La música salta de las series de Medicina a los quirófanos reales: la elección de los cirujanos

Poner música en una intervención quirúrgica puede mejorar la acción de los profesionales sanitarios durante una intervención quirúrgica, según la evidencia científica

Profesionales sanitarios en una intervención quirúrgica (Foto. Freepik)
Profesionales sanitarios en una intervención quirúrgica (Foto. Freepik)
Paola de Francisco
19 diciembre 2022 | 00:00 h

Hay médicos que prefieren el silencio para concentrarse, otros su música favorita, otros clásica. Esta realidad que en series médicas cada vez es más palpable (‘The Good Doctor’, ‘The Resident’, o incluso en algunos momentos de la ya clásica ‘Anatomía de Grey’), lo es también fuera de la ficción. La música se ha convertido en una herramienta más para que muchos cirujanos realicen con seguridad y relajados las intervenciones. No es algo que compartan todos los cirujanos, hay controversia, pero como explicó a este medio el Dr. Sergi Sánchez-Cordero, adjunto de la Unidad de Cirugía Bariátrica del Hospital de Sant Joan Despi Moisès Broggi de Barcelona y miembro de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), “en la medida que entra gente joven, sí hay más predisposición a usarla”.

Así lo reflejó hace unos años la encuesta realizada por Spotify y Figure 1, que señaló que el 90% de los cirujanos y residentes encuestados escuchaban canciones en el quirófano. Preferían listas de reproducción a álbumes. A veces la eligen los cirujanos, otras el resto del equipo de quirófano y algunas veces el propio paciente, que con anestesia local recibe la invitación a elegir la melodía con la que prefiere ser operado.

El rock es el género más popular, un 49% de los encuestados operaban bajo el ritmo de ‘Scorpions’, los ‘Rolling Stone’ o ‘Queen’

Aunque hay estudios que señalan que la “música clásica, cuando se reproduce con un volumen entre bajo y medio, puede mejorar el rendimiento de la tarea quirúrgica al aumentar tanto la precisión como la velocidad”, y que hay que tener en cuenta el poder de distracción que tienen los diferentes ritmos que componen una canción para su elección, la encuesta de Spotify y Figure 1 reflejó que el rock es el género más popular, un 49% de los encuestados operaban bajo el ritmo de ‘Scorpions’, los ‘Rolling Stone’ o ‘Queen’. Por otra parte, el 48% prefería pop, el 43% música clásica, el 24% jazz y el 21% rhythm and blues (R&B).

MÁS PARA EL CIRUJANO QUE PARA EL PACIENTE

Si se navega por las diferentes plataformas de música no es raro encontrarse una ‘playlist’ para cirujanos, hechas en muchos casos por los propios doctores. Se han escrito muchos artículos científicos sobre los beneficios de la música en el desempeño de la tarea quirúrgica, aunque existen algunos estudios que no terminan de determinar si los beneficios superan los riesgos, lo cierto es que la práctica cada vez es más común y se conocen muchos beneficios que van desde el paciente al profesional sanitario.

En un primer momento la utilización de canciones en las cirugías se apoyaba en la capacidad anestésica de la música. Entretenimientos como este, o la realidad virtual, han demostrado que permiten a los pacientes entrar un estado de relajación que le aleja del dolor o la preocupación que puede producirles una intervención sanitaria, ya sea una cirugía con anestesia local o pruebas médicas como una endoscopia.

Diferentes estudios han demostrado que la música permite disminuir los tiempos operatorios y el estrés del equipo quirúrgico

Sin embargo, en los últimos años la literatura científica ha crecido incidiendo en los beneficios o los inconvenientes para el trabajo realizado por parte del cirujano, y el efecto que en este tienen las canciones. Diferentes estudios han demostrado que la música permite disminuir los tiempos operatorios y el estrés del equipo quirúrgico. Aunque algunos análisis reflejan que es más conveniente en profesionales experimentados que en residentes o con menos experiencia, lo cierto es que otros señalan que para estos últimos también podría ser beneficioso.

Un estudio publicado en marzo en ‘Langenbeck's Archives of Surgery’ concluía que el efecto de la música en el rendimiento laparoscópico de cirujanos novatos depende de la combinación del género musical y la amplitud, de tal forma que si el rock en volumen medio permitía un trabajo más rápido y preciso que sin música, este efecto se perdía si el rock se ponía en volumen alto. Pasaba lo mismo tanto si se escuchaba a ‘The Beatles’ como si era a ‘AC/DC’.

Los resultados de los estudios son a veces contradictorios, y no todos los médicos, anestesistas y enfermeras quieren música o aceptan cualquier género. Es por ello que esta realidad, aunque cada vez más presente, trayendo lo que se ve en la televisión a los quirófanos, no siempre se da por igual y que va a depender de cada profesional.

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