Cada año se registran alrededor de 15.000 casos de negligencias médicas

La falta de consentimiento informado y los errores en el diagnóstico son unos de los tipos de negligencias más comunes.

Un diagnóstico erróneo puede ocasionar múltiples consecuencias negativas para la salud del paciente, e incluso puede provocar su muerte
Un diagnóstico erróneo puede ocasionar múltiples consecuencias negativas para la salud del paciente, e incluso puede provocar su muerte
CS
20 marzo 2018 | 17:30 h
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Alrededor de 15.000 son las negligencias médicas que, cada año, se producen en España, según estimaciones de Statista. La compañía de reclamaciones reclamador.es ha recopilado las más comunes y las que han sido reconocidas por los tribunales con indemnizaciones.

Siempre que un paciente comienza un tratamiento médico o va a someterse a una intervención, el profesional sanitario debe informarle de los riesgos que conlleva. El facultativo tiene la obligación de informar verbalmente de los riesgos y de presentar un documento en el que se especifican los posibles problemas que pueden surgir, ya sea durante el tratamiento o después. Es lo que se conoce como consentimiento informado: el documento por el que se acredita que el paciente ha recibido la información necesaria sobre su tratamiento o intervención y está de acuerdo con ella.

No obstante, son muchos los casos en los que, una vez iniciado o terminado el tratamiento del paciente, este sufre daños de los que no tenía constancia o no sabía que podían suceder, por lo que puede reclamar por daño desproporcionado.

Algunos de los casos más frecuentes de error de diagnóstico se dan en el ámbito de traumatología, por ejemplo, al confundir contusiones con roturas óseas

Además, un diagnóstico erróneo puede ocasionar múltiples consecuencias negativas para la salud del paciente, e incluso puede provocar su muerte. Algunos de los casos más frecuentes de error de diagnóstico se dan en el ámbito de traumatología, por ejemplo, al confundir contusiones con roturas óseas. Una cuestión que influye también en este aspecto es la pérdida de oportunidad. Es decir, si como consecuencia de retrasar el diagnóstico ya no se puede aplicar un tratamiento que hubiera resultado efectivo.

Otro tipo de negligencia se produce cuando, a consecuencia de una mala práctica del personal sanitario durante una operación, se generen daños o lesiones. Ejemplos claros pueden ser el daño de nervios durante la operación, cortes e incisiones incorrectas u olvido de gasas y otros materiales quirúrgicos dentro del cuerpo.

Las infecciones hospitalarias o nosocomiales, que son las que se contraen dentro del propio centro hospitalario. Por ejemplo, tras utilizar objetos que no están debidamente esterilizados

También pueden producirse fallos en el seguimiento médico. Este proceso de atención sanitario continúa a otra intervención diagnóstica o terapéutica con el objetivo de finalizar el episodio de atención iniciado para conseguir su completa recuperación, o de mantener un estado de salud satisfactorio en enfermedades crónicas. La negligencia médica aparece cuando el facultativo considera que no es necesario realizar un seguimiento de la enfermedad, o no establece uno adecuado para el paciente. De tal modo que este acaba sufriendo daños derivados de ese seguimiento erróneo.

En último lugar se encontrarían las infecciones hospitalarias o nosocomiales, que son las que se contraen dentro del propio centro hospitalario. Por ejemplo, tras utilizar objetos que no están debidamente esterilizados. Sin embargo, es importante matizar que no todas las enfermedades que se contraigan en el centro sanitario serán reclamables, como un catarro derivado del aire acondicionado o por defensas bajas.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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