Un grupo de científicos internacionales, con participación del Grupo de Problemas Inversos, Optimización y Aprendizaje Automático de la Universidad de Oviedo, han descubierto las bases genéticas de la fatiga crónica en enfermos de cáncer de próstata sometidos a radioterapia. Con este avance se demuestra que hay unas bases genéticas para la fatiga crónica. Es decir, se comprueba que existen una serie de genes involucrados que, si estuvieran bien regulados o se pudiesen regular mediante medicamentos, posiblemente se lograría la desaparición del síndrome.
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad aún no del todo conocida y compleja que se caracteriza por la fatiga persistente y la presencia de dificultades cognitivas, y que puede venir acompañada de episodios de fiebre, dolor muscular y en las articulaciones, dificultades de concentración y pérdida de la memoria reciente o desorientación espacial, etc.
De esta manera, el estudio reveló la presencia de genes de reparación del ADN y de ciertos genes relacionados con la sensibilidad a la radiación. Asimismo, otros genes están relacionados directamente con el cáncer de próstata y explicarían una sensibilidad variable a la radioterapia, según el paciente.
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad aún no del todo conocida y compleja, que se caracteriza por la fatiga persistente y la presencia de dificultades cognitivas
Aunque las conclusiones deberían ser confirmadas mediante otro tipo de modelos clínicos, este trabajo abre la puerta al estudio de las bases genéticas implicadas en la fatiga crónica y su conexión con distintos tipos de cáncer y también con algunas enfermedades neurológicas. El profesor Juan Luis Fernández-Martínez afirma que "los modelos matemáticos son necesarios para entender las funciones de genes que están deficientemente estudiados, así como sus interacciones. Los genes trabajan en equipo. Si somos capaces de descubrir dichas sinergias, estaremos mucho más cerca de la cura de dichas enfermedades". Para ello, Fernández-Martínez asegura que "se hace preciso simplificar la complejidad, haciendo que el big data sea pequeño. De hecho, nosotros siempre hablamos de Little Big data".
El trabajo, que ha sido desarrollado en colaboración con Sepher Hashemi de la Harvard Medical School, el doctor Leorey Saligan del National Institute of Health en Washington, y del doctor Stephen T. Sonis, investigador del DanaFarber Cancer Institute de la Universidad de Harvard, acaba de ser publicado en la revista Journal of Pain and Sympton Management.
En 2014, el equipo dirigido por Juan Luis Fernández-Martínez, profesor de la Universidad de Oviedo, diseñó un algoritmo capaz de pronosticar la fatiga crónica en pacientes con cáncer de próstata sometidos a radioterapia, analizando sus datos de expresión génica antes de recibir dicho tratamiento. Dicho algoritmo permitió conocer de antemano qué grado de fatiga crónica podría padecer el paciente, lo cual permite a los médicos poder personalizar en mayor medida los tratamientos y mejorar la calidad de vida de los enfermos. "Este nuevo trabajo es fruto de aquel primer análisis tres años más tarde. Nunca nos rendimos, pero todo lleva su tiempo", afirma el científico asturiano.