Centro Médico Teknon utiliza la neuromonitorización del nervio vago para reducir riesgos en cirugías

Se trata de una nueva técnica implantada para reducir las complicaciones al mínimo en las cirugías mínimamente invasivas, como las de antirreflujo y de hernia de hiato.

Fachada del centro Teknon (Foto. ConSalud)
Fachada del centro Teknon (Foto. ConSalud)
CS
27 julio 2021 | 12:25 h

Expertos de Quirúrgica Cirujanos Asociados, del Centro Médico Teknon, están empezando a utilizar la neuromonitarización del nervio vago durante las intervenciones mínimamente invasivas antirreflujo de la hernia de hiato. Esta nueva técnica se ha implantado para reducir las complicaciones al mínimo en las cirugías y garantizar una mejor seguridad al paciente. 

Mediante la colocación de unos electrodos posicionados a nivel de la parte inferior gástrica o dentro de una sonda localizada en el esófago y estómago, se permite la estimulación del nervio vago a nivel del esófago interior. De esta forma, se ayuda a su localización e identificación, asegurado su integridad y evitando una lesión.

En palabras del especialista en cirugía laparoscópica de alta complejidad y miembro de Quirúrgica Cirujanos Asociados, el Dr. Alberto Díez-Caballero, "eso no reemplaza la visualización del nervio por parte del cirujano, pero lo complementa y hacer que la cirugía tenga menos riesgos de complicaciones".

Además, el médico añade que el beneficio más palpable de la neuroestimulación se constata en las cirugías de mayor riesgo, como grandes hernias de hiato o reintervenciones en pacientes previamente operados por reflujo o hernia de hiato. 

La lesión del nervio vago, tanto anterior como posterior, es uno de los riesgos que tiene el procedimiento de disección del hiato esofágico

El especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo y miembro de Quirúrgica Cirujanos Asociados, el Dr. José Sáez Hernández, explica que “el tratamiento quirúrgico del reflujo surge como una alternativa eficaz, que no debe ser de última elección, estando indicada en aquellos pacientes que requieren dosis progresivas de medicamentos, que son jóvenes, que no se pueden adherir a terapias largas, que presentan esofagitis complicadas, esófago de Barrett, o tienen síntomas atípicos que no responden al manejo médico”.

El reflujo gastroesofágico (ERGE) se produce cuando el esfínter que se encuentra en la parte inferior del esófago se relaja en un momento inadecuado y permite el ascenso del ácido gástrico al esófago. Esto se traduce en pirosis, un síntoma conocido popularmente como ardor o quemazón. En ocasiones está asociado al reflujo y el paciente también presenta una hernia de hiato o ascenso del estómago hacia el tórax, a través del orificio natural de paso del esófago del tórax al abdomen.

La lesión del nervio vago, tanto anterior como posterior, es uno de los riesgos que tiene el procedimiento de disección del hiato esofágico, para conseguir una completa reducción del estómago herniado, si es que lo estuviese, y en la disección de la parte superior del estómago para la realización de una nueva válvula que compense el defecto en el esfínter esofágico inferior.

En este sentido, el especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo y miembro de Quirúrgica Cirujanos Asociados, el Dr. Luis Aguilar Blasco, "su lesión inadvertida puede condicionar un posterior retraso en el vaciamiento gástrico, ocasionando distensión abdominal, digestiones pesadas y mal estado general en el paciente". Para el médico, el éxito de estas intervenciones depende en gran medida de una adecuada evaluación preoperatoria del paciente, y ahora, gracias a la neuromonitorización, también es posible reducir los riesgos durante las cirugías mínimamente invasivas.

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