Más de un millón de personas en España no pueden asumir el copago: la pobreza farmacéutica crece

El Banco Farmacéutico calcula que más de un millón de personas tienen que decidir entre alimentarse y medicarse, estas personas solo cuentan con la solidaridad

Más de 1,5 millones de personas no se pueden permitir pagar el copago de la medicación (Foto. Freepik)
Más de 1,5 millones de personas no se pueden permitir pagar el copago de la medicación (Foto. Freepik)
Paola de Francisco
5 septiembre 2022 | 17:45 h

En España existen varios medicamentos que, aún incluidos en la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud, suponen un gasto para los pacientes elevado. Aunque se reduzcan parte de los precios o se establezca un copago del 40%, algunas fórmulas superan los 20 euros para el paciente. Es el caso, por ejemplo, de tratamientos para patologías crónicas como el anticonvulsivo gabapentina que se administra para el dolor crónico y que en alguna de sus presentaciones puede superar los 20 euros, o antihipertensivos como el telmisartán con presentaciones que van desde 10 hasta 20 euros.

Para muchas personas estos precios son inasumibles y les llevan a tener que elegir entre comer, pagar el alquiler, la luz, el gas, o comprarse el fármaco. Y muchos dejan de comprar tratamiento necesario para mantener su calidad de vida y no empeorar. En concreto, según datos del CIS del Barómetro Sanitario de 2022 publicado en junio, el 3,3% de los encuestados habían dejado de tomar el medicamento porque no se lo podía permitir económicamente, lo que significa que más de 1,5 millones de personas en nuestro país no se pueden permitir pagar la medicación. Una cifra que supone casi un punto más con respecto al 2,4% del dato de marzo, y que refleja el impacto que ha tenido la pandemia y la inflación en la pobreza farmacéutica.

“Solo cubrimos los medicamentos financiados por la SNS, pero estamos evaluando otros programas para poder cubrir otro perfiles que también sufren pobreza farmacéutica"

El Banco Farmacéutico es una organización que desde 2007 trabaja para sensibilizar a la población sobre esta realidad y atender a las personas que sufren pobreza farmacéutica y que no pueden costearse el copago de los medicamentos. “Esto ya estaba activo desde el año 2000 en Italia y replicamos su modelo inicialmente con la campaña de Recogida de productos OTC y/o productos de parafarmacia en farmacias para entidades sociales”, indica a Consalud.esJavier Vinzia, director del banco.

Con los años también crearon un fondo social de medicamentos con el objetivo de adaptarse a las necesidades existentes en nuestro país. Desde 2015, el fondo beneficia a una serie de personas para ayudarles a hacer frente esta situación que va a más. Estos pacientes tienen que tener tarjeta sanitaria, una patología crónica y un plan de medicación superior a los 20 euros mensuales. El 70% de los beneficiados no tienen estudios o tienen estudios básicos, el 47% se encuentra en situación de desempleo, la mitad son de origen español y alrededor de un 70% tienen entre 40 y 69 años.

“Solo cubrimos los medicamentos financiados por la SNS, pero estamos evaluando otros programas para poder cubrir otro perfiles que también sufren pobreza farmacéutica y buscando alianzas para poder facilitar el acceso a medicamentos no financiados por el SNS, pero es un camino largo, complejo y costoso”, señala Vinzia.

“Se mantiene la imposibilidad de asumir el 40% de copago de los medicamentos recetados en pacientes con patologías crónicas con tratamientos superiores a 20€ mensuales de coste"

Desde 2018 a 2022 los beneficiarios han ido aumentando, con un incremento de 400 más entre estos cinco años (1.250 en 2018 a 1.600 en 2022). Con un gasto que asciende, solo en 2021 a 246.911, y que se incrementará en los próximos años. ADemás de medicamentos, algunos de los productos con los que ha ayudado el el fondo social de medicamentos son: 10.000 geles energéticos, 4.500 productos de higiene femenina, 25.000 unidades de sueros orales, 40.000 unidades de gel hidro-alcohólico y 32.000 productos de parafarmacia y OTC

En 2021 se amplió la ayuda a los menores con un 33% de discapacidad reconocida. Pero con todo la tasa de pobreza farmacéutica no bajó. “Se mantiene la imposibilidad de asumir el 40% de copago de los medicamentos recetados en pacientes con patologías crónicas con tratamientos superiores a 20€ mensuales de coste o con multipatologías entre las rentas más bajas”, manifiestan desde el Banco Farmacéutico.

LA PANDEMIA, UN DURO GOLPE

Durante los últimos años la pobreza farmacéutica ha seguido creciendo, y con la pandemia, y ahora la subida de la inflación, el aumento ha sido mayor. “Atendiendo al incremento de peticiones recibidas y tras la pandemia, estimamos que dicho índice en 2022 será ya superior al 3%”, recuerda Javier Vinzia.

"Es muy necesario ampliar nuestra actividad, pero la verdad es que nuestra escasez de recursos humanos y económicos hace que sea difícil hacerlo a la velocidad necesaria"

La pandemia ha incrementado la necesidad de contar con productos sanitarios en casa como las mascarillas que para muchos pacientes suponía un nuevo gasto para su ya ajustado bolsillo. Durante este tiempo, el banco ha intentado ayudar a todos aquellos pacientes con pocos recursos. “Durante la pandemia hemos hecho de todo, pero destacaría nuestra labor de puente entre laboratorios que donaban sus productos y las entidades sociales para que éstas tuvieran el máximo acceso a material sanitario y lo distribuyeran ente los perfiles que ellos atienden. Todo ello integrándonos en redes solidarias de distinta índole y compartiendo logisitica. Además, sí hemos realizado compras de mascarillas por ejemplo y otros productos de primera necesidad para aquellas personas más necesitadas”.

Con todo, los bajos recursos económicos con los que cuenta el Banco Farmacéutico, conseguidos por subvenciones públicas, aportaciones de fundaciones privadas, donaciones de laboratorios farmacéuticos, empresas privadas, donativos de farmacias y/o particulares, y las campañas de sensibilización, no dan para todo lo que quisieran. “Es muy necesario ampliar nuestra actividad, pero la verdad es que nuestra escasez de recursos humanos y económicos hace que sea difícil hacerlo a la velocidad necesaria. Sin duda los objetivos principales son organizar un evento para dar visibilidad a la pobreza farmacéutica, recuperar la campaña de sensibilización en farmacias y crear un programa como el FSM pero con una trabajadora social propia, lo que nos permitiría atender directamente a nuestros beneficiaros y cubrir necesidades de patologías agudas”, manifiesta el director del banco.

¿Y qué más se puede hacer? “Debemos concienciar a la ciudadanía de la existencia de esta pobreza y conseguir que ésta deje de ser vergonzante. Si así fuera, tanto la administración como la industria farmacéutica reconocerían dicha pobreza y la paliarían con cambios legislativos; como se ha hecho ya con otras pobrezas que afectan a los perfiles más vulnerables”, concluye Vinzia.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído