pero ahora parece que la gente quiere volver a los partos naturales”, explica el director de la SEGO. Concluye afirmando que estas prácticas son “una trampa”, “la idea puede parecer muy bonita pero la realidad es otra totalmente distinta”.