Identifican biomarcadores para predecir el riesgo cardiovascular tras la neumonía

Gracias a este hallazgo, se podrán realizar seguimientos y tratamientos con medicina personalizada para aquellos pacientes en situación de riesgo.

Esta técnica podría satisfacer la necesidad clínica de una ablación tumoral no invasiva y segura (Foto. Freepik)
Esta técnica podría satisfacer la necesidad clínica de una ablación tumoral no invasiva y segura (Foto. Freepik)
CS
12 noviembre 2019 | 17:00 h

Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) aumenta las complicaciones por riesgo cardiovascular mientras se padece la misma y después de su curación. Recientemente se han descubierto biomarcadores que pueden predecir este riesgo a corto plazo, resultantes de un estudio realizado dentro del programa de investigación integrado de enfermedades respiratorias de la Separ y el Instituto de Salud Carlos III.  

La NAC tiene una incidencia anual de entre tres y cinco casos por cada 1.000 adultos y es una de las enfermedades infecciosas más prevalentes y con una mayor tasa de morbilidad y mortalidad. Los pacientes que sobreviven continúan teniendo, durante los 10 años siguientes, un riesgo de complicaciones más alto de lo normal. Entre estas complicaciones están el infarto agudo de miocardio o angina, las arritmias, el edema agudo de pulmón o el ictus.

De los 730 pacientes analizados, un 13% tuvo algún tipo de enfermedad cardiovascultar en los primeros 30 días tras el diagnóstico de la NAC

“En los últimos años se ha demostrado que la neumonía supone un factor de riesgo cardiovascular a corto y largo plazo. Es por ello de vital importancia identificar aquellos pacientes en riesgo de desarrollar estos problemas para intervenir a tiempo y establecer un tratamiento personalizado”, destaca Rosario Menéndez, primera firmante del estudio.

La investigación se ha llevado a cabo sobre un total de 730 pacientes hospitalizados con neumonía, a los que se ha seguido prospectivamente durante un año. Durante ese periodo se realizaban análisis de biomarcadores como la proadrenomedulina, la proBNP o la endotelina, entre otros. Finalmente, se concluyó que un 13% desarrollaron algún tipo de enfermedad cardiovascular durante los primeros 30 días y un 9,2% más en todo el año. En los pacientes que sufrieron algún evento cardiovascular de forma precoz se detectaron niveles más elevados de los biomarcadores analizados en las primeras 24 horas desde el ingreso.

Estos resultados demuestran que los biomarcadores son útiles para identificar los pacientes de riesgo y poder actuar correctamente, a través de un tratamiento y seguimiento personalizado. “Los hallazgos que hemos hecho suponen un avance en esta dirección. En el futuro, aquellos pacientes con mayor riesgo identificados gracias al uso de biomarcadores se podrán beneficiar de un tratamiento dirigido”, destaca Menéndez.

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